Honduras pierde fuerza laboral y reemplazo generacional por migración
Honduras está perdiendo buena parte de la fuerza laboral y de la generación de reemplazo como consecuencia del éxodo masivo de infantes y adolescentes hacia Estados Unidos, alertaron autoridades ediles.
Este fenómeno es más evidente en los municipios limítrofes con El Salvador -Alianza, Langue, Goascorán, Aramecina y Valle-, donde varias comunidades vieron partir a muchas personas en busca del sueño americano, señalaron.
Para el alcalde de Aramecina, Rony Fúnez, el incremento de la migración no sólo tiene que ver con la violencia y la criminalidad prevaleciente en este país centroamericano, como aseguran las autoridades.
Los hondureños de la zona sur son expulsados más por un Estado que ha fracasado en sus pocas políticas de desarrollo social y de seguridad, sugirió.
"Es que a los gobiernos poco o nada les ha interesado el desarrollo de estos pueblos. La gente de este municipio no se va porque quiere irse, lo hace porque aquí no encuentra empleo, atención en salud", afirmó, citado por el diario El Heraldo, en su edición digital.
Entre los factores que los gobiernos no atendieron a lo largo de la historia y que motivan a la migración en ese sector fronterizo señaló la lucha contra la corrupción, la miseria, la creación de empleos, la ejecución de proyectos de viviendas dignas y los problemas de inseguridad.
Según el edil, muchos de los que migran conocen de los peligros que le acecharán en el camino como los abusos, extorsiones, tráfico de órganos, explotación sexual, golpes y homicidios por parte de autoridades y civiles, pero la necesidad los lleva a realizar la ruta.
El Heraldo comprobó en varios hogares que entre los migrantes hay de todas las edades y no solo son peones, también hay fuga de profesionales que no soportaron andar detrás de un político para poder conseguir una oportunidad de trabajo.
El problema de la migración es multicausal, dicen los estudiosos del tema y lo reafirman las autoridades municipales, así como los familiares de quienes ilegalmente buscan el supuesto paraíso del Norte, refiere el periódico.
Cada migrante indocumentado que parte hacia otro país para satisfacer sus necesidades vitales, representa a un hondureño que reclama indirectamente su derecho a ser visto con dignidad, a la alimentación, salud, educación, vestido, recreación y unidad familiar, define.
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