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Las trompetas de Jericó siguen callando

Las trompetas de Jericó siguen callando

   Las trompetas de Jericó siguen en silencio. El pueblo, lejos de prorrumpir en un griterío ensordecedor, acometer contra la ciudad,  y tomarla, prefiere callar o reafirmar que más allá del anuncio mantendrá el respeto al líder.    

   El muro tardará en desplomarse a pesar de los augurios de los ilusos. Nadie alzará la mano para pasar por el filo de la espada a mujeres y hombres, niñas, niños y ancianos, vacas, ovejas y asnos.  

   Vuelve a cobrar bríos el desenfreno mediático. Pero sordos a la algarabía lejos de sus fronteras, cubanas y cubanos dan muestras de la madurez adquirida en estos años. También prueban que surtió efecto la estrategia inaugurada en julio de 2006.   

   Fidel Castro, uno de los hombres más admirados y vilipendiados de la vigésimo segunda centuria, decidió ceder su puesto como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y Presidente del Consejo de Estado y de Ministros tras medio siglo.  

   Mientras, en Cuba, nada fuera de lo común se mueve. Como cuando trascendió la proclama que puso ante la opinión publica a su hermano, Raúl, como posible sustituto.   

   Ni en la cola de la céntrica heladería Cooppelia, ni en la guagua, ni en la calle, escuché alusión al tema. Evidentemente, tal decisión era esperada desde entonces.   Mínimo es el número de los que por acá mostraron sorpresa al conocer la noticia.

   Fidel Castro es un ser humano. Carismático como pocos y culto a montones, pero un ser humano. Este momento tenía que llegar. Evoco en él a mi abuelo. Sólo queda mantener sus afanes y tratar de rescatar lo mejor de sus proyectos.

  _ Estoy leyendo las noticias!!!!...me sorprendió a primera hora un amigo. Luego me comentó de las elucubraciones de periodistas sensacionalistas del sur de la Florida, en Estados Unidos. También de decenas de entrevistados por esos lares que dieron vítores por lo que supusieron, implicará un cambio radical para el país.  

   Otros, más cercanos a la cordura, coincidieron en que a partir de la noticia poco variará la realidad de la Mayor de las Antillas.   La falta de recursos continuará impidiendo solucionar las carencias en materia habitacional en todo el territorio. La inestabilidad en el servicio de transporte seguirá exigiendo el seguimiento iniciado algunos meses atrás y pocos serán los esfuerzos por acabar de sustituir un parque desgastado por el uso y la ausencia de repuestos. La desidia obligará a mantener acciones.  

   Unos u otros movimientos en las altas esferas gubernamentales oxigenarán el camino, más tendrá que redoblarse la batalla por rescatar valores y contrarrestar los malos vicios contraídos en medio de los desajustes.  

   Pero pese a todo, la esencia seguirá inalterable. Cuba seguirá siendo Cuba para orgullo de muchos y dolor de otros.

 

1 comentario

Eduardo Junco -

Sin comentarios...por aquello de que "Cuba seguira siendo Cuba para orgullo de muchos y dolor de otros".
A quienes les puede doler la patria? Imagino que sea una afirmacion para ajenos.