Inconformidad social, cimiento del abstencionismo en Costa Rica
La inconformidad por la profundización de las problemáticas sociales abona el terreno al posible abstencionismo en las elecciones generales, programadas para el 2 de febrero de 2014 en Costa Rica.
A juicio del expresidente José María Figueres Olsen (1994-1998), "la gente está caldeada y desmotivada" en este país por el aumento del desempleo, del subempleo, los desequilibrios en la economía y otras cuestiones claves.
"Lo entiendo porque tenemos 10 por ciento de desempleo y eso significa 200 mil personas y afecta, sobre todo, a los jóvenes. Tenemos 14 por ciento de subempleo y eso son 280 mil personas", argumentó, citado por el diario La Nación.
"Lo entiendo porque crecemos apenas tres y cuatro por ciento en lugar de ocho por ciento y no logramos solucionar las filas en la Caja del Seguro Social", añadió.
Figueres Olsen, quien aspiraba a reelegirse este año por el gobernante Partido Liberación Nacional, admitió que esa situación lo llena de coraje, pero consideró que "la solución no está en volver la espalda al sistema político democrático nacional".
"Si no se es parte de la solución, se es parte del problema", expresó y alentó a participar en los comicios en favor del candidato por esa organización, Jonnhy Araya.
Para Figueres Olsen, el sistema político costarricense "es la envidia de muchos países", aunque el partido en el Gobierno hace casi una década cometió muchos errores y ello redundó en el incremento del descontento social y en el desajuste económico.
"Costa Rica necesita entrar a crecimiento económico para vivir mejor, no este escuálido tres o cuatro por ciento del producto interno bruto de los últimos años", afirmó.
Una encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica, efectuada del 11 al 29 de noviembre, mostró que 11,1 por ciento de los habilitados para el sufragio están decididos a no asistir a las urnas, 3,5 por ciento votará en blanco o nulo y 1,9 por ciento no respondió.
Según ese estudio, Araya acumula 17,4 por ciento de las intenciones de voto, seguido por el aspirante por el Frente Amplio, José María Villalta, con 15,7 por ciento, en tanto los otros 11 candidatos apenas lograron porcentajes ínfimos.
Sin embargo, un sondeo de la firma Unimer para La Nación reveló en diciembre que Villalta encabezaba la intención de voto con 22 por ciento, seguido por Araya y el libertario Otto Guevara, ambos con 19 por ciento.
Aspirantes a ocupar la presidencia en Costa Rica concuerdan en la urgencia de conciliar intereses entre las distintas fuerzas políticas para frenar las crecientes problemáticas que aquejan a esta nación centroamericana.
Acuerdo, diálogo, unidad y concertar, fueron los términos más recurrentes entre los pronunciados por los candidatos que participaron en la segunda sesión de debate en el Tribunal Supremo de Elecciones, previo los comicios del 2 de febrero.
La meta debe ser sumar esfuerzos por el bien de Costa Rica, independientemente de los resultados del ejercicio del sufragio programado para ese día, a juicio de la mayoría de los 13 representantes de los diferentes partidos inscritos para el proceso.
Según la Encuesta Nacional de Hogares del Instituto Nacional de Estadística y Censos, 285 mil 467 hogares del otrora paraíso centroamericano, es decir 20,7 por ciento, están sujetos a la pobreza y de ellos 88 mil 557 (6,4 por ciento) a la pobreza extrema.
La investigación anual demostró, además, que la tasa de desempleo alcanzó su grado más alto de los últimos cuatro años (8,5 por ciento) al impactar sobre 200 mil personas, en tanto el subempleo llegó a 14,2 por ciento, para un total de 280 mil afectados.
El lunes 6 de enero, acorde con el orden adquirido en un sorteo, estuvieron en el debate presidencial los postulantes por el Partido de Liberación Nacional (Johnny Araya), del Frente Amplio (José María Villalta), de Avance Nacional (José Manuel Echandi), y de Nueva Generación (Sergio Mena).
