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Mortalidad vacuna, ¿un problema insoluble?

Mortalidad vacuna, ¿un problema insoluble?

El pasado año fallecieron en Villa Clara 18 mil 407 reses por falta de alimentos y cuidados en general. Mientras en algunos lugares el ganado languidece por estas causas, en otros se demuestra que a pesar de las carencias es posible obtener buenos resultados gracias a la dedicación y el trabajo diario.

Villa Clara.— Hay situaciones, como la alta mortalidad vacuna, que se repiten año tras año, sin que hasta la fecha haya aparecido la solución a un flagelo que ha impedido el esperado crecimiento de la masa ganadera en el país, además de su incidencia en el cumplimiento de los planes de entrega de leche y carne.

Resulta muy complejo entender un problema de ese tipo. Y lo que más asombra es cómo a determinadas entidades apenas se les mueren animales y sus resultados productivos sorprenden, mientras otras, a veces hasta cercanas a ella, presentan una situación bien diferente.

Por ese concepto, entre otras razones, en el 2011, por solo citar un ejemplo publicado en las páginas de Granma, dejaron de entregarse a la industria unos 30 millones de litros de leche, hecho que obligó al Estado a erogar 14 millones de dólares adicionales, a fin de adquirir la leche en polvo que necesita el país.

Una gran mayoría de las personas consultadas coincide en que la falta de responsabilidad y de control sobre la masa ganadera y los recursos que el Estado asigna para el desarrollo del sector, así como la carencia de una es-trategia capaz de garantizar la alimentación de los vacunos en la etapa de sequía, constituye la principal causa de la muerte de los animales y de los bajos rendimientos productivos; pero también señalan que tanto en el sector estatal como el privado han sido descuidadas prácticas que históricamente demostraron su valía, como la inseminación artificial y la genética.

Villa Clara, una de las provincias donde más ha crecido la masa ganadera en los últimos años, además de ser una de las principales aportadoras de leche a la industria, no escapa a esta situación, ni al fenómeno del hurto y sacrificio de ganado, otro de los males que afectan a la ganadería.

Según datos aportados por Luis Arbeláez Campo, director del Registro de Control Pecuario en el territorio, solo el pasado año fallecieron 18 mil 407 animales, mil 142 más que el año anterior, de las cuales 5 mil 839 eran vacas y 5 mil 737 terneros o terneras que no llegaron siquiera a producir.

A ello habría que agregar los animales hurtados y robados por personas inescrupulosas, quienes aprovechan la falta de control y de vigilancia para cometer sus fechorías. En ese sentido, en la provincia fueron reportadas en los dos últimos años más de 4 600 pérdidas por ese concepto, sin contar los animales declarados como faltantes a la hora de ejecutar el conteo de ganado.

Cambiar todo lo que deba ser cambiado

Barrer las trabas que frenan el desarrollo de las fuerzas productivas en el sector ganadero, constituye una tarea que no admite dilaciones. Está claro que la economía cubana no está en condiciones de continuar destinando los miles de millones de dólares que cada año asigna para adquirir alimentos, muchos de los cuales se pueden producir aquí.

Para algunos entendidos, la solución a los problemas de la ganadería pasa por el tema de asignación de mayores recursos, algo en lo que pueden o no tener determinada cuota de razón. No obstante, en lo que sí la mayoría coincide es en la gran responsabilidad del hombre en la solución de este dilema.

Cuando en un lugar priman el orden y la disciplina, la práctica ha demostrado que con iguales limitaciones, la masa ganadera crece y se desarrolla, mientras en otros, los indicadores en la natalidad, mortalidad y entrega de leche resultan pésimos.

Resulta evidente que quienes siembran comida suficiente, garantizan el agua necesaria, no se dejan robar el pienso asignado a los vacunos, le prodigan un cuidado esmerado a los pequeños terneros, además de fomentar políticas encaminadas a estimular a los trabajadores de mejores resultados, tienen éxito.

