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San Cristóbal y Nieves entre el cambio y la esperanza

San Cristóbal y Nieves entre el cambio y la esperanza

San Cristóbal y Nieves, uno de los países más pequeños del mundo, atraviesa por el momento de mayor relevancia en su historia contemporánea: la ruptura de la continuidad del Partido Laborista (Sknlp) en el Gobierno.

Tras 20 años en el poder con Denzil Douglas, como primer ministro, esa fuerza política tuvo que ceder ante la coalición Equipo Unidad (UT), integrada por el Movimiento de Acción Popular, el Movimiento de Ciudadanos Preocupados y el Partido de Trabajadores del Pueblo.
En febrero último ese bloque logró imponerse en las elecciones parlamentarias, al conquistar siete de los 11 escaños de la Asamblea Nacional, única cámara legislativa del Estado de 261 kilómetros cuadrados y menos de 40 mil habitantes.
En virtud de los resultados de ese proceso Timothy Harris, de 51 años de edad, devino el nuevo primer ministro de la posesión colonial pionera entre las establecidas por los ingleses en el Caribe.
Mas el camino a la confirmación del representante del UT en el cargo no estuvo desbrozado del todo. Primero fue el retardo en el conteo de las boletas, bajo un velo de silencio, y luego el cambio de hora abrupto en la ceremonia de investidura en la Casa de Gobierno.
La definición de los votos acumulados por cada contendiente sólo se dio a conocer 24 horas después del cierre de las urnas y de que los medios de comunicación estatales interrumpieran sin demasiadas explicaciones su cobertura del proceso.
"El recuento en San Cristóbal y Nieves se ha detenido. El supervisor electoral -Wingrove Goerge- ha informado que durante el resto de esta mañana no habrá ningún anuncio público más al respecto", informó al mediar el 17 de febrero Radio ZIZ.

"Esperamos conocer qué es lo que ha ocurrido exactamente en las próximas horas", añadió, y precisó que en el momento en que se detuvo el recuento ya el Sknlp había ganado tres escaños y el UT apenas uno.
"Este es un esfuerzo más, un esfuerzo desesperado, por minar la voluntad democrática del pueblo, pero nadie, ningún primer ministro saliente ni ningún supervisor electoral, podrán interferir en este proceso de cambio", declaró Harris en ese contexto y llamó a la calma.

En tanto el exprimer ministro Kenndy Simmonds también pidió paciencia ante lo que calificó de situación sin precedentes y lamentó que "una vez más estamos siendo el hazme reír del Caribe y del mundo entero".
No obstante esto, las misiones de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), de la Mancomunidad (Commonwealth) y de la Comunidad del Caribe (Caricom) coincidieron en la normalidad del sufragio.
"El proceso fue ordenado en todos los casos y transcurrió en apego a todas las leyes, normas y reglamentos", señaló el equipo de la Caricom y reconoció las dificultades que podía acarrear un ejercicio como ese en medio de la complicada situación de San Cristóbal y Nieves.
Para los observadores, lo más significativo en esta ocasión fue la madurez demostrada por la ciudadanía, que contrastó con la tardanza de las autoridades para informar los resultados de los comicios.
Estos coincidieron en que de cualquier modo lo ocurrido en las urnas demostró la aspiración de los ciudadanos de acabar con el mandato de Douglas, quien en las elecciones de 2010 consiguió granjearse una cuarta legislatura y completar con ello las dos décadas en el gobierno.
El Jefe -como sus coterráneos le dicen en lenguaje coloquial- fracasó en el intento de mantenerse por un quinto período a pesar de sus llamados constantes a respaldarlo en las elecciones de este año, para impulsar el desarrollo socioeconómico de la nación.
Frente a su derrota, Douglas aseguró que estará agradecido por siempre a los amigos y miembros del Sknlp por la oportunidad que le dieron de dirigir al país más pequeño de América durante dos décadas. "Nosotros, en San Cristóbal y Nieves, estamos entre los bienaventurados de la tierra porque nuestros gobiernos son elegidos, no por la fuerza, no por decreto, no por el capricho de cualquier fuerza o interés, sino por la voluntad del pueblo", afirmó.
En tanto Harris insistió en que "Vienen días mejores", frase que había enarbolado durante la campaña política, a la cual tachó de larga y dura.
Ahora queda por ver si el nuevo primer ministro exime a los alimentos, medicinas, material escolar y a los funerales del Impuesto al Valor Agregado (IVA) o si crea los dos mil nuevos empleos prometidos.
Los días también dirán si finalmente elimina el IVA de la venta de productos agrícolas cultivados localmente, con independencia de que esos bienes sean vendidos directamente por los agricultores u otros proveedores, o si honra su compromiso de reactivar la economía para extirpar la pobreza.
Harris igual garantizó que construirá dos mil viviendas, que habilitará unas tres mil para quienes carecen de una residencia digna, y que fomentará el empleo juvenil, para combatir la tasa de 33,6 homicidios por cada 100 mil habitantes (Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito).
Con similares fines contempla, además, reducir hipotecas, préstamos estudiantiles, y crear un fondo para financiar el costo universitario a quienes no pueden acceder a esos préstamos.
"Pedimos a la gente de San Cristóbal y Nieves que sea paciente y permanezca en calma. Nuestra democracia prevalecerá y habrá un nuevo inicioâ��Vuestra determinación, es fuerza, y nuestra unidad cambiará el país para mejor", exhortó.
Harris es el tercer primer ministro después de que las dos islas que conforman San Cristóbal y Nieves alcanzaron la independencia formal del Reino Unido de la Gran Bretaña (1983), pese a lo cual reconocen a la reina Isabel II como jefe de Estado.

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