Más mujeres asociadas al crimen en medio de la pobreza en Honduras
Autoridades policiales hacen notar hoy el incremento progresivo del número de mujeres involucradas en hechos delictivos en Honduras, donde la pobreza supera 61,9 por ciento y 2,2 millones de ellas están sin empleo, según estadísticas oficiales.
Directivos de la Dirección Nacional de Investigación Criminal informaron que 58 mil féminas tratan de encontrar trabajo y de seis a 10 por ciento de estas son utilizadas por el crimen organizado.
Las asociadas a esas redes por lo general participan en la distribución y venta de drogas prohibidas, en extorsiones, secuestros e incluso en asesinatos, precisaron.
Cerca de mil mujeres están identificadas como miembros de maras y pandillas y por ende, como participantes directas en el crimen, añadió el ente policial.
Sobre todo las más jóvenes sirven a esos grupos criminales para trasladar armas, drogas, dinero, mensajes y cobrar impuesto de guerra en negocios, viviendas, puntos de taxis y buses, agregó, de acuerdo con la publicación Proceso Digital.
Las detectadas como parte de esas bandas delincuenciales se concentran en grupos específicos en las zonas conflictivas de la norteña ciudad de San Pedro Sula, La Ceiba, Tegucigalpa y Comayagüela.
En 2013 un estudio del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UAH) precisó que la mayoría de las féminas implicadas en ilícitos tienen de 10 a 35 años de edad.
También confirmó que las niñas casi siempre son reclutadas por los delincuentes con apenas 10 años, por lo cual gran parte de ellas llegan a la mayoría de edad especializadas en el arte criminal.
Ambas fuentes concuerdan en que los cabecillas del crimen organizado utilizan los servicios de estas mujeres y luego las echan a un lado o las asesinan para borrar todo rastro de sus fechorías.
La directora del OV-UNAH, Migdonia Ayestas, manifestó su preocupación por ese problema, pero acotó que independientemente del sexo -hombre o mujer- igual son negativos la mano y el arma juntas, así como vincularse a actividades delictivas.
Consideró oportuno no perder de vista que esas mujeres muchas veces tienen familias que dependen de ellas o son jóvenes cuyos padres nunca les enseñaron valores, más las conminó a no dejarse utilizar porque luego les será más difícil salirse y revertir ese fenómeno.
Por su parte la rectora de la UNAH, Julieta Castellanos, destacó la gran cantidad de muertes de mujeres -algunas víctimas, otras como victimarias- en este país y alentó a investigar más esos hechos para definir hasta dónde están involucradas ellas y cuales son las consecuencias de esta modalidad.
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