Costa Rica acogerá cita de la Convención sobre Municiones en Racimo

Costa Rica acogerá del 1 al 5 de septiembre a la V Reunión de los Estados Parte a la Convención sobre Municiones en Racimo, suscrita por 113 países.

Más de 800 delegados de distintas naciones participarán en el cónclave, organizado como parte de la estrategia de este país centroamericano encaminada a promover la universalización del tratado contra el uso de esas armas mortales.
Costa Rica, que ratificó la convención el 28 de abril del 2011 y preside de manera temporal ese mecanismo, procurará consolidar el régimen internacional generado contra las municiones en racimo, aseguró la víspera el ministro de Relaciones Exteriores y Cultos, Manuel González.
Propósito de este mandato es que el mayor número de Estados se sumen a ese instrumento para garantizar el logro de uno de los elementos clave del desarme humanitario: la estigmatización del arma en cuestión y, desde luego, de su uso, afirmó.
Las municiones de racimo, usadas por primera vez durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), dejaron más de 100 mil víctimas en 23 países, precisó y ratificó el compromiso de los costarricenses con la lucha contra las mismas.
Debemos seguir censurando a quienes fabrican esas armas, las producen, las distribuyen y presumen de ver aumentado sus ingresos a raíz de la venta de este armamento de altísimos costos humanitarios, declaró, en alusión a sus principales productores y comercializadores: Estados Unidos, Israel, Paquistán, Rusia e India.
Durante la inauguración del taller para periodistas Costa Rica en el Desarme Humanitario, el canciller alentó a los profesionales de la comunicación a contribuir con esos esfuerzos e instó a batallar porque ningún Estado contravenga los principios de la convención aunque no sea parte de esta.
"Recae muchas veces en los periodistas la labor de estigmatizar ante la opinión pública mundial el uso frecuente de ese tipo de armas, cuyos efectos horroríficos e inhumanos en recientes conflictos de los cuales hemos sido testigos en los últimos años", opinó.
Estas armas van contra del derecho internacional humanitario y del derecho internacional público, agregó y expresó que avanzan los esfuerzos para lograr que Centroamérica sea la primera subregión en erradicar las municiones en racimo.
Esas armas, que pueden ser lanzadas desde un avión, con artillería o con misiles, constan de un contenedor que se abre en el aire y se dispersa en grandes cantidades de submuniciones explosivas o bombetas sobre un área similar a una o dos canchas de fútbol.
Dependiendo del modelo, cada uno de los contenedores puede tener hasta más de 650 submuniciones, de las cuales hasta un 40 por ciento no estallan al impacto y quedan como amenaza latente.