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Corrientes del Pacífico arrastran a delfín a morir en Nicaragua

Corrientes del Pacífico arrastran a delfín a morir en Nicaragua

Las turbulentas aguas del océano Pacífico arrastraron a un delfín herido hasta las costas de Nicaragua, donde murió pese a los cuidados recibidos, confirmó este 26 de marzo el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (Marena).

El cetáceo, de más de 70 kilogramos de peso y casi 1,20 metros de largo, encalló en horas de la tarde del lunes en la orilla de Playa Hermosa, unos cinco kilómetros al sur del balneario El Velero, en el departamento occidental de León.

Testigos de su llegada aseguraron a Tu Nueva Radio Ya que el ejemplar marino traía heridas y rasguños en sus aletas, así como síntomas evidentes de desfallecimiento.

Representantes de Marena, miembros de la organización ambientalista Comité Ballena Azul, y autoridades locales, acudieron al lugar luego de ser alertados de la llegada del animal.

A pesar de los cuidados propinados el delfín murió anoche, tras lo cual se determinó retirarlo del área para hacerle la necropsia e identificar la causa de su deceso.

Tres días antes las corrientes del Pacífico trajeron a las costas de Rompe Ola, también cercanas a Playa Hermosa, un ballenato muerto.

Según el jefe de la Defensa Civil en León, teniente coronel Gustavo Ramos, a ese animal se le veía el esqueleto por su avanzado estado de putrefacción.

La titular del Marena, Juanita Argeñal, atribuyó estos hechos a la fuerza alcanzada por el mar en esta temporada.

"Ambos animalitos del mar fueron a dar a la costa víctimas de las corrientes marinas que los arrastraron a la orilla", declaró a la emisora radial.

Prácticas pesqueras destructivas y otras acciones humanas llevaron al borde de la extinción a ciertas especies de delfines en algunas regiones del mundo, como el caso de los delfines rosados del Amazonas, cuya carne es utilizada como cebo para capturar otras especies.

El sitio http://www.ecologiaverde.com refiere que cerca de mil 500 delfines son asesinados cada año en la Amazonía occidental para sostener un lucrativo comercio de bagre y durante la última década la población de estos disminuyó siete por ciento anual.

Greenpace, organización ecologista de matriz canadiense, estima que también unos 10 mil delfines y marsopas mueren cada año en aguas europeas por la identificada como pesca de arrastre.

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