Copán: El mayor texto labrado de América
Esos inmensos bloques de piedra, cubiertos por esculturas de intrincada trama y una calidad superior a otras encontradas en el continente, fueron avistados hace más de una centuria en la espesa selva del noroeste de Honduras.
Las inscripciones recogidas en el más meridional de los majestuosos restos de esa civilización, que se expandió desde el sudeste mexicano por parte de Centroamérica a partir del 2000 a.n.e., permitió datar esa construcción a mediados del siglo VIII.
Todo parece indicar que la elevada escalera, de la cual apenas se encuentran en su sitio original los 16 primeros peldaños, posibilitaba acceder a la cúspide de la piràmide donde había un templo superior ahora desaparecido.
A su valor escultórico y arqueológico, la escalera jeroglífica de Copán suma el hecho de ser una de las escasas reliquias que escapó de la tradición de sus creadores, probablemente dirigidos por un sujeto llamado Humo Concha, quien procuraba homenajear a sus antepasados.
Cuenta la leyenda que los mayas tenían por costumbre derribar las viejas edificaciones para erigir otras nuevas sobre ellas y eso no ocurrió en el sitio más visitado del ahora Parque Nacional de Copán Ruinas.
Aunque después de intensas búsquedas, en zonas aledañas aparecieron ocho templos construidos sobre las ruinas del precedente, el texto pétreo tiene sus raíces en el suelo.
Y aunque varios de sus mil 250 bloques rodaron ante el empuje del tiempo, lo cincelado en ellos reveló valiosas informaciones sobre los mayas, cuyas raíces perduran también en territorios de lo que conocemos hoy como México, Guatemala, Belice, y El Salvador.
Ese grupo humano logró su despegue socioeconómico y político mucho antes de la era prehispánica, al punto de ser el único de este hemisferio en inventar un verdadero sistema de escritura.
Las muestras labradas de Copán, donde existen vestigios de presencia maya por unos dos mil años, enseñaron además que esos hombres diseñaron un calendario astronómico capaz de predecir eclipses solares y lunares y los movimientos de los planetas Venus y Júpiter.
La historia de la otrora ciudad estado se remonta hasta más allá del año 435, cuando una poderosa familia principesca comenzó a gobernar el lugar.
Estudios contemporáneos de los restos óseos hallados en su jurisdicción permitieron establecer que sus pobladores padecían de desnutrición y enfermedades, quizás porque la fertilidad del valle en algún momento se agotó ante la continua explotación.
Poco se sabe de los primeros reyes que gobernaron Copán y de las relaciones que mantenían con otros asentamientos similares diseminados en la región, pero es posible afirmar que bajo el reinado de Jaguar de Humo (628-695) creció ese núcleo urbano en lo geográfico, militar y económico.
Ahora, un largo paseo flanqueado por árboles posibilita acceder al denominado Parque Arqueológico, visitado por el 6,5 por ciento de los turistas que pasan por Honduras cada año.
A los añejos atractivos de la zona, donde las referencias al décimo tercer gobernante, llamado 18-Conejo, considerado como el Rey de las Artes, suelen ser recurrentes, se añade la posibilidad de degustar el Atol Chucó, comida típica hondureña, o el legendario mezcal o pulque xtabentún, bebida alcohólica de origen maya.
Pero dicen los lugareños que más vale no excederse en el consumo, sobre todo si se pretende ascender al más espectacular monumento de Copán, cuyos peldaños cuentan la historia de la ciudad como ningún otro.
La escalinata se organiza en un solo tramo de 90 peldaños y 10 metros de anchura, contando los muretes de contención laterales, por los cuales resulta poco cualquier cuidado al avanzar.
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