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Ventajosa fórmula de Petrocaribe, dice primer vicepresidente cubano

Ventajosa fórmula de Petrocaribe, dice primer vicepresidente cubano

Petrocaribe marca un antes y un después para naciones pobres del Caribe y Latinoamérica que, bajo ese esquema de cooperación, lograron garantía energética y fondos para inversión social, evaluó hoy el primer vicepresidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel.

Como mecanismo de cooperación, el acuerdo denota la visión solidaria de la revolución bolivariana y del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, promotor de la iniciativa, hermanada con el ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), dijo en entrevista con Prensa Latina.
Por primera vez en la historia, un país con vastos recursos petroleros colocó esa riqueza a disposición del desarrollo económico y social de otros pueblos, mediante fórmulas equitativas de intercambio e igualmente ventajosas para todos, precisó.
Díaz-Canel encabeza la delegación de su país a la VIII Cumbre de Petrocaribe que sesiona en esta capital, con la participación de representantes de 20 Estados del área.
La comitiva de la isla está compuesta además por los titulares de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, y de Energía y Minas, Alfredo López; el viceministro de Relaciones Exteriores Rogelio Sierra, y el embajador aquí, Eduardo Martínez Borbonet.
A juicio del primer vicepresidente del gobierno cubano, el suministro estable de combustibles con instrumentos de pago solidarios, es por sí solo un hecho trascendente por las limitaciones financieras de las naciones beneficiadas y el alza de precios de los hidrocarburos en el mercado internacional.
Pero quien observe lo ocurrido, desde la creación de Petrocaribe en junio de 2005 hasta la fecha, podrá comprobar que los fondos establecidos por ese mecanismo sirvieron para poner en marcha o ampliar importantes programas sociales en campos como salud, educación, construcción de viviendas y fomento de actividades productivas, ilustró.
Nicaragua, estimó, resulta un buen ejemplo el uso dado a los financiamientos de Petrocaribe y el ALBA, a partir de las políticas del gobierno sandinista, con el presidente Daniel Ortega al frente.
Estuve aquí en los años 80 del siglo XX cuando el país mostraba las secuelas de la guerra y los efectos de la política sucia por parte del gobierno de Estados Unidos; quien tiene esos puntos de referencia, puede apreciar los importantes avances económicos y sociales ocurridos en los últimos años, comentó.
Al decir del dirigente, Petrocaribe expresa la capacidad de la Revolución Bolivariana de compartir y ser solidaria, lo que merece el perfeccionamiento de fórmulas responsables para cumplir con las obligaciones contraídas en términos económico-financieros por parte de los Estados miembros del bloque.
Entre todos, opinó, tenemos que seguir aportando para que Petrocaribe sea un proyecto sostenible a largo plazo, con la ventaja de estar articulado al ALBA y a la vocación integracionista en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Cuba, desde la presidencia pro tempore de la Celac, seguirá impulsado la cohesión regional, sobre la base del respeto a la diversidad dentro de la unidad, expresó.
En opinión de Díaz-Canel, la conformación del área económica de Petrocaribe, un asunto en análisis de la Cumbre, señala la oportunidad de ampliar ventajosas relaciones de intercambio comercial.
Esas relaciones, subrayó, resultan imposibles de encontrar bajo los términos de los tratados de libre comercio (TLC), promovidos por los grandes centros del poder económico capitalista.
Según respondió, la idea en Petrocaribe es fortalecer un espacio único, donde hay intereses comunes de promover comercio justo y solidario, complementariedad, transferencia de tecnologías y desarrollo económico con enfoque social.
Fondos de Petrocaribe sirven para ampliar servicios de salud, educación, inversiones en infraestructura, proyectos energéticos; en fin, diversos planes que aportan bienestar a las familias y contribuyen a reducir la dependencia económica externa, consideró.
Resulta casi imposible esperar de las grandes potencias, como Estados Unidos, el planteamiento de esquemas de cooperación de esa naturaleza, contrastó.
Si nos remitimos a los hechos, encontraríamos allí la lógica de la extracción de materias primas y otros recursos de las naciones latinoamericanas y caribeñas y el empleo de sus territorios como basureros de los desechos tóxicos de países industrializados, y casi nada o nada de transferencia de tecnología e inversión social contra la pobreza, argumentó.
Petrocaribe propone un camino concreto para lograr prosperidad social y sostenibilidad económica, frente al egoísmo prevaleciente en el planeta; es una manera de afirmar: otro mundo mejor es posible, sentenció.

(Por María Julia Mayoral. En: http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&idioma=1&id=1562961&Itemid=1)

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