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La docencia en tiempos del ChatGPT

La docencia en tiempos del ChatGPT

El ChatGPT comienza a preocupar a la cátedra. Las posibilidades para el plagio comienzan a ser infinitas con este nuevo aporte de la "inteligencia artificial" y no queda de otra que reacomodar los métodos de enseñanza.

Algunos profesores consideran oportuno practicar pequeños exámenes o encuestas de unos diez minutos, en cada inicio de clase, para indagar qué opinan los estudiantes acerca de lo analizado en sesiones previas o sobre temas particulares de especial interés.

Otra manera oportuna de romper con la lógica del apego desmedido -y oportunista- a las herramientas digitales pudiera ser la aplicación del método socrático, cuya adaptación en el aula supone convertirse en una suerte de "profe’ preguntón", para motivar a los estudiantes a razonar, a desarrollar el pensamiento lógico, más que a repetir lo "aprendido en clases".

Esto va de la mano del empeño de romper con los paradigmas escolástico que todavía priman en ciertos espacios académicos y de alejarnos cada vez más de todo lo que lastra el proceso de enseñanza- aprendizaje en detrimento de lo que exige este siglo XXI.

El método socrático o diálogo socrático, como también se le conoce, es un procedimiento que desde el siglo V Antes de Nuestra Era sirve para identificar pensamientos y es reconocido como un método de excelencia para ayudar a cualquier ser humano a determinar cuán precisas, útiles o limitadas pueden ser ciertas ideas o apreciaciones acerca de objetos, fenómenos y procesos en su entorno.

En un aula, este cobra forma cuando el docente se convierte en una suerte de moderador del diálogo con los estudiantes, fundamentalmente, a través de interrogantes oportunas y con una secuencia lógica que permita alentar la confianza en que las respuestas están cerca, en que todos la saben al menos en más de la mitad.

Tanto en el aula, como en cualquier espacio, el método socrático puede estimular la búsqueda activa del conocimiento y también la participación en su construcción de manera consciente o inconscientemente. Con este, se alienta a pensar e investigar de manera individual y adentrarse en la aventura de crear otros canales que permitan despejar interrogantes y encontrar soluciones a problemas concretos.

La docencia en esta centuria de redes sociales, blogs, multimedias... ¡y bot -programa informático que efectúa automáticamente tareas repetitivas mediante Internet, a través de una cadena de comandos o funciones autónomas-! no puede reducirse a transmitir de manera mecánica los "dogmas" asumidos de manera acrítica en las ciencias particulares sin dar espacio al cuestionamiento constante, a la reevaluación y al reacomodo a nuestro tiempo.

Quizás de lo que se trate en esta época entonces es de acabar de poner de moda un "aggiornamento" de la docencia en aras de recuperar lo mejor del pensamiento crítico y motivar mucho más a los estudiantes a poner en movimiento el neocórtex o neocorteza de sus cerebros en aras de convertirlos en seres más "humanos".

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