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Muñecas incendiadas en Guatemala recuerdan a víctimas de tragedia

Muñecas incendiadas en Guatemala recuerdan a víctimas de tragedia

Muñecas de plástico incendiadas sobre vertidos de carbón quedaron frente la Casa Presidencial de Guatemala para recordarle a las autoridades el crimen cometido contra las niñas del Hogar Seguro Virgen de la Asunción.

Las menores de edad internas en ese centro de custodia, que está a cargo de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia (SBS), eran objeto de abusos sexuales, maltratos físicos y algunas reclutadas de manera forzosa para la explotación sexual, entre otros vejámenes, aseguraron organizadores de la acción.

Miembros de la organización civil Proyecto 44 y del bloque estudiantil de la estatal Universidad San Carlos Usac es Pueblo patentizaron de ese modo su condena a la tragedia que puso de relieve una vez más que Guatemala no resulta un hogar seguro para nadie y menos para la infancia.

Participantes en la protesta pacífica y medios de prensa concuerdan en que lo que ocurría al interior del Virgen de la Asunción, destinado a alojar niñas y niños de la calle o de hogares disfuncionales, en muchos de los cuales fueron víctimas de violencia, era harto conocido por la sociedad.

Incluso, la ONU y la Procuraduría de los Derechos Humanos pidieron en varias ocasiones cerrar la institución por los escándalos recurrentes relativos a la desaparición de acogidas ahí y otros hechos terribles, denunciados por menores escapadas del lugar tras vivir ese infierno.

Pese a esto, el Gobierno de