Triángulo Norte de Centroamérica, parachoques de la migración a EE.UU
Durante su visita el 21 y 22 de febrero, el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, aseguró que no habría deportaciones masivas de personas oriundas de esta región, más catalogó a la migración de cáncer terrible y negoció tras bambalinas reforzar militarmente la frontera guatemalteca con México.
Incluso, el exjefe del Comando Sur recorrió el Centro de Recepción de Migrantes en la Fuerza Aérea de Guatemala, lo que a juicio de analistas confirmó la presunta intención de su llegada: comprobar la capacidad del país para recibir grandes cantidades de migrantes retornados de manera eventual.
Dos semanas después, trascendió que los ministros de Gobernación de Guatemala, Francisco Rivas; de Justicia y Seguridad Pública de El Salvador, Mauricio Ramírez; y de la Secretaría de Seguridad de Honduras, Julián Pacheco Tinoco, fueron convocados por Kelly a una reunión en Washington.
Rivas confirmó que el encuentro se dará en el mes de junio por iniciativa de Kelly y adelantó que los presidentes y cancilleres del área podrían participar en este, para diseñar acciones integrales con tal de obtener resultados mejores en la lucha contra la violencia y el trasiego de drogas, lo cual permitiría disminuir la migración ilegal.
Pero mientras llega el momento, los gobiernos vértices del Triángulo Norte de Centroamérica articulan planes para atacar ciertas causas que alientan el éxodo de seres humanos y sobre todo de menores de edad.
El 8 de marzo autoridades de Seguridad de Honduras acudirán a un diálogo con Rivas para evaluar posibles operaciones a ejecutar y los aspectos a priorizar en la lucha por desarticular los grupos criminales que actúan en ambas naciones, así como para disminuir el contrabando de mercadería, entre otros temas.
Sin embargo, antes que los vecinos llegará el secretario de Estado adjunto para Narcóticos y Asuntos de Seguridad en Estados Unidos, William Brownfield, quien se reunirá el lunes con el presidente Jimmy Morales.
El retorno de Brownfield, apenas un año después de un intercambio similar con el gobernante en el Palacio Nacional de la Cultura, es asociado a lo dicho en el Informe Anual del Departamento de Estado sobre Control de narcóticos: Informe de Estrategia, Volumen I, Control de Drogas y Químicos.
El documento señala a los tres países de la zona entre los más afectados por el lavado de dinero y aunque reconoce logros a la gestión de Morales, subraya su imposibilidad para construir mecanismos sostenibles de lucha contra el narcotráfico en Guatemala.
Destaca que ello sólo será posible cuando 'implemente plenamente sus leyes, las reformas a las instituciones policiales y judiciales', lo cual supone un claro mensaje a las autoridades electas tras la ola de protestas anticorrupción que sacaron de la silla presidencial al exmandatario Otto Pérez Molina (2012-2015).
Previo a esto, Estados Unidos anunció una eventual solicitud de extradición de la exvicepresidenta Roxana Baldetti y del exministro de Gobernación, Mauricio López Bonilla, acusados de narcotráfico por una corte norteamericana pero en prisión preventiva y sujetos a juicio por otros delitos en Guatemala.
Según el canciller guatemalteco, Carlos Raúl Morales, en la región se trabaja por mejorar las condiciones de vida de la población, la seguridad ciudadana y fronteriza, las perspectivas comerciales y el control migratorio.
Mas consultores políticos sugieren repensar la aplicación de un modelo que convirtió al área en una de las más desiguales, violentas y vulnerables ante el cambio climático en el mundo, sobre todo a Guatemala y Honduras.
Para el coordinador del Centro de Estudios de Guatemala, Sandino Asturias, 'los procesos migratorios masivos hacia Estados Unidos tienen una causa fundamental: el fracaso del modelo económico impuesto hace más de dos décadas', que redundó en la pobreza, la desigualdad, y la falta de oportunidades, especialmente para las mujeres, juventudes e infantes.
0 comentarios