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Batallar por el pueblo, legado de Nicaragua al SICA

Batallar por el pueblo, legado de Nicaragua al SICA

Nicaragua concluyó como presidente pro témpore del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) y dejó un legado de valor indiscutible: batallar por el pueblo, divisa a seguir por todos los miembros del mecanismo regional.

Durante los seis meses al frente del instrumento unionista, este país actuó bajo el lema "La lucha contra la pobreza y la desigualdad: un modelo posible en un mundo de cambios".

Temas claves como la seguridad ciudadana, alimentaria y nutricional; el cambio climático y sus efectos sobre estos territorios, y otros orientados a elevar la calidad de vida de los pueblos, constituyeron el plato fuerte de los análisis impulsados bajo la égida de la administración de Daniel Ortega.

En el período que Nicaragua presidió el SICA trató de imprimir a la agenda una relación consecuente con la visión cristiana, socialista y solidaria de la política y el buen gobierno, de acuerdo con el canciller, Samuel Santos.

Durante la reunión preparatoria de la XL Cumbre Ordinaria de los Jefes de Estado y de Gobierno del ente, el ministro de Relaciones Exteriores detalló que en la etapa realizaron 110 reuniones, de las cuales dos fueron de presidentes, 22 ministeriales, 10 viceministeriales y 76 técnicas.

De estas destacó sus resultados positivos y el que en ellas se abordaran cuestiones económicas, políticas, de cooperación, pesca, agropecuaria, deportes, educación, cultura, turismo, medio ambiente y gestión de riesgo, entre otros.

Momento puntual señalado por Santos fue la cumbre del 8 de agosto, en Managua, en la cual los dignatarios del área ratificaron el compromiso de combatir el hambre, la desnutrición crónica, y potenciar el desarrollo territorial para erradicarlos acorde con la identidad cultural.

La cuestión de la seguridad alimentaria y nutricional estuvo en el centro de los debates en esa jornada que concluyó con el acuerdo, además, de coordinar con las instituciones regionales e internacionales especializadas para implementar estrategias comunes en torno a la problemática.

En estos meses tuvieron lugar también varias actividades que involucraron a los órganos e instancias del sistema orientadas a fortalecer el proceso de integración, considerado uno de los más avanzados del mundo, según el canciller nicaragüense.

El fin de la presidencia pro témpore no implicará para Nicaragua el alejamiento de las responsabilidades asumidas como parte del proceso de continuidad de la labor que realizó Honduras con el objetivo de mantener vivo el espíritu unitario del SICA, aseguró Santos a Prensa Latina.

Es más, remarcó, nos corresponderá trasladar la antorcha de ese proceso a la nueva presidencia, que recaerá en manos de Costa Rica a partir de la cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de este jueves.

Todas las acciones continuas que realizamos están encaminadas a garantizar el bienestar de la población centroamericana y en ese sentido seguiremos dando nuestro aporte, enfatizó.

Durante la cita preparatoria de la XL Cumbre, el canciller expresó que para Nicaragua tiene especial relevancia cerrar su mandato el día del aniversario 21 del Protocolo de Tegucigalpa (1991) y del 52 del Tratado de Integración Económica Centroamericana (1960).

Ambas efemérides constituyen momentos esenciales en el camino hacia la concreción del ideal de Francisco Morazán y otros próceres de la independencia americana, de cuya herencia se nutre el SICA.

"Más allá de las diferencias que normalmente aparecen en el curso de nuestros trabajos, tenemos coincidencias profundas que son las que nos han permitido y nos permiten avanzar, construir en comunidad una Centroamérica para los centroamericanos", recordó Santos.

En consecuencia, como al poeta y ensayista uruguayo Eduardo Galeano, "se me antoja emocionado que esta Nicaragua igual abraza de sonido guitarra a la Centroamérica toda".

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