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Nicaragua-Colombia, la urgencia del diálogo

Nicaragua-Colombia, la urgencia del diálogo

Nicaragua persiste en la actitud mantenida desde que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) fallara respecto al diferendo territorial con Colombia en aguas caribeñas y muestra su disposición al diálogo para zanjar las controversias pendientes.

En un mensaje a la nación, pronunciado este martes, el presidente Daniel Ortega reiteró su interés en crear una comisión bilateral que elabore un tratado tendente a hacer una transición ordenada de las delimitaciones dispuestas el 19 de noviembre de 2012 por el máximo tribunal de resolución de conflictos.
"Allí estamos coincidiendo, en la palabra tratado", afirmó el líder sandinista con relación a la propuesta del 9 de septiembre de su par colombiano, Juan Manuel Santos, y recordó que antes él había hablado de eso.
Desde que transcendió la orden rubricada por los 15 jueces de la CIJ, el mandatario convocó a Colombia a acatarla y a trazar de común acuerdo las pautas para aplicar lo establecido, conforme a derecho.
El 23 de noviembre de 2012, en un acto en la capitalina Casa de los Pueblos, agradeció la restitución a Nicaragua de más de 90 mil kilómetros en el mar Caribe y abogó por un entendimiento con su contraparte en el proceso que redundó en ello, iniciado tras el triunfo de la Revolución Sandinista (1979), como precisó.

Tres días después confirmó el inicio de los contactos con autoridades colombianas para concretar esa aspiración, mientras Santos patentizó su desacuerdo con el fallo y amenazó con retirarse del Pacto de Bogotá, mediante el cual su país aceptó la jurisdicción del tribunal de La Haya desde 1948.
Poco después, en una reunión de ambos en México (31 de noviembre 2012), Santos aseguró que seguiría buscando restablecer "los derechos de los colombianos que el fallo de La Haya vulneró en forma grave".
Sin embargo, aseguró esa vez que "quedamos de establecer canales de comunicación para tratar todos estos puntos. Creo que es lo más importante. Creo que esa reunión fue positiva".
Más, pese a los compromisos, Bogotá persistió en la negativa a acatar el fallo, a tratar con sus pares nicaragüenses acerca del tema, y en sus acciones con vistas a revertir la delimitación de fronteras trazadas por el ente judicial internacional más allá del meridiano 82.
Al arreciar esas posiciones, secundadas por Costa Rica -cuyo gobierno mantiene hace casi dos siglos un diferendo de fronteras con Nicaragua-, a inicios de este mes Ortega reiteró su llamado a conciliar intereses.
"Proponemos al presidente Santos que trabajemos una comisión colombiana-nicaragüense, para que de ahí salga un tratado que nos permita respetar y poner en práctica el fallo de la Corte sobre este tema", declaró el 2 de septiembre, en el acto por los 34 años del Ejército de Nicaragua.
"Esperamos que logremos llegar a una negociación, para que en esa negociación nos pongamos de acuerdo sobre cómo se aplica el fallo de manera plena", enfatizó.
Con base en esa visión, este 10 de septiembre reiteró la disposición a firmar un acuerdo con Colombia, pero con el único objetivo de hacer cumplir la sentencia de la CIJ y para definir políticas conjuntas acerca del cuidado del medio ambiente, la lucha contra el narcotráfico y otros en la zona limítrofe.
Ortega remarcó que los fallos de la CIJ son de indiscutible cumplimiento y manifestó su preocupación porque al desconocerlo, Colombia y por extensión Costa Rica, vulneran el derecho internacional y arriesgan el instrumento que tienen las naciones para evitar las guerras por territorios.
La pérdida de las islas de San Andrés -frente a sus costas y a un centenar de kilómetros de las colombianas- dolió a Nicaragua, pero pese a ello acató la decisión judicial y trabaja a favor de la armonía y la paz, de acuerdo con el presidente, para quien toda esta controversia tiene un trasfondo político.
En ese orden rebatió las acusaciones de expansionista a este país centroamericano, con una lista larga de territorios que le expoliaron intereses ajenos y de los cuales recuperó apenas algunos hasta ahora, en apego al Derecho Internacional, y defendió el derecho de esta nación a ampliar su plataforma continental, como igual pretenden 67 estados en el mundo, entre ellos otros ocho de este continente.

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