Costa Rica: la leyenda de Puente de Piedra
Camino a un pueblo llamado Grecia, en la provincia costarricense de Alajuela, existe una puente natural de piedra que es probablemente el más famoso de todo el país centroamericano, porque muchos atribuyen su creación al mismísimo Diablo. Casi siempre que un visitante llega a la pintoresca localidad, situada al noroeste de la capital tica y considerada una de las mejor conservadas y limpias de la región, los pobladores suelen sugerirle que se pare debajo de la construcción pétrea y compruebe la existencia de una cabidad enorme al dorso de la misma, justo donde cierra el arco. Aunque los científicos insisten en que el hueco en el puente se formó a partir de la erosión de la piedra, algunos citadinos creen que tiene un origen sobrenatural y por ello inducen a la acción, antesala del relato de una leyenda transmitida de forma oral por varias generaciones. Ticas y ticos cuentan que en el tiempo de las carretas, los campesinos que tenían su casa al otro lado del cañón estaban obligados a recorrer mas de medio día río abajo para poder cruzarlo y llegar al pueblo. Pero una noche, uno de ellos se detuvo en medio del área cuando regresaba a su hogar e invocó al Pisuica- modo en que llamaban al Diablo- y le prometió que le daría su alma a cambio de que le construyera un puente antes de que cantara el gallo, es decir, antes del amanecer. El príncipe de los ángeles rebelados contra Dios y arrojados por él al abismo, según la tradición judeocristiana, estuvo de acuerdo con la propuesta y comenzó a trabajar con una agilidad tremenda para cumplir el deseo del hombre y así ganárselo como servidor en sus turbias empresas. Cuando estaba a punto de salir el sol y al espíritu del mal solo le faltaba una piedra por colocar, el campesino fue hasta su carreta con cara burlona, hurgó en un saco que llevaba en ella y a puntapiés sacó unos gallos, que al cantar, salvaron su alma y lo libraron del compromiso. El hombre cargó de nuevo con prisa el transporte y al alcanzar el puente se despidió del Diablo con aire triunfante, de acuerdo con la narración popular La leyenda del Puente de Piedra de Grecia, pueblo agrícola ubicado en el Valle Central de Costa Rica, es un atrayente más del turismo hacia una zona distintiva por su bello paisaje de montañas y exuberantes escenarios. En el conjunto arquitectónico de la ciudad destaca la Catedral de las Mercedes, una iglesia metálica única, de estilo gótico y pintada de un rojo profundo, que fue construida con pedazos de metal importados de Bélgica en 1890. Sin embargo, las Cataratas Los Chorros en Tucares de Grecia y el serpentario identificado como Mundo de las Culebras también captan a muchos foráneos. Sobre todo el segundo, donde pueden apreciarse en su ambiente natural ejemplares de más de 50 especies de estos reptiles de todo el mundo. Pero sin dudas, de acuerdo con el escritor Elías Zeledón, la leyenda del puente que corona el poblado distingue entre todos estos atributos, porque prueba la riqueza creativa de mujeres y hombres de la zona a través del tiempo. Esta forma parte de la mitología folclórica tica, compuesta por múltiples relatos de almas en pena, elementos de magia o de la cultura indígena, todo reflejo de la elevada religiosidad que caracteriza a un pueblo mayoritariamente católico. Entre los exponentes más populares de estas leyendas se inscriben las de la Cegua, la de la Llorona y la del Cadejo, similares a las de otros países de latinoamericanos, y las del Padre o Fraile sin cabeza, la Carreta sin Bueyes, la Tulevieja, la Monja del Vaso del Hospital San Juan de Dios y los duendes. Pero sin dudas la más importante de todas ellas narra la aparición de la Santa Patrona de Costa Rica, la Virgen de los Ángeles, reconocida de manera afectuosa por ticas y ticos como La Negrita. La narración sobre la aparición de la imagen de piedra oscura, supuestamente encontrada por la mulata Juana Pereira, junto a otros 96 de estos relatos populares aparece en la compilación titulada Leyendas costarricenses, obra de Zeledón.
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william -