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Cuba, la palabra mágica para el cantautor guatemalteco Fernando López

Cuba, la palabra mágica para el cantautor guatemalteco Fernando López

Para el cantautor guatemalteco Fernando López, Cuba representa todo lo que lo impulsó a mantenerse en la senda de la música comprometida desde que pudo participar en el XI Festival de la Juventud y los Estudiantes (1978).
En ese entonces apenas tenía 12 años de edad y verse en un escenario junto a importantes cultores del género en este continente lo marcó para siempre, al punto que dedicó su investigación de licenciatura a analizar el tema, confesó en diálogo con Prensa Latina.
El hombre que tantos admiran por sus canciones y melodías, pero también por su sensibilidad, ganó una licenciatura en Antropología Social y Etnología en la Universidad de San Carlos de Guatemala, con la tesis Canción y Contracultura: Aproximación antropológica al círculo experimental de cantautores dentro del movimiento de canción alternativa 1988-1991.
Desde antes, la obra artística de López marchaba aparejada al devenir histórico de su pueblo, pero sobre todo a partir de esa época interiorizó la necesidad de "develar el rostro propio de nuestro canto, desdibujando las imprecisiones conceptuales y trascendiendo los atavismos ideológicos sectarios y miméticos que frenan su desarrollo".
"Pese a los años acumulados por ese estudio, creo que la canción alternativa guatemalteca continúa en proceso de construcción y para adquirir naturaleza propia debe ser capaz de mover sentimientos propios y contradictorios, así como alcanzar una dimensión creativa-poética y simbólica" explicó.
"Además de incorporar esos elementos, es preciso fomentar una canción que permita recrear artísticamente la verdad subyacente y concreta de nuestro devenir, con amplitud y respeto, sin absolutismos científicos, desacralizando los dogmas ideológicos a través de la naturaleza cambiante de la cultura", agregó.
A juicio de este apasionado del patrimonio poético guatemalteco, "se trata de hacer una canción que impulse a volar, blandir y compartir su lenguaje emancipado, en cualquier espacio y tiempo que le abra sus puertas para ser escuchada con dignidad, sin maniqueísmos mercantiles".
A la vez "esta canción debe garantizar su supervivencia, a partir de contar y/o relatar historias y mitos, derrotas y utopías, surgidas de nuestro entorno o rematizadas de otras latitudes", añadió.
"La Canción Alternativa Guatemalteca es el género que continuamos construyendo como propuesta contracultural a la canción masificada comercialmente, mas contracultural también con relación a la canción militante, de agitación, dirigida y usada utilitariamente".
López insiste en que no es un trovador, sino un cantautor, "alguien que canta a la vida, y a todo lo hermoso que hay en ella, pero también al dolor".
"Cantar es defender una tesis sonora, como ser humano", definió y recordó el mito del Popol Vuh, el libro sagrado de los mayas, según el cual los abuelos fundadores de la especie humana dieron prioridad a la creación de los sonidos.
"La canción debe estar dirigida, sobre todo, a alentar la emancipación humana. La persona que puede hacer una canción, una creación, independiente de los momentos históricos, pone su arte para inventar una realidad, nuevos mundos, pero mejor si logra hacerlo sin apartarse de una concepción crítica", reflexionó.
Otro pilar sobre el cual erigió su manera de decir en términos musicales, admitió, fue la fuerza extraordinaria de la poesía guatemalteca contemporánea, reflejada en los versos de Roberto Obregón, Luis de León, Alaíde Foppa y Otto René Castillo, por sólo citar algunos.
Quizás para muchas personas un momento puntual de su trayectoria fue la presentación de los poemas musicalizados del activista y combatiente guerrillero quetzalteco, quemado vivo por los militares el 23 de marzo de 1967, Otto René Castillo.
"El acompañamiento de la Orquesta Sinfónica de Guatemala fue esencial para impactar como lo logramos con esa propuesta durante el Acto de Perdón del Estado por el crimen cometido contra Otto René", reconoció.
Sin embargo, la mayor satisfacción fue cuando al ser pronunciado el veredicto condenatorio contra el exdictador Efraín Ríos Montt (13 de mayo de 2013) le pidieron entonar la letra de "Aquí sólo queremos ser humano" y los presentes en la sala de audiencias conformaron un coro gigante a la par.
"Aquí sólo queremos ser humano removió algunas pequeñas cosas siempre, pero ese día tembló la tierra. Escuchar la sentencia contra el genocida y ver a tantas personas cantando esa letra genial, con la melodía que habíamos creado para servirle de fondo, fue sencillamente emotivo", manifestó pleno de gozo.

