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Cueva de Buccament, cita con el pasado en San Vicente y las Granadina

Cueva de Buccament, cita con el pasado en San Vicente y las Granadina

La Cueva de Buccament, cercana a la costa occidental de San Vicente y las Granadinas, continúa alentando la imaginación de quienes llegan a sus profundidades quizás con ánimos de aprender del pasado de esta isla caribeña. Esa gruta o gran solapa, situada a más de 200 metros de la costa occidental, exhibe un mural enorme con dibujos complejos supuestamente realizados por los primeros pobladores del territorio.
Caracoles en espiral, figuras de cuatro puntas, representaciones de cisnes, serpientes y otros animales, rostros y órganos sexuales humanos, aparecen casi siempre entrelazados en este museo natural que devino símbolo de la nación sanvicentina.
La profundidad de los trazos en las piedras de Buccament es por lo general de apenas un centímetro por igual de anchura y para los especialistas, el dibujo más distintivo de la gruta es un conjunto de cinco figuras, situado en la boca de esta, de los cuales cuatro son caras sencillas con ojos formados por puntos, y las bocas, por rayas.
Antropológos, historiadores y otros especialistas que recorrieron por más de un año las Antillas en canoas (1987-1988), como parte de una expedición científica comandada por el geógrafo cubano Antonio Núñez Jiménez, coincidieron en que las representaciones en el lugar perseguían comunicar algo indescifrable para ellos.
Los dibujos parecen un enrevesado alfabeto o jeroglífico múltiple y el que no podamos entenderlos, no implica que no representen una idea, un mito, un mensaje, escribió el destacado investigador, cuyos estudios conservan total vigencia.
San Vicente y las Granadinas destaca en el contexto caribeño debido a la enorme cantidad de petroglifos expandidos por sus 389 kilómetros cuadrados de extensión.
El significado de estos tallados en las piedras de las cavernas del territorio descansa en el aporte de varias culturas autóctonas de la región y ameniza el paisaje natural circundante, lo cual se suma a otros atractivos para el turismo.
Muestra elocuente del arte rupestre de los antiguos pobladores del área son las formas laberínticas y rostros antropomorfos de rasgos infantiles diseminados por la Cueva de Buccament.
De modo similar, la atención del visitante es captada por la mole de piedra levantada en el cauce del río Rutland, cercano al cacerío Leveth, en Layou, San Vicente.
Con 9,50 metros de largo por 2,80 de ancho, esta resalta además por las figuras talladas por los indios en uno de sus costados y en la parte superior, entre los cuales destaca una cabeza triangular plagada de adornos junto a la cual permanece otra parecida a un trofeo de caza, colgada de una soga con un nudo en su extremo.
Según los expertos, esas evidencias históricas poseen rasgos similares a otras figuras de esa naturaleza halladas en distintos puntos de América del Sur.
Ambas no son las únicas de su tipo que pueden apreciarse en la localidad de Layou y en su totalidad constituyen un enigma en la región: todavía resulta impreciso si responden a la llegada de los arahuacos al área o a otras culturas.
Otro de los conjuntos rupestres más apreciados en San Vicente y las Granadinas es la estación situada en la carretera que pasa por Liberty y Lodge, a 1,2 kilómetros del mar que baña la capital, Kingstown.
Esta consta de ocho petroglifos orientados al norte y tallados en roca de andesita, los cuales incluyen una suerte de búho, un pato y otros dibujos concéntricos.
La costa de Indian Bay, salpicada por el Caribe y a sólo kilómetro y medio del aeropuerto de Arnos Vale, presenta una de las vistas más hermosas de este territorio.
En ese litoral los originarios tallaron en el plano de una roca inclinada, constituida también de andesita, una estructura de difícil interpretación pero considerada por algunos un pájaro de alas recogidas al estilo de la historia de estos hombres.
Quizás los primeros pobladores de esas tierras nunca pensaron en que sus sueños, miedos, conflictos, alegrías y tristezas, quedarían resguardados tanto tiempo en las formas misteriosas que estamparon en las rocas y que subsisten cargadas de enigmas para los contemporáneos.

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