Relaciones Cuba-Estados Unidos...y sin embargo, se mueve
Desde su llegada a La Habana, este martes 27 de mayo, el presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, Thomas Donohue, elogió el crecimiento de la empresa privada en Cuba y manifestó su complacencia con lo que consideró un movimiento de este país en la dirección correcta.
“Estoy aquí debido a la evidencia de que estamos viendo en Cuba una extraordinaria expansión de la empresa privada, la reducción de puestos en el Gobierno y más contratación privada, todo lo cual se está moviendo en la dirección correcta”, declaró al regresar a la isla tras15 años de su última visita.
De acuerdo con lo programado, en esta ocasión Donohue recorrerá la zona de desarrollo especial en el puerto del Mariel, visitará una cooperativa privada de reparación de coches, y dará una conferencia en el Aula Magna de la Universidad de La Habana.
El titular de la Cámara de Comercio de Estados Unidos - criticada en ese país por rechazar el bloqueo económico, financiero y comercial impuesto contra Cuba hace más de medio siglo, debido al freno que representa en el orden de los negocios empresariales- sostuvo un encuentro con el canciller Bruno Rodríguez.
Estados Unidos-Cuba: ¿Subasta o filantropía del absurdo?
Migrantes cubanos locos por invertir en Cuba
Agencias de prensa destacaron que esta visita tiene lugar poco después de la aprobación la nueva ley de Inversión Extranjera y en un contexto marcado por la adopción de múltiples medidas orientadas a reacomodar a este momento histórico el modelo de socialismo cubano, bajo la égida del Gobierno encabezado por Raúl Castro (2008).
Paralelo a ese proceso crece el número de personas de todos los sectores que en Estados Unidos claman por flexibilizar las sanciones contra Cuba y propiciar un acercamiento que permita seguir de cerca lo que acontece en este territorio.
En febrero de 2014, una encuesta del Adrienne Arsht Latin American Center, del Atlantic Councila, cerca del tema mostró que el 56 por ciento de los ciudadanos estadounidenses favorecen el cambio de la política hacia Cuba, 62 por ciento de ellos de origen latino y 63 residentes en Florida, estado donde convive la mayor cantidad de emigrantes de la isla.
“Estados Unidos tiene dos problemas estructurales respecto de América Latina, uno es la inmigración y el otro Cuba”, opinó el director del Adrienne Arsht Latin American Center, Peter Schechter, para quien “la política del país respecto a la isla ha quedado congelada en el tiempo pero, por otro lado, la isla está prosperando bajo toneladas de turistas y el apoyo político de otros grupos de naciones”.
La mayoría de los consultados por esa institución se mostró a favor de aliviar las restricciones económicas (62%); de levantar las limitaciones a los viajes (61%); de negociar con las autoridades cubanas asuntos de seguridad como el tráfico de drogas o el contrabando (77%); o eliminar a Cuba de la lista de países que apoyan al terrorismo del Departamento de Estado (52%).
“Esperamos que las conclusiones provoquen en la administración Obama reflexiones importantes sobre los supuestos riesgos electorales de normalizar las relaciones con Cuba. Este estudio demuestra que éstos no son tan altos”, destacó Schechter.
Especialistas involucrados en el sondeo de opinión coincidieron en que más allá de la trascendencia política de lo arrojado por la muestra, está el peligro que para la relación de Estados Unidos con el resto del continente supone mantener su aislamiento inmovilista hacia la isla y en particular el bloqueo, principal punto de fricción entre los latinoamericanos y Washington.
La última cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (La Habana, enero 2014) fue bien elocuente en ese sentido, así como la batalla de los miembros de esa comunidad porque Cuba esté en la próxima Cumbre de las Américas, en Panamá 2015.
“América Latina está pasando por un momento de relativo éxito, esos países son nuestros futuros socios. Occidente también es América Latina y ante eso es imperativo cambiar uno de nuestros problemas estructurales con el hemisferio que es Cuba, la encuesta demuestra que eso es posible y que no conlleva riesgos”, afirma Schechter, en declaraciones al diario español El País.
El senador republicano de Arizona Jeff Flake defendió la hora de resolver de una vez el diferendo entre ambos gobiernos y puso como ejemplo que “Estados Unidos hace 20 años reabrió las relaciones con otro enemigo de la Guerra Fría, Vietnam”.
Con antelación 44 exaltos funcionarios gubernamentales estadounidenses pidieron al presidente Barack Obama cambiar su actitud hacia Cuba y priorizar en ese giro el otorgamiento de permisos para que los ciudadanos de ese país puedan visitar sin mayores complicaciones este territorio antillano.
“Estados Unidos se encuentra cada vez más aislado internacionalmente en su política hacia Cuba”, expresaron en una carta dirigida al gobernante importantes jefes militares en retiro, varios ex subsecretarios de Estado, ex secretarios de las administraciones de Bush padre e hijo, de Obama, y pilares del mundo empresarial como el vicepresidente del banco Credit Suisse George Weiksner; el azucarero Andrés Fanjul y el de origen venezolano Gustavo Cisneros.
Para los observadores políticos resulta particularmente interesante que esa misiva fuera rubricada, además, por el ex jefe de Seguridad Nacional de la administración de George W. Bush, John Negroponte, quien demostró durante su gestión ser uno de los peores enemigos del progresismo en América Latina.
Los firmantes, aunque no piden levantar el bloqueo o sacar a Cuba de la lista de países que alientan o practican el terrorismo, reconocen el movimiento profundo en la economía cubana y recuerdan que desde su llegada al poder Obama flexibilizó el envío de remesas, los viajes familiares y de otros tipos, los cuales permitieron contactos directos entre los ciudadanos de ambos países y empoderaron a la sociedad civil cubana.
Más remarcan que ahora existe una oportunidad sin precedentes para ampliar esas medidas, máxime si se considera que la opinión pública estadounidense apoya mayoritariamente la normalización de las relaciones bilaterales.
También líderes de iglesias cristianas, evangélicas, morava, el Consejo Nacional de Iglesias de Estados Unidos, Iglesias Previsterianas y otras congregaciones llamaron a Obama a tomar una acción ejecutiva valiente para mejorar la relación entre ambos países y a entablar conversaciones inmediatas y de buena fe con Cuba.
Pese a que algunos insisten en que más que buenas intenciones muchos piden el acercamiento desde Estados Unidos para promover las reformas de mercado en este país, y participar del jugoso negocio que ello podría implicar en un territorio privilegiado desde el punto de vista geoestratégico, es criterio generalizado que ello impactará beneficiosamente las relaciones entre ambos pueblos y sentará las pautas para el derribo tarde o temprano de las fronteras reales e imaginarias reforzadas en los últimos 55 años.
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