"Esa canción logró calmar la sala. Para mí, esta resume la vigencia de la esencia humana, y de una estética que como cantautor quiero defender: la estética de la emancipación humana, por eso comprenderás porque cada vez que hablo de aquel momento vuelvo a emocionarme".
"Leer lo escrito por Otto René y cada uno de los que practicaron el oficio poético sirvió para empezar a imaginar otra realidad que todavía no llega en Guatemala", argumentó.
Y dejó en claro que su relación con el país que lo vio nacer y crecer "es contradictoria pero muy viva. Soy una persona que odia y ama a la vez un contexto informe, donde la violencia, la inequidad y la exclusión son la norma".
La prevalencia del concepto patrio del chapín orgulloso de los criollos -descendientes directos de los colonizadores españoles- es lo que más cuestiona López, así como la limitada comprensión de ciertos sectores de lo perentorio del cambio en Guatemala.
"Guatemala tiene que cambiar, hay que contribuir a que las cosas vayan cambiando", subrayó y lamentó la persistencia de bajos niveles de desarrollo en indicadores básicos como el acceso al agua, la educación, la salud.
"Debatirme como guatemalteco es lo que da sentido al canto que hago, por lo que prefiero componer acá y no en Europa, donde cada año puedo acumular algunos recursos económicos para regresar y hacer por un tiempo lo que de verdad prefiero para no desligarme de la realidad de mi pueblo", declaró el nacido en Mazatenango, departamento suroccidental de Suchitepéquez, el 13 de noviembre de 1965.
La participación en festivales de música del mundo o música de actor, los conciertos en pequeños circuitos no necesariamente comerciales y otros, forman parte de la agenda de este artista allende el Atlántico.
Más allá de la trova tradicional y de la canción comprometida, López incorpora en estas actuaciones blues, bossa nouva y otras tendencias que trata de recrear con sus músicos acompañantes, con los cuales incursiona ahora en los palos del flamenco "por su expresividad, libertad y fuerza".
Esto probablemente sea parte del espectáculo que ofrecerá con otros artistas guatemaltecos a partir del 20 de abril en el ámbito del Eurotour Corazón Ixil 2016, que contempla dos presentaciones en el Latin American Week 2016 de Dublin, Irlanda, y en otros cuatro países: Italia, Noruega, España y Austria.
Pero al margen del ir y venir de uno a otro espacio geográfico, insiste en que mientras pueda continuará participando de manera activa en los festivales por la recuperación de la memoria histórica, por la dignidad y en defensa de los derechos humanos que contribuye a organizar en Guatemala.
"Se tienen que seguir diciendo cosas y defender la vida para tener un mejor país, sin que tengamos que venderlo todo como alientan algunos", opinó.
"La Guatemala que sueño es una Guatemala sin racismo, porque cuando las pieles ajenas no se vean tan ajenas nos aceptaríamos y dejaría de asumirse como natural toda la inequidad humana que en este país se sustenta en el prejuicio de la desigualdad racial", afirmó.
"La diversidad es la gran riqueza de esta nación y no es como dicen muchos, la causa del atraso", enfatizó este padre de dos hijas -una de las cuales, Amaranta, lo acompaña con su voz en algunos conciertos-, que se confiesa incompleto porque todavía le queda mucho por hacer.
"Soy un apasionado, el doble en cuanto a la música y aunque ahora fusiono ritmos, tendencias, nunca podré agotar todas las posibilidades para transmitir a los seres humanos cuanto deseo. Lo reconozco, en esencia, soy un niño y cuando deje de serlo estaré en problemas", concluyó de manera jocosa.

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