Reo joven vinculado a motín carcelario hallado asesinado en Guatemala
Un participante en la revuelta en el penal para menores de edad Etapa II, al sureste de la capital de Guatemala, fue hallado muerto a dos días de la desarticulación del motín, confirmó el Sistema Penitenciario.
Según el portavoz del organismo, Rudy Esquivel, Mike Alexander Natareno tenía 25 años de edad y su cadáver fue encontrado con signos de estrangulamiento la noche del miércoles en el sector 11 del Centro Preventivo para Hombres de la Zona 18, a donde fue trasladado tras los hechos en el recinto de San José Pinula.
El presunto pandillero ingresó al reclusorio capitalino después de la audiencia contra los participantes en el amotinamiento del domingo en el presidio aledaño al Hogar Seguro Virgen de la Asunción, que dejó un saldo de cuatro custodios muertos y varios heridos.
Natareno fue sindicado en esa vista preliminar de los delitos de asesinato, asesinato en grado de tentativa, y motín de presos.
Autoridades del Ministerio de Gobernación esgrimieron que la temeridad de los participantes en la revuelta carcelaria en Etapa II, escenario de un suceso similar en 2005 que terminó en la muerte de 14 personas, obligó a intervenir a la fuerza luego de 30 horas de supuesto diálogo.
Los amotinados tomaron como rehenes a siete monitores o custodios del centro con el propósito de patentizar su rechazo a los maltratos de que eran objetos, su inconformidad con ciertas normas dentro del penal y con el traslado de algunos de sus compañeros a otros.
De los trabajadores retenidos, dos fueron asesinados en la institución, uno murió en el momento en que pretendían trasladarlo a una unidad de salud, y el cuarto en el capitalino hospital general San Juan de Dios.
En tanto otros tres continúan bajo atención médica, en estado delicado, dos en el San Juan de Dios y uno en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social.
Poco después que las autoridades dijeran que todo estaba bajo control en Etapa II tuvieron lugar nueve ataques a comisarías de la Policía Nacional Civil en distintos puntos de la capital y en la ciudad de Quetzaltenango, a raíz de los cuales fallecieron tres agentes y ocho resultaron heridos.
Frente a esos atentados, casi simultáneos y atribuidos a la pandilla Barrio 18, el presidente de Guatemala habló de una emergencia nacional por la violencia y advirtió que el Estado no descansará hasta lograr sus objetivos por ofrecer paz y tranquilidad a la población.
Durante la captura de los eventuales responsables fueron decomisados un lanza granadas y cinco granadas, cinco fusiles de asalto de distinto calibre, cuatro pistolas calibre 9 milímetros, y dos chalecos antibalas.
Consultores aseguran que son muchos los detalles que quedan por esclarecer respecto a estos ataques y no descartan el posible contubernio entre agentes estatales y pandilleros, con tal de infundir terror a la población.
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