Junto a ellos expusieron sus opiniones los del Partido Accesibilidad sin Exclusión (Óscar López), Avance Nacional Renovación Costarricense (Justo Orozco), y Unidad Social Cristiana (Rodolfo Piza).
En la primera jornada, celebrada el día antes, comparecieron los candidatos por el Partido de los Trabajadores (Héctor Monestel), Patria Nueva (José Miguel Corrales), y Acción Ciudadana (Luis Guillermo Solís).
También el del Movimiento Libertario (Otto Guevara), Integración Nacional (Wálter Muñoz) y Restauración Nacional (Carlos Avedaño).
Medios de prensa coincidieron en que durante ambos foros, transmitidos por el Canal 13 de la televisión, hubo escasa posibilidad de debatir entre los que pretenden dirigir los destinos de este país para el cuatrienio próximo tras la primera mujer mandataria de Costa Rica, Laura Chinchilla.
Para el elegido el reto mayor será revertir el legado de dos gobiernos consecutivos del PLN, cuyo candidato presidencial admitió el aumento del desempleo, de la pobreza, y desigualdad desde que esa agrupación asumió el poder en 2006, con Oscar Arias, hasta la fecha.
Durante una visita al cantón o municipio de Santa Cruz, provincia occidental de Guanacaste, el aspirante a ganar la máxima magistratura en las elecciones del 2 de febrero reconoció los errores cometidos por los gobiernos de esa agrupación política en este país centroamericano.
El PLN es un partido que ha cometido errores en este y en otros gobiernos. No todo lo que hemos hecho está bien, expresó en una intervención pública de menos de 15 minutos.
"A pesar de los avances que ha tenido nuestro país, seguimos teniendo niveles de pobreza muy altos y Guanacaste es un territorio que confirma esa preocupación. Hay desempleo, se ha estancado la pobreza y ha crecido la desigualdad", aceptó.
La suerte de Costa Rica descansa hoy en manos de los casi 700 mil jóvenes de 18 a 39 años de edad habilitados para participar en las elecciones generales dentro de 25 días, concuerdan hoy analistas. Ellos están más dispuestos a votar, más abiertos a tomar decisiones de último momento, no están aferrados a nadie, desatienden los debates y se informan por las redes sociales, señalaron los consultados por el sitio www.crhoy.com
Aunque los adultos de 40 a 65 años de edad constituyen 39 por ciento de los inscritos en el padrón electoral, son más dados al abstencionismo, opinaron.
Estos suman un millón 199 mil 150 de los tres millones 78 mil 321 avalados para ejercer el derecho al sufragio, pero los menores son más abiertos y flexibles para inclinar la balanza el 2 de febrero, coincidieron.
Para el analista político Rotsay Rosales este último grupo, compuesto por 696 mil 632 personas, representa un porcentaje decisivo en un panorama electoral marcado por márgenes de incertidumbre elevados sobre el resultado final y hasta con una probable segunda ronda.
Uno de cada cinco electores tiene de 18 a 25 años de edad y muchos participan por primera vez en un proceso como este, advirtió el gerente de la consultora Cid Gallup Costa Rica, Esteban Álvarez.
El último esfuerzo que se haga para el convencimiento y la movilización el día de los comicios es indispensable y va a marcar la diferencia, alentó.
Estudios del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad de Costa Rica señalan que en las elecciones de 2010 -en las cuales el abstencionismo rondó el 31 por ciento- más del 10 por ciento por ciento de los posibles electores decidió su voto en los últimos 10 o 12 días.
Datos del Tribunal Supremo de Elecciones reflejan que existen 243 mil 328 posibles electores de 66 a 80 años de edad y 69 mil 139 de 81 a 114, a los que se añaden 12 mil 644 residentes en el extranjero y 10 mil 824 nacidos fuera de fronteras, pero naturalizados y con derecho al voto.
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