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Isla Plata y el auge privatizador en Costa Rica

Isla Plata y el auge privatizador en Costa Rica

Isla Plata destaca entre las múltiples muestras de la grandeza del patrimonio natural de Costa Rica, pero el afán por reforzar la acumulación de capitales la mantiene bajo amenaza hace algunos años.

Defensores del medio ambiente en la zona concuerdan en que la marea privatizadora impulsada por autoridades de la municipalidad guanacasteca e intereses particulares en el país pueden revertir lo alcanzado en materia de protección en el pequeño territorio asentado en aguas del océano Pacífico.

Hace más de una década, la empresa Vimavi del Pacífico Sociedad Anónima procura adueñarse del lugar, situado frente al complejo turístico Flamingo, en Santa Cruz de Guanacaste, y fue beneficiada por los funcionarios locales con una concesión.

El 10 de abril de 2012, una decisión de un funcionario del Ministerio del Ambiente (Minaet) aligeró la decisión política de concesionar ese terreno insular de 8,5 hectáreas, en contraposición con varios estudios y una recomendación del XIII Informe Estado de la Nación.

Esto pudo suceder por la eliminación de la Resolución de esa carpeta gubernamental que declaró el sitio rodeado de mar y cubierto de abundante vegetación Patrimonio Natural del Estado, precisó el periódico digital El País.

Con antelación, otros intentaron vender la Isla Plata en 15 millones de dólares a través del sitio http://costaricaisland.tripod.com o entregarla en concesión en virtud del Plan Regulador Costero del Cantón (municipio) de Santa Cruz.

El Plan Regulador pretendía que Vimavi del Pacífico Sociedad Anónima asumiera el control del área y fomentara la construcción de zonas Residencial Recreativa, de Alojamiento Turístico y de Servicios Básicos, entre otros.

Ambas maniobras fueron frustradas en 2006 por la actuación conjunta de los lugareños, el Minaet y el Departamento Municipal de Gestión Ambiental, dirigido entonces por el biólogo William Arauz.

Pero el año pasado el director del Área de Conservación Tempisque Arenal, Nelson Marín, eliminó la la norma restrictiva vigente y recomendó la concesión de parte de la isla, incluyendo su acceso por la playa.

Múltiples voces y evidencias acumuladas por los científicos, defensores del medio ambiente y activistas sociales, se alzaron contra el Plan Regulador y, sobre todo, contra el otorgamiento de la concesión.

En un estudio Arauz, del Departamento de Gestión Ambiental de la Municipalidad de Santa Cruz, propuso dejar isla de Plata tal como está y más bien promocionar estudios de investigación sobre la biodiversidad del sitio.

El Informe Estado de la Nación, de 2007, indicó a su vez que dadas las características biológicas del bosque tropical seco en el lugar, las ideas expresadas en el Plan Regulador constituyen una amenaza para todo el ecosistema insular.

También advirtió que un riesgo específico para el ecosistema de la isla es la extracción ilegal de madera, fomentado por intereses particulares atravesados por la lógica del mercado en detrimento de los seres humanos y de la naturaleza.

Mas, en su edición del año 2011, el Informe Estado de la Nación fue más lejos y recomendó derogar el plan (regulador) y solicitarle al Minaet un plan de manejo, que nunca se realizó.

Sólo la Asamblea Legislativa puede concesionar a esta isla, que forma parte del área restringida de la Zona Marítimo Terrestre de Costa Rica, cuyas extensiones boscosas forman parte del Patrimonio Natural del Estado.

Con la entrega de la concesión, es un hecho que la isla dejará de tener esta condición, porque la concesión es una privatización, donde solo los dueños de los proyectos que se construyan podrán decidir quién entra o no al territorio.

Ellos serán los amos y señores de Isla Plata, advirtió Edgar Cantón, de la organización ambientalista Consejo Ecocivil del Carrillo.

El daño será mucho más grave si se consideran otros valores del lugar, uno de los más importantes del Parque Nacional Machalilla, donde fueron encontrados importantes vestigios arqueológicos que demuestran que el sitio es utilizado desde épocas prehistóricas como centro de adoración al Sol.

Desde tiempos remotos, en la ínsula se repiten una y otra vez el intercambio de la famosa concha Spondylus, considerada el manjar de los dioses y moneda primitiva por las culturas prehispánicas.

Isla Plata también sirvió de refugio de piratas y corsarios, quienes la utilizaron como base de operaciones para atacar a los galeones españoles durante los siglos XVI, XVII y hasta el XVIII.

Según leyendas locales, en las aguas saladas que la rodean quedaron arrojadas gran cantidad de toneladas de metales preciosos, en especial, de plata.

De ello deriva el nombre del pequeño territorio, en el cual anidan aves marinas tales como piqueros de patas azules, enmascarados y de patas rojas, fragatas, pájaros tropicales, albatros y leones marinos.

Las mil 200 hectáreas de extensión de la isla sirven, además, a la ola de reproducción de aves migratorias que durante todo el año van y vienen por el lugar.

Otro de los atractivos contemporáneos de Isla Plata es la práctica del Snorkeling o buceo de superficie, actividad que se facilita debido a que el perfil costero de la misma está rodeado por arrecifes coralinos, desde los meses de Junio a Septiembre.

La presencia de ballenas jorobadas de la Antártica es otro de los atrayentes del sitio, ideal para el apareamiento y el nacimiento de las crías de esta especie, tan amenazada por la desidia humana.

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