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Cuestionan a gobernante de Guatemala por orar en plaza pública

Cuestionan a gobernante de Guatemala por orar en plaza pública

Los cuestionamientos afloraron contra el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, tras reunirse con un grupo de evangélicos y orar por la paz en la Plaza de la Constitución, acorde con la campaña mundial #Seamosuno y #Letsbe1one.

El gobernante, reconocido por su filiación a esa Iglesia, se sumó esta mañana a quienes realizan cada sábado una jornada de oración por el fin de la violencia como parte de la iniciativa orientada a fomentar la armonía entre los seres humanos y generar conciencia sobre la situación asociada al cambio climático.
Morales hizo uso de la palabra y abogó por la paz en Guatemala ante los reunidos frente al Palacio Nacional de la Cultura, con lo cual siguió el ejemplo de dirigentes políticos, religiosos y sociales de otros países del continente que se pronunciaron antes con respecto a la campaña.
"Aceptémoslo: tenemos un presidente-pastor que está más cómodo en la prédica, el altruismo y la oración, que en diseñar y liderar políticas de shock y cambio", escribió el diputado del partido Convergencia Álvaro Velásquez, en su página en Facebook.
Por su parte, el dirigente del grupo social Guatemala Basta ya Bernardo Silva opina que este parece ser el país más fundamentalista de América y recuerda la oración de Mateo 6:5-6, en la Nueva Versión de la Biblia.
"Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que ya han obtenido toda su recompensa", refiere, con base en el versículo del libro sagrado para los cristianos.
Para parte de la ciudadanía guatemalteca, el mandatario desconoce con esa y otras acciones similares la condición de Estado laico de Guatemala, al que consideran bajo amenaza con su llegada al Gobierno el 14 de enero de 2016.
Según el Artículo 36 de la Constitución Política de 1985, el ejercicio de todas las religiones es libre y toda persona tiene derechos a practicar su religión o creencia, tanto en público como en privado, por medio de la enseñanza, el culto y la observancia, sin más límites que el orden público y el respeto debido a la dignidad de la jerarquía y a los fieles.
Sin embargo, la ley fundamental no menciona ni define el carácter laico de este en términos estrictos y contiene privilegios exclusivos para la Iglesia Católica, como personalidad jurídica y que el Estado podrá extenderle títulos de propiedad para los bienes que posee.

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