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ALBA -TCP en Bolivia lucha por la Naturaleza

ALBA -TCP en Bolivia lucha por la Naturaleza

Los intentos de mercantilizar los bosques, agua y otros bienes naturales, cuentan hoy con un enemigo decidido: los miembros de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América -Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP).
Con la creación en esta capital, sede del gobierno boliviano, del Comité Ministerial de Defensa de la Naturaleza ALBA-TCP, el 5 de noviembre último, el mecanismo de integración fijó funciones, composición, objetivos y alcance de la instancia, orientada a coordinar esfuerzos en esta batalla.
El encuentro, convocado por el gobierno del presidente Evo Morales, respondió al mandato de las cumbres de presidentes del ente regional de Cochabamba y La Habana, en octubre y diciembre del 2009, respectivamente.
La articulación de la instancia defensora del medio ambiente, subordinada al Comité Político del ALBA-TCP, derivó del intercambio de opiniones sostenido durante tres días por delegados de Ecuador, Venezuela, Nicaragua, Cuba, y Bolivia.
Estos coincidieron en responsabilizar al capitalismo del desastre ecológico en progreso y en la necesidad de que la lucha por defender a la Naturaleza trascienda cualquier Cumbre, como la programada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) del 29 de noviembre al 10 de diciembre próximo en el balneario mexicano de Cancún.
En la cita paceña aprobaron además la Primera Declaración Conjunta de Rechazo a la Mercantilización de la Naturaleza.
El texto define que los Estados son los responsables de garantizar la soberanía de los pueblos sobre su patrimonio natural y recursos naturales, en tanto aboga por evitar que el capitalismo siga expandiéndose.
"Lejos de promover la privatización de los bienes y servicios provenientes de la naturaleza, es esencial reconocer que estos son de carácter colectivo, y que como tales deben ser conservados como un bien público, respetando la soberanía de los Estados sobre los mismos", añade el documento.
De este modo, los participantes en el encuentro delimitaron su postura frente a la promoción de los mercados de bono de carbonos, tendientes a mercantilizar los servicios que ofrecen los bosques a la especie humana.
En declaraciones a la autora, la viceministra de Medio Ambiente y Agua de Bolivia, Cinthya Silva, recordó los turbios manejos en la Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica (Nagoya, Japón, octubre-2010).
Allí se intentó crear nuevos mecanismos de comercialización de los recursos genéticos, del conocimiento de los pueblos indígenas, y otros, aseguró.
"Estamos ante una batalla muy dura que tenemos que seguir librando y en la ALBA -TCP debemos aunar esfuerzos contra la decisión de otros países de seguir por el camino del comercio de la vida", puntualizó.
La viceministra adelantó que una primera reunión del comité pudiera sesionar en el semestre inicial de 2011, luego que los países miembros deleguen un representante y presenten un plan de acción.

-Capitalismo, el gran culpable del desastre medioambiental 
El mal principal es el capitalismo cuando de temas ambientales se trata, porque es un sistema depredador de los recursos naturales, declaró en un aparte durante el cónclave el ministro consejero de la embajada nicaragüense en Bolivia, Elías Chévez.
Este sólo persigue acumular riquezas por lo que impulsó el desastre climatológico al que hemos llegado, añadió el diplomático, quien representó a su país en la elaboración del documento constitutivo del Comité Ministerial de Defensa de la Naturaleza ALBA-TCP.
Tanto Chévez, como otros participantes en el evento manifestaron en sus intervenciones y en los acuerdos adoptados una postura contraria a la de los impulsores de la creación del mecanismo Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (REDD).
Los adalides de la "Economía Verde", en el ámbito de ONU, tratan de convertir en mercancía a la Naturaleza y emitir bonos para el control de ciertas zonas por parte de algunas empresas, so pretexto de que agua, bosques y otros recursos naturales, se destruyen por falta de dueños.
Ello comprometerá a los gobiernos que acepten la propuesta con las transnacionales y les impedirá interferir en la explotación de esos recursos en beneficio de unos pocos y no para las mayorías.
Por ello, como expresó también el viceministro de Conservación Ambiental de Venezuela, Jesús Cegarra, la lucha por la defensa del medio ambiente y de la supervivencia de la humanidad debe trascender Cancún.
"Cancún puede fallar. Los que no pueden fallar son los pueblos y el compromiso de los gobiernos de avanzada", afirmó Cegarra, quien culpó al capitalismo de la destrucción de las condiciones ambientales para el desarrollo de la vida humana en el planeta Tierra.
El criterio, expuesto en los documentos emanados del cónclave, ratificó la posición común de gobiernos que confrontan al modelo capitalista y en el plano ambiental, concuerdan en la necesidad de implementar mecanismos para la regulación del tema por parte de los Estados.
América Latina posee un valor incalculable en cuanto a su biodiversidad y por ello resulta urgente romper con los intentos de hacer de la problemática ambiental un negocio lucrativo e impulsar iniciativas tendientes a preservar las condiciones naturales para esta y futuras generaciones.
El encuentro, convocado por el Estado Plurinacional de Bolivia, demostró que los pueblos y gobiernos de la ALBA -TCP van en buena dirección en ese sentido.

-Rumbo a Cancún, México 
Aunque los órganos directivos del mecanismo integrador deben evaluar las propuestas de la cita en La Paz, el encuentro fijó algunas posiciones que pueden conformar la plataforma común de ese bloque con vistas a la cita mundial sobre el tema en Cancún.
La postura del ALBA-TCP, en esencia, partirá de la Declaración Universal de Derechos de la Madre Tierra, adoptada por la Primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático (Tiquipaya, Cochabamba, abril de 2010), según adelantó la viceministra Silva.
El documento, elaborado en oposición a los acuerdos de la Cumbre de ONU en Copenhague, el año pasado, ratificó el apoyo a la idea de estabilizar el incremento de la temperatura en el orbe y la creación de un Tribunal Internacional de Justicia Climática y Ambiental.
También demandó a los países ricos entregar seis por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) para atender los daños ocasionados a la Naturaleza y celebrar un referendo mundial para revertir el calentamiento global..
Con antelación, el presidente boliviano Evo Morales definió que Cancún podía convertirse en una verdadera fiesta entre gobiernos y movimientos sociales populares, de lograrse una concertación de intereses alrededor de la defensa del Medio Ambiente y de la subsistencia de la especie humana.
Pero si los países industrializados mantienen la posición de Copenhague, probablemente el encuentro derive en una confrontación con las organizaciones populares del mundo y no sólo de América Latina, pronosticó.

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