Promesas incumplidas empañan salida del gobierno de Laura Chinchilla

Las promesas de su campaña política incumplidas empañan hoy la salida del gobierno de la primera mujer que ocupó la presidencia de Costa Rica, Laura Chinchilla, del Partido Liberación Nacional.

• Presidenta saliente de Costa Rica confiesa sentirse desahogada
• Sobre todo profesor universitario, asegura Luis Guillermo Solís
• Fiesta cívica en Costa Rica por traspaso de poderes

 

• Presidente dominicano viaja a Costa Rica para toma presidencial
• Sánchez Cerén asiste a traspaso presidencial en Costa Rica
• Presidente guatemalteco viaja a Costa Rica para asunción de Solís
• Costa Rica expectante ante investidura de Luis Guillermo Solís

Las fallas y el deterioro de la infraestructura básica del país, así como los sucesivos yerros en comunicación y el manejo tardío de las crisis que surgieron en los recientes cuatro años, persiguieron a la mandataria a lo largo de su administración (2010-2014), afirma el semanario Universidad.

La publicación digital asegura que buena parte de los principales tropiezos que Chinchilla tuvo durante su gestión, habían sido advertidos por expertos en distintas ramas.

Ejemplifica que, antes de colapsar las alcantarillas y de surgir dos enormes cráteres viales, el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales de la Universidad de Costa Rica (UCR) alertó de la falta de mantenimiento en las carreteras y de los riesgos en el sistema de alcantarillado.

Esa entidad también denunció las inconsistencias contractuales, carencias de diseño y el excesivo precio de los peajes de la concesión San José-San Ramón, antes que las protestas sociales obligaran a romper ese acuerdo y evitaran el pago estatal de 34,9 millones de dólares al consorcio brasileño OAS.
Otras manchas sobre el gobierno saliente estuvieron asociadas al impago de impuestos por algunos de sus jerarcas, a la subvaloración de propiedades de otros y a la renuncia de casi una veintena de ellos por cuestionamientos -casi siempre en torno a la corrupción- cuando el daño a la imagen presidencial era imparable.
"Finalmente, la propia mandataria aceptó abordar un jet privado, para asistir a una boda en Perú, sin conocer la identidad del dueño de la nave, ni sus antecedentes", lo cual la envolvió en un escándalo a nivel nacional por el presunto vínculo de esa nave con el narcotráfico en Colombia.
Esto explica por qué Chinchilla deja el Gobierno con la peor imagen de las recientes seis administraciones, según un estudio del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la UCR, publicado por el semanario Universidad en diciembre del 2013.
De acuerdo con ese sondeo de opinión, el 63,3 por ciento de la ciudadanía consideraba que su labor fue mala o muy mala, 20,8 por ciento la evaluó de regular y el 14,2 por ciento la calificó de buena o muy buena.