Iglesia de Honduras insta a respetar derecho de la niñez migrante

La Iglesia Católica de Honduras instó a las autoridades de este país a respetar los derechos de los infantes y adolescentes migrantes, así como a tratar de detener el tráfico de personas.

El cardenal "Oscar Andrés Rodríguez afirmó que los menores de edad son seres inocentes que merecen respeto y pidió a la administración de Juan Orlando Hernández castigar a las personas que lucran con la trata de personas, conocidos como coyotes.
Es muy triste odiar a los niños y considerarlos de la peor manera como si fueran delincuentes, ellos son seres inocentes que merecen respeto, expresó la víspera en la Catedral Metropolitana San Miguel Arcángel.
El jerarca eclesiástico cuestionó las medidas adoptadas por el Gobierno de Estados Unidos y en particular de algunos estados, en los cuales quedó prohibido instalar albergues para los menores de edad migrantes de Centroamérica.
Pidió a los adultos desoír los cantos de sirena y de los coyotes, que no son más que explotadores que deberían de estar en la cárcel, porque viven de la explotación de los más pobres.
"Porque hay coyotes que trafican con el dinero, exprimiendo a los pobres y con una falsa expectativa los llevan por ese peligro tan grande. Es verdaderamente una injusticia, a eso solo se le puede llamar un negocio de tráfico de personas", manifestó.
Tampoco podemos pensar que la migración es un mal, pero nunca se debe de poner en peligro a los niños, nunca se debe de traficar con los niños, acotó.
El Heraldo, en su edición digital, recuerda que en menos de siete días arribaron a Honduras dos vuelos con madres y niños deportados procedentes del país norteño.
De octubre de 2013 a junio de 2014 unos 14 mil infantes hondureños fueron retenidos y albergados por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, agrega el periódico.
Según las autoridades en ese grupo prevalecen niñas y niños de zonas marcadas por elevados índices de violencia en Honduras, donde ocurre un homicidio cada una hora y 20 minutos, por lo cual es considerado el más violento del mundo por la Organización de Naciones Unidas.