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Muertes y destrucción por lluvias en Centroamérica

Muertes y destrucción por lluvias en Centroamérica

Centroamérica mostró el riesgo que representa el cambio climático: un temporal derivado de un sistema de baja presión dejó en pocos días 108 muertos, 10 desaparecidos, casi un millón 740 mil damnificados y gran destrucción.

  Lluvias intensas, asociadas al fenómeno atmosférico más fuerte de 2011, redundaron en depósitos de agua superiores tres veces el promedio mensual para el período y causaron inundaciones y aludes de tierra, que colapsaron carreteras, puentes, viviendas y plantaciones.

  Las pérdidas materiales y la tragedia humanitaria desatada por los aguaceros, cuyos registros rompieron los record del devastador huracán Micht (1998), obligaron a los gobiernos del área a declarar estados de emergencia, de calamidad, y a demandar la ayuda internacional.

  El Salvador fue el más afectado por el temporal, junto a Guatemala, y reportó más de un millón de perjudicados de modo directo y casi dos mil kilómetros cuadrados inundados, o sea, 10 por ciento del territorio más pequeño de Centroamérica.

  Datos aportados por el presidente Mauricio Funes dan cuenta de 34 muertos, dos desaparecidos, 24 lesionados, 150 mil damnificados, más de 50 mil evacuados, 18 mil 455 casas anegadas y 257 escuelas dañadas.

  La lucha contra la vulnerabilidad del país es de vida o muerte, y el asunto no debe ser tomado tan solo como una labor del gobierno, sino se trata de una tarea esencial para el futuro de la patria, afirmó el gobernante.

  Por su parte, las autoridades guatemaltecas confirmaron 38 fallecidos, cinco desaparecidos, 18 heridos y afectaciones a 524 mil 480 personas, aunque los damnificados en total rebasaron los 78 mil 29.

  En ese territorio de la “cintura de América” quedaron cuatro mil 768 viviendas en riesgo y 22 mil 685 dañadas, 617 de ellas de forma severa, según la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres.

  Honduras registró 18 muertos, 69 mil 119 afectados, 11 mil 868 desplazados, casi nueve mil albergados y destrozos considerables en cultivos de maíz, ajonjolí, plátanos, yuca.

  La Comisión Permanente de Contingencias informó, además, que la producción camaronera tuvo pérdidas millonarias, en tanto existen riesgos para 50 por ciento de la cosecha de arroz y buena parte de la de café.

  Nicaragua contó 13 fallecidos, 134 mil 500 damnificados y millonarias pérdidas materiales, pero el presidente, Daniel Ortega, confirmó que la recuperación progresará con la ayuda de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América y de países e instituciones internacionales.

  En Costa Rica, la Comisión Nacional de Emergencias informó cinco muertos, dos desaparecidos, 12 mil afectados, casi un millar de albergados y miles de kilómetros de carretera dañados.

  El Ministerio de Agricultura y Ganadería añadió a ello severas pérdidas en pastizales, en los sectores cafetalero, cañero, arrocero y tomatero.

  Panamá y Belice, los menos influenciados por las lluvias, descartaron pérdidas humanas, más decreataron alertas por las crecidas de algunos ríos y la necesidad de atender a miles de desplazados, sobre todo en el primero.

  La tragedia generalizada redujo el turismo hacia el área, considerada por la Organización de Naciones Unidas la más vulnerable frente al calentamiento global y a eventos asociados a él, que acabaron con 50 mil personas y decenas de miles de millones de dólares, en los últimos 40 años.

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