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Primeros pasos del presunto Gobierno del cambio en Guatemala

Primeros pasos del presunto Gobierno del cambio en Guatemala

Los primeros 100 días de gracia concedidos por el pueblo al presidente Jimmy Morales pasaron y para muchos poco cambió de aquel estado de hecho que empujó a miles a la plaza durante la llamada primavera guatemalteca.

Sin embargo, autoridades investidas el 14 de enero de 2016 opinan que en este período anotaron ciertos logros, sólo que fueron invisibilizados o mal tratados por los medios de prensa, quizás con la intención de desacreditar al gobierno derivado del rechazo general a los políticos tradicionales o por costumbre.
"Nosotros encontramos el país en huelga. Nosotros teníamos dos días de estar al frente del país y teníamos huelga de los médicos, que no habían recibido sueldos durante los dos últimos meses", declaró el presidente Jimmy Morales.
De esa situación concluimos la necesidad de "la contención del gasto y la priorización a todo lo que es urgente", agregó en entrevista concedida el 18 de abril a Radio ONU, en Estados Unidos.
"La salud es urgente, entonces a los dos días de Gobierno le habíamos pagado a los médicos y logramos levantar una huelga que ya traía 15 días de estar afectando la salud directamente", afirmó.
Pero después, señaló, comprendimos que los hospitales estaban por debajo del 30 por ciento del suministro de medicinas y gestionamos hasta llegar al menos a 75 por ciento de abastecimiento en los hospitales.
"Podemos decir que el sistema hospitalario, aún con sus limitaciones, va funcionando. Al mismo tiempo hemos logrado con esa contención del gasto obtener algunos ahorros significativos para poder fortalecer la educación, que estaba en completo abandono", expresó.
"Guatemala es una población que tiene problemas añejos, que son realmente lesivos para la sociedad", manifestó el mandatario y puso como ejemplo que "52 por ciento de nuestros niños padecen desnutrición crónica".
"Quiere decir que uno de cada dos niños está desnutrido y un niño desnutrido no puede estudiar porque no solamente no tiene el ánimo para hacerlo sino porque su cerebro no se desarrolló para poder aprender", explicó y con base en ello remarcó que "realmente el futuro de la población ha estado hipotecado".
Desde esos presupuestos, acotó, su administración fijó como segunda prioridad "la asignación de todos los recursos al tema de educación, como nunca había sucedido en la historia".
Según Morales, en ese orden fijaron cuatro rubros que en Guatemala son básicos para la educación pública: los útiles escolares, la valija didáctica para los maestros, el bono de gratuidad o de becas a personas de muy escasos recursos, y la refacción o merienda escolar.
"En febrero ese dinero ya estaba en las escuelas que tienen juntas de padres de familia, que es lo que establece la ley, y el 28 de marzo ya había llegado la segunda cuota de la refacción escolar. Eso representa la cobertura del 50 por ciento, de los 180 días lectivos ya tenían 90 días garantizada la refacción", aseveró.
Otra medida aplicada fue la donación masiva de pupitres elaborados por el Ejército, por orden de Morales, y que buena parte de la ciudadanía cuestionó porque la fuerza castrense aprovechó para dejar plasmado su sello de autor en cada uno de esos muebles, como si se tratase de una subasta para ganar adeptos.
"Nosotros estamos dando muestras de que nuestras prioridades son el desarrollo humano de nuestra población, a costa de algo, a costa de sacrificar el tema de inversión en infraestructura pública porque recibimos el Estado literalmente quebrado, pero aun así nuestra prioridad es la gente", enfatizó el gobernante.
En tanto el vicepresidente Jafeth Cabrera dijo a periodistas que para él uno de los pasos hacia delante que dio la administración es "la responsabilidad necesaria para encontrar el camino al desarrollo de los guatemaltecos, hasta ahora ignorado".
"Los retos son múltiples, las responsabilidades son grandes para nosotros y las estamos encarando, tratando de hacer mejor las cosas para que la sociedad guatemalteca encuentre ese camino de desarrollo que no ha tenido en los últimos años", ponderó.
Y mencionó presuntos progresos en el orden de la salud, la educación, y particularmente en cuanto a la seguridad en el país, cuya tasa de homicidios ronda los 30 por cada 100 mil habitantes y es considerado el quinto más riesgoso de América Latina.
A juicio del vicepresidente la reducción de los homicidios en siete por ciento en estos tres meses es otro elemento digno de destacar, así como que "el Ministerio de Gobernación realizó un buen trabajo y desarticuló decenas de bandas criminales en todo el país".
Pero en su opinión, los medios de prensa minimizaron esos eventuales éxitos, y ello se suma al impacto que tienen las acciones criminales en esta sociedad, "situaciones arrastradas por años y que en un centenar de días es imposible erradicar aunque se tengan metas y objetivos claros".
Cabrera hizo referencia al déficit presupuestario legado a esta administración y aprovechó para pedir a los legisladores y al poder judicial tomar conciencia, porque este "es un país que necesita de la cooperación de todos y no solo es responsabilidad de Ejecutivo".
"Si en algún momento todos decidimos unirnos y cambiamos de actitud, las cosas van a ser diferentes", instó.

