Continuismo o perspectivas de cambio, puja electoral en Costa Rica
La puja entre el continuismo, representado por el gobernante Partido Liberación Nacional (PLN), y las perspectivas de cambio anunciadas por los candidatos de las otras organizaciones políticas marcan hoy el panorama preelectoral en Costa Rica.
Las propuestas de gobierno de los distintos presidenciables giran en torno a las problemáticas más agudas que enfrenta el otrora paraíso centroamericano y al margen de su grado de radicalidad prueban el distanciamiento entre ambas corrientes.
Iniciativas contra la pobreza, desempleo, corrupción, discriminación por razones de género, irrespeto al medio ambiente y a derechos humanos esenciales, convergen en ellas con planes gastados en contiendas anteriores.
Por un lado casi todos los candidatos coinciden en la necesidad de borrar la ingobernabilidad y la corrupción, los privilegios salariales y remuneraciones abusivas del sector público, mejorar la infraestructura vial, modernizar el transporte y reactivar el ferrocarril.
Más, por otra parte, si bien los aspirantes del PLN (Johnny Araya), el Frente Amplio (FA, José María Villalta) y el Partido Acción Ciudadana (PAC, Luis Guillermo Solís) promueven una reforma fiscal, el modo de implementar esta marca la distancia entre ellos.
El primero asegura que mejoraría la recaudación, ampliando la burocracia con la creación de un nuevo ente encargado de ello, con la posible desconcentración de la Dirección de Aduanas, y con un ajuste tributario.
En tanto Villalta considera una reforma solidaria de carácter progresivo, que aumente la carga a quienes acumulan mayor riqueza; mientras Solís promete un plan de emergencia, el manejo eficiente de gastos y exoneraciones, así como controlar la evasión.
Otra alternativa presenta Rodolfo Hernández (Partido Unidad Socialcristiana, PUSC), quien modificaría la ley para trasladar excedentes y utilidades de instituciones al Gobierno, reducir gastos públicos, disminuir la evasión y elusión fiscal, y cambiar el impuesto sobre la renta.
Contrario aparece el postulante del Movimiento Libertario (ML), Otto Guevara, partidario de eliminar trabas burocráticas a fin de atraer la inversión extranjera y crear empresas en pro del crecimiento económico.
Tan elocuente o más resultan las alternativas anunciadas por los candidatos respecto a la pobreza y el desempleo, flagelos que pesan sobre casi 300 mil hogares y alrededor de 200 mil personas, de manera respectiva (Encuesta Nacional de Hogares 2013).
Mientras Araya repite las fórmulas de los liberacionistas que llegaron a presidentes –Oscar Arias (2006) y Laura Chinchilla (2010)-, sus contrincantes sugieren opciones de nuevo cariz.
Para el exalcalde de San José la solución pasa por entregar un bono a las 339 mil 305 personas en condiciones de pobreza extrema, con el cual puedan agenciarse al menos tres comidas diarias; construir nuevas viviendas para estos, mejorar o ampliar sus casas y otorgar títulos de tierra.
Frente a sus planes Costa Rica Solidaria y Vivienda y Mejoramiento de Barrio, el PAC alienta el Plan Rescate, Trabajo, Progreso y Alegría, con miras en la generación de empleos y la articulación de diversos programas sociales que están dispersos y por eso fallan en su objetivo.
Villalta, quien prioriza el combate a la pobreza en su plan, prevé declarar emergencia nacional para reducir esta y la desigualdad, garantizar salarios mínimos, elevar los de los empleados domésticos, resarcir la deuda estatal con el seguro social, y renegociar los tratados de libre comercio.
"Creemos que debe declararse una cruzada nacional que nos permitiría reorientar recursos que hoy se manejan ineficientemente y se despilfarran”, expresó el frenteamplista y cuestionó la existencia de más de una veintena de instituciones y unos 40 programas que dicen combatir la pobreza.
Por su parte, Guevara prevé flexibilizar la entrega de avales para conformar empresas y facilitar la marcha de los negocios, con el propósito de crear 500 mil empleos, reducir la pobreza y reactivar la economía.
Las mejoras salariales y el incremento de puestos de trabajo para mujeres y jóvenes aparecen en casi todas las proyecciones de quienes aspiran a vencer en las urnas este 2 de febrero, lo que resulta improbable ante el ascendente abstencionismo mostrado en las encuestas.
Incluso, debido a ello casi resulta un hecho una segunda ronda en esta contienda electoral, en vísperas de la cual la disputa se centra entre los postulantes del PLN, FA y PAC, en igual orden.
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