De igual manera, quienes dan el adecuado lugar a la ciencia y la técnica, empleando la inseminación artificial para promover las mejores crías; sin descuidar la genética, además de propiciar un buen manejo de la masa ganadera, logran indicadores positivos; en cambio, aquellos que, incluso teniendo posibilidades de acceder a estas técnicas continúan cargando sus vacas con el viejo y depauperado torito que tienen en la finca, no progresan, y al final permanecen estancados.

Sucede lo mismo con quienes continúan encerrando el ganado de noche para que no se lo roben, en lugar de tomar medidas encaminadas a que el animal coma de día y en horario nocturno, sin correr peligro alguno de ser hurtado.

Respecto a la comida, un estudio realizado por especialistas de la Delegación Provincial de la Agricultura en Villa Clara, hace constar que la falta de agua, caña y king grass, constituye la causa fundamental del 60 % de los fallecimientos en el territorio, sin embargo, lo que la gran mayoría sabe, y pocos han podido demostrar es, cuánto pienso del destinado a los vacunos, resulta desviado hacia la cría de cerdos, aves u otros fines más rentables, con el consiguiente daño a la ganadería.

Valdría la pena preguntarse por qué la UBPC Desembarco del Granma, de Santa Clara, es capaz de entregar cada año más de un millón de litros de leche, con una natalidad superior al 80 %, además de poseer comida en una cuantía superior a las necesidades.

De igual manera, en esa UBPC jamás se presentan faltantes en los conteos a su masa ganadera, y la muerte o pérdida de los animales resulta casi nula, gracias al control ejercido allí por la dirección de la entidad, además de la motivación lograda en sus trabajadores gracias al empleo de un eficaz sistema de pago por los resultados del trabajo.

Otras entidades, como la vaquería Niña Bonita, también presenta saldos favorables en esos indicadores, sin esperar por la llegada del barco de pienso para alimentar y dar de beber al ganado.

En cambio, territorios como Manicaragua, Santo Domingo y Camajuaní, por solo citar algunos municipios, presentan una alta mortalidad, mientras Encrucijada, Remedios y Cifuentes son punteros en la baja natalidad vacuna, que oscila entre el 25 y el 30 %, inferior incluso al índice provincial que también es bastante bajo.

Al reflexionar sobre este crucial asunto, Israel Aguilar, un gran conocedor de la ganadería en Cuba, quien por varios años dirigiera la UBPC Desembarco del Granma, la mejor del país por sus resultados productivos, expresa que es un problema de responsabilidad y de mirar más allá de la punta del pie, porque formar una ganadería eficiente demora varios años; en cambio, destruirla puede hacerse en unos días.

Según Israel, esta es una tarea, en primer lugar de los cuadros que están al frente de cada entidad, quienes debían preocuparse por retomar las ideas iniciales de Fidel sobre la ganadería, como máximo impulsor de la creación de planes lecheros como los desarrollados en La Habana, Camagüey y La Vitrina, en Ma-ni-ca-ra-gua, entre otros lugares del país, los cuales de-mostraron que se podía ser eficiente.

Recuerda el avezado ganadero que en fecha tan temprana como 1961, en el acto de graduación de 200 campesinos como inseminadores artificiales, ya el Comandante en Jefe alertaba del lugar que le correspondía a la inseminación artificial y a la genética en el logro de una ganadería eficaz, elementos que muchos han olvidado y que valdría la pena estudiar.

Al reflexionar sobre otros asuntos, reconoce que "si en una entidad, ya sea estatal o cooperativa, hay hurto y sacrificio es porque falta vigilancia y no se ha comprometido al personal que allí labora con la tarea; y cuando se permite que un animal muera de hambre o de sed, es porque no existe el control y el compromiso, en primer lugar de la dirección".

También menciona el papel del contrato y de la vinculación de los trabajadores con los resultados finales de la producción, porque no puede ser que quien tiene una baja natalidad o se le mueran los animales, cobre igual o parecido a otro que sí defiende los intereses de la entidad y logra excelentes indicadores.

 

Razonamientos como los expuestos permiten comprender la dimensión de un problema, que cada año repercute dañinamente en nuestra economía, y la necesidad de buscar alternativas capaces de preservar y fomentar la masa ganadera.

(Freddy Pérez. En: http://www.granma.cubaweb.cu/2014/02/05/nacional/artic09.html)

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