EL OJO CRÍTICO
Mas para representantes de organizaciones civiles, académicos, y activistas sociales, Morales y su Gabinete perdieron en este trimestre la oportunidad de capitalizar el respaldo con el cual llegaron al Palacio Nacional de la Cultura tras intensas jornadas ciudadanas de lucha contra la corrupción.
Ello está vinculado, en opinión de la mayoría, a la carencia de un plan trazado de manera profesional para la gestión en cada una de las instituciones y con relación a cada uno de los problemas heredados.
Acorde con esa visión evalúan las acciones iniciales de las autoridades de espontáneas, superficiales, desordenadas, erradas, decepcionantes y cuando menos ingenuas, pero en todos los casos faltas de creatividad, de ánimos de renovación, y de determinación para enfrentar a lo que en su campaña tachó de vieja política.
Durante una conversación con Prensa Latina, el articulista Nery R. Villatoro señaló que "con Morales poco cambiará, sólo ciertos actores, pero las cosas continuarán igual".
"Este será el Gobierno del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (Cacif) y de consorcios como Multiinversiones, la Embajada de Estados Unidos, la Asociación de Veteranos Militares (Avemilgua, con las ex Patrullas de Autodefensa Civil incluidas) y el crimen organizado", enfatizó.
Por supuesto, el capital transnacional también tendrá asegurado el territorio para continuar con su expansión, así como aquellos que dentro de los poderes del Estado hacen el juego a la corrupción, a redes mafiosas locales o grupos corporativos.
"Por todo esto es previsible que la crisis política continúe sin resolverse y se agudice, frente a lo cual quienes estuvimos en las calles por más de cinco meses, y continuamos después del 6 de septiembre, seguiremos impulsando la agenda de la refundación del Estado", remarcó.
Desde la perspectiva del que sigue hace más de tres décadas lo que acontece en su tierra, el analista Gualberto Duarte aseguró a Prensa Latina que nunca quisiera estar en los pies de Morales porque "su gestión perdió el rumbo, un gobierno que nació muerto, todo por la propaganda, la manipulación y la ignorancia".
"Si en Mixco no sacó ni 300 votos para alcalde (2011), ¿cómo podía llegar a gobernar una nación?", se cuestionó y agregó que "el analfabetismo político, la mentira, el populismo, la falsa democracia, todos los ingredientes de un sistema podrido, fueron cómplices de su llegada a presidente y este es el resultado".
"Durante estos 100 días no hay un rumbo, no existe claridad. En el tema de transparencia y combate a la corrupción, no ha presentado una propuesta de reforma fiscal para combatir la corrupción en el país. En Salud no hay medicamentos y en educación bajó la calidad y la cobertura", señaló.
Tampoco logran resolver los problemas estructurales y en temas importantes como la cuestión indígena hay un abandono total, subrayó.
El problema fiscal, la situación crítica en la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) y la reversión del desajuste heredado en las aduanas guatemaltecas son otros temas en los cuales todavía no se avizoran grandes transformaciones, convinieron otros entrevistados.
Las prácticas de transfuguismo, discriminación y desprecio al ciudadano común mostradas por la mayoría de los miembros de la bancada del partido oficialista Frente de Convergencia Nacional-Nación tampoco contribuyeron en estos meses a apuntalar una mejor imagen del Gobierno.
Más bien, la organización política en nombre de la cual llegó a la máxima magistratura dejó mal parado el actor al desoír algunas de sus peticiones y hasta desafiarlo en ocasiones.
Acciones concretas pide la mayoría de la población, que considera es tiempo de que Morales deje atrás sus Moralejas -en alusión al programa humorístico que lo catapultó a la fama en el país- y su proclividad a tratar de calzar los discursos con fábulas cual Esopo contemporáneo.
Un sondeo de opinión realizado por el periódico Prensa Libre, en su página digital, evidenció el descontento con estas situaciones al punto que de 13 mil 661 participantes, 55 por ciento, calificó de malo el desempeño del actual gobierno.
No obstante, 26 por ciento de esos participantes -tres mil 598 personas- opinó que fue regular la gestión y 19 por ciento -dos mil 591- catalogaron a esta de buena. Como se preveía, y el propio Morales lo reconoció, las expectativas sobre grandes cambios en la política y forma de administrar el Estado eran bien elevadas tras el caos generado por Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti con su desaforada manía de agenciarse las finanzas públicas de Guatemala.
Quizás una estrategia de comunicación más certera hubiera ayudado al hombre acostumbrado a estar delante de las cámaras a convencer un poco más a la ciudadanía de su eventual intención de cambiar la imagen del país, como anunció en su discurso inaugural.
Pero lo cierto es que todavía, pese a los elementos de distracción que afloran constantemente -conflicto con Belice, juicios por corrupción, demandas contra diputados y hasta problemas sociales en ascenso-, parece cosa de nunca concretarse la transformación del rostro de Guatemala.

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