Venezuela, más que caos y por encima del plan de los opositores
Medios de prensa internacionales insisten en que una nube bien oscura se cierne sobre Venezuela. Basta una ojeada por la telaraña virtual para constatar que las noticias sobre lo malo pululan, como si el caos fuese el único que reina en el país suramericano, donde todavía salen muchos a los parques o al cine para enamorar.
“Venezuela: exportaciones petroleras a EEUU caen al mínimo en 25 años”, “La falta de papel lleva al cierre a cinco diarios en Venezuela”, “Venezuela: estudiantes ganan la calle contra el desastre”, “Capriles salió a las tiendas para registrar la escasez en Venezuela”, “Los 10 productos que más escasean en Venezuela”…en fin, ¿nada bueno acontece?
Nada es blanco ni negro, todo tiene matices o grises. Reportes del canal multinacional Telesur muestran a una ciudadanía que camina por las calles de Caracas, incluso con niñas y niños de la mano, con total tranquilidad. Algunos de los entrevistados por el corresponsal aseguran que su vida sigue en la normalidad y que los disturbios son cosa de unos pocos, y en puntos muy concretos de esa gran ciudad.
Los días 21 y 22 de febrero también más de 500 artistas se reunieron en la Flor de Venezuela, sitio declarado Patrimonio Nacional, con propuestas de la música, el teatro, la danza, la artesanía y la literatura, así como de la gastronomía, la tecnología y el cine.
Los participantes en el I Congreso Juvenil de Cultura en Barquisimeto, capital del noroccidental estado de Lara, disfrutaron de un programa teórico destinado a conocer las distintas tradiciones de cada región de esa nación suramericana y en medio de ello condenaron cuanto acontece y procura acabar con el bienestar ganado en las últimas décadas.
Menos aluden a la realización del Carnaval del Callao, en el estado sureño de Bolívar, que en el ámbito de su inauguración el domingo recibió el certificado de inscripción en el Registro de Patrimonio Cultural de Venezuela en reconocimiento al significado que la comunidad le otorga a esa manifestación popular.
Desfile de comparsas y agrupaciones de baile volvieron a salir a las calles esta semana como parte de la festividad, con las madamas, negros medio-pinto y diablos, acompañados por grupos de calipso, ritmo musical propio de la región, surgido de la mezcla cultural entre venezolanos y afrodescendientes de origen antillano y anglosajón, que llegaron a la zona fronteriza con Brasil, entre el siglo XIX y mediados del siglo XX.
Tampoco precisan que las manifestaciones violentas tienen su centro lejos de los barrios donde miles de personas de escasos recursos son beneficiadas por los planes sociales iniciados por Hugo Chávez, quien “con una acción de gobierno revolucionaria convirtió a millones de venezolanos humildes en ciudadanos de pleno derecho”, como señalara la periodista argentina Stella Calloni.
Esas páginas menos dedican espacio a mostrar como en medio de su afán por desestabilizar al “conductor de buses devenido presidente” -lo que probablemente duele en las entrañas de quienes siempre lo tuvieron todo y aspiran de por vida a más-, los protagonistas de la “Guarimba” -como le dicen a las protestas callejeras violentas- arrasan con todo lo que huela a chavismo sin medir daños incluso, a otras personas.
Mientras allá, en Miami, Florida, se descorren las cortinas y los rostros de los artífices del vandalismo salen a la luz en medio de festines organizados para acumular fondos a favor de las protestas.
Uno de ellos contó como protagonista con el terrorista de origen cubano, Robert Alonso, quien se adjudica haber creado la Guarimba venezolana, y tuvo lugar en la finca Media Luna.
Dato curioso: la mansión campestre que dio abrigo a los conspiradores es propiedad de Reinold Rodríguez, uno de los cómplices de otro terrorista con raíz cubana y pasado de asesor de torturadores en tierra venezolana, Luis Posada Carriles.
Otro detalle: el presunto acto patriótico estuvo destinado a recoger fondos para apoyar la campaña contra el Gobierno de Venezuela, pero también para ayudar a los opositores que en Cuba guardan prisión por actos violentos.
Casi una veintena de muertos es el saldo de lo que hasta ahora provocaron en Venezuela, luego que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños declarara a América Latina y el Caribe una región de paz…¿coincidencia histórica?
“Abrir los ojos ante los peligros que acechan a Latinoamérica y sus ansias de integración”, es la sugerencia de la Calloni, para quien ahora más que nunca se necesita un accionar periodístico comprometido y ético.
“Tenemos que apartarnos de toda prensa basura que lo único que hace es embotar la mente del pueblo y apartarlo de lo que verdaderamente importa: luchar por las libertades que poco a poco hemos conquistado y que no debemos dejarnos arrancar”, declaró, durante la presentación de un libro sobre su vida (Stella Calloni Íntima), en La Habana.
“Uno no puede pasar indiferente ante una injusticia, aunque me digan lo que me digan y estemos ahora en una feria del libro en Cuba, no podemos dejar de pensar en Venezuela, en Ucrania y en todos esos países donde se repitan los mismo procesos de desestabilización que en la América de 1970”, aseguró.
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