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Reforma tributaria, vital para revertir tragedia educacional en Guatemala

Reforma tributaria, vital para revertir tragedia educacional en Guatemala

La necesidad de revertir la tragedia en materia de educación en Guatemala lleva a varios especialistas a insistir en la urgencia de implementar de una vez una reforma fiscal, que permita al Estado contar con recursos económicos suficientes para resolver problemas elementales de cobertura, infraestructura, superación de maestros, y otros.

“Tenemos que hacer una reforma profunda del sistema tributario, Guatemala no puede seguir siendo el paraíso fiscal ni el país de América Latina con menor carga tributaria dedicada a educación, allí hay que empezar”, expresó el codirector del Proyecto de Desarrollo Santiago (PRODESSA), Federico Roncal Martínez, en un diálogo sostenido en el ámbito del conversatorio sobre Educación en Guatemala: desafíos y oportunidades.

“La sociedad tiene que ponerse de acuerdo en un plan concreto de metas de ampliación de cobertura establecidas, porque no se puede ampliar de forma tan violenta y repentina, pero sí tiene que haber un plan muy claro con recursos asignados y con evaluaciones periódicas para ampliar cobertura y dotar de recursos a los centros educativos. Creo que la reforma financiera y luego llegar a consenso nacional sobre los planes para implementar la reforma es lo que nadie se ha atrevido a hacer después de la firma de la paz”, subrayó.

A juicio de Roncal Martínez, “los aparatos políticos partidarios ven el sector educación como una especie de plan de mantenimiento, al no hacer cambios profundos, radicales y es una especie de estrategia porque la sociedad lo sabe y no actúa, no se mueve”.

“La educación en Guatemala es una tragedia porque la sociedad en conjunto sabe que está pasando y que son dos cosas: un gran sector de la población no está yendo a estudiar porque no tiene oportunidad, que son casi todos los jóvenes que son el 60 por ciento y no hacemos nada”, señaló. Y opinó que un segundo problema es que “los que sí están yendo a estudiar, que son los niños, no están aprendiendo, están saliendo de sexto primaria sin saber leer ni escribir correctamente, sin manejar conocimientos o competencias de cálculo básicas”.

Lo peor es que “la sociedad lo sabe y no hace nada, y el tema pasa fundamentalmente por la disponibilidad de recursos y por la ausencia de propuestas técnicas claras bien evaluadas, presentadas con transparencia e informando de qué se va a hacer y cómo se va a hacer”, lamentó.

Roncal Martínez recordó que durante mucho tiempo los cargos de ministro o viceministro del sector fueron ocupados por personajes vinculados al gremio empresarial, que vieron a esta carpeta como una suerte de plan al cual apenas había que darle mantenimiento, mas reconoció que esta es la primera administración que no se incurre en ese error en al menos 20 años.

Es la primera vez que un especialista,  con experiencia como profesor y estudios avanzados en esa esfera del conocimiento, está a cargo de dictar políticas en cuanto a la enseñanza en Guatemala: Óscar Hugo López.

Para el entrevistado  valdría repasar la propuesta de reforma educacional pendiente desde los Acuerdos de Paz (1996) y los compromisos que establece.  También aludió al hecho que en el año 2000 “ya teníamos un diseño claro de la reforma que había que hacer, pero no hemos dispuesto de los recursos para implementar el incremento de la cobertura, estamos estancados en cobertura”.

“En primaria hemos mejorado de forma más o menos importante, pero sólo en primaria. Lo que hay detrás es una mentalidad muy finquera del sistema educativo nacional, es decir, primaria está bien, es suficiente. Es lo que necesitamos para tener mano de obra muy barata”, manifestó.

Interrogado respecto a la paradoja que supone la existencia de muchas  universidades privadas en ese contexto, el representante de PRODESSA hizo notar que ello responde a que “hay un grupo que lucra muchísimo, y que tiene bastante influencia sobre el sector educación, porque encontró que la educación superior es un buen negocio”.

Remarcó que ese aumento de la privatización , sobre todo en el nivel universitario, repercute especialmente en el plano ideológico, porque “muchas de esas universidades forman con una mentalidad empresarial, a tono con la cual el profesional tiene como principal meta hacerse de dinero lo más rápido posible y no construir un país, una ciudadanía interesada en crear un país mejor del que recibió”.

Durante el encuentro, celebrado en la capitalina Casa Ariana, los expositores coincidieron en la importancia de la problemática por medio de un estudio llamado Más y Mejor Educación en Guatemala (2008-2021) ¿Cuánto nos cuesta?. El documento fue preparado para el Proyecto Diálogo para la Inversión Social en Guatemala, con aportes de la United State Agency International Development (USAID),  de la Academy for Educational Development (AED) y de ICEFI.

Los expertos participantes en la investigación identificaron tres patrones que el sistema educativo no ha logrado romper a pesar de los análisis subsiguientes, de acuerdo con el director ejecutivo de ICEFI, Jonathan Menkos Zeissig.

“Percibimos que la gran mayoría de los ciudadanos, de los funcionarios, de los académicos y empresarios están conscientes de que la educación es uno de los pilares más importantes para la construcción de un desarrollo sostenible”, explicó, mas cuestionó la falta de consenso alrededor del cómo impulsar esta de manera masiva y con calidad para todos los grupos sociales.

Asimismo, afirmó que “la cultura de emprender y continuar los estudios le proporciona a la sociedad no sólo buenos trabajadores, si no también individuos que busquen incurrir en diversos ámbitos, los cuales generen grandes filósofos, artistas y deportistas”.

Según un inventario realizado, en Centroamérica existen alrededor de 98,000 centros educativos y la mayoría de estos están concentrados en Guatemala.  Sin embargo, los niveles de deserción son sumamente elevados por la falta de recursos económicos, los elevados índices de violencia, los embarazos prematuros y otras causas que provocan el desinterés de los más jóvenes en continuar estudios.

Para 2015, cerca de la mitad de la población estudiantil guatemalteca estaba excluida del sistema educativo, es decir,  unos 3.6 millones de niños, niñas y adolescentes. Ello está asociado también a que Guatemala es el país de la región que menos invierte en educación. Datos aportados por Icefi refieren que en 2014, la inversión del Estado en la educación pública fue de apenas 3% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que equivale a un promedio de  600 dólares anuales por persona en edad escolar.  Mientras, Costa Rica invierte 7.4, Honduras 7,  y El Salvador 3.8, por sólo citar algunos ejemplos.

La transición demográfica y el período de bono demográfico, durante el cual los países tienen cantidades crecientes de población en edad laboral, constituye una oportunidad irrepetible para impulsar el desarrollo de Centroamérica. Y frente a la necesidad de ampliar con rapidez la cobertura educativa, se hace también imperativo elevar la inversión.

Por esta razón, las tres organizaciones convocantes a la actividad -Icefi, Prodessa y el Programa Estado de la Región- llamaron a debatir los posibles mecanismos para el financiamiento de la educación en Guatemala e insistieron en pensar en los excluidos del sistema educativo, pero también  responder con calidad y pertinencia a la demanda creciente de servicios de enseñanza que en los próximos años enfrentará el país por el proceso de transición demográfica.

(Por Claribel Méndez, editado por Isabel Soto Mayedo. En: http://s21.gt/2017/11/15/reforma-tributaria-vital-revertir-tragedia-educacional-guatemala/)

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