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Dar la batalla por Bosawás, imperativo en Nicaragua

Dar la batalla por Bosawás, imperativo en Nicaragua

La Reserva de Biosfera Bosawás, situada al Norte de Nicaragua y considerada la más grande de Centroamérica, puede desaparecer si continúa la depredación de los bienes naturales en ella, alertó el asesor presidencial, Jaime Incer Barquero.

Las invasiones de tierras, los conflictos armados, la deforestación, la tala indiscriminada y la extracción ilícita de la riqueza mineral, amenazan cada día más a esos bosques nubosos, que abarcan 20 mil kilómetros cuadrados y son considerados el pulmón principal del centro del continente.

Para la nación indígena Sumu Mayangna constituye una urgencia contener esos procesos, los cuales atentan contra su hábitat y el bienestar de toda la población nicaragüense y mundial, en medio del creciente calentamiento planetario, explicaron algunos de sus líderes a la prensa.

Esta necesidad cobró fuerza en las últimas semanas debido al incremento de la invasión de colonos y de los choques de estos con los originarios, empeñados en defender los territorios que habitan hace miles de años y sobre los cuales poseen títulos de propiedad por mandato del gobierno sandinista.

La muerte el 24 de abril del nativo de la comunidad mayangna de Sulún, Elías Charly Taylor, encendió los ánimos y motivó la reiteración de las denuncias en torno a lo que acontece en Bosawás.

En medio de ello el presidente de esa nación, Aricio Genaro Celso, instó a agilizar la movilización de las fuerzas encargadas de implementar y defender el cumplimiento del decreto emitido el 5 de marzo de 2013 respecto al tema por el mandatario nicaragüense, Daniel Ortega.

Esa disposición ordenó crear la Comisión Interinstitucional para la Defensa de la Madre Tierra en zonas indígenas, afrodescendientes del Caribe y alto Wangky Bocay, en Bosawás.

Mas la tardanza de ese ente en concretar su actuación y atender de manera directa los asuntos de los ordenamientos territoriales generó mayor inestabilidad en la zona, declaró el diputado Noel Coleman a Prensa Latina.

Esta semana, en respuesta a lo acaecido, las instituciones representadas en la comisión reforzaron las acciones orientadas a frenar la conflictividad en el área, declarada en 1997 reserva de la biosfera por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Según la titular del Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales, Juana Argeñal, el gobierno está tomando las medidas para evitar que sigan penetrando en el área colonos y traficantes de madera.

Al menos 700 militares del Batallón Ecológico del Ejército respaldan esas acciones, a las cuales se sumó la prohibición de continuar labores agrícolas, ganaderas y la caza, precisó la ministra.

Por su parte la coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, Rosario Murillo, anunció que Ortega pedirá apoyo a la Unesco para frenar la deforestación en Bosawás y atender otros patrimonios materiales e inmateriales de Nicaragua.

La cuestión será abordada por el mandatario en la reunión que sostendrá con la directora general de ese mecanismo mundial, Irina Bokova, quien llegó al país procedente de El Salvador, como parte de su gira por Centroamérica.

Bosawás cuenta con más de 270 especies de plantas, más de 200 de animales y unas 200 mil de insectos, las cuales equivalen en su conjunto al 13 por ciento de las variedades tropicales conocidas, refiere un estudio de la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (UNAG).

La deforestación y la invasión de más de 10 mil colonos arriesgan ese caudal y a los cerca de 40 mil indígenas miskitos y mayangnas que habitan el área, donde estos aseguran, operan hace algún tiempo ciertos grupos dedicados a traficar drogas a través de esas zonas de difícil acceso.

Datos aportados por los líderes comunitarios, sobre la base de las pesquisas de la UNAG, sugieren que desde 2010 perdieron 150 mil hectáreas de bosques por obra de los invasores.

Por eso estamos preocupados, esa situación afecta nuestra cultura, nuestra biodiversidad, todos los sectores forestales, y mientras más tiempo pase no habrá más vida de este pueblo indígena, porque allí descansa la sobrevivencia de nuestra comunidad, alertaron, en diálogo con Prensa Latina.



 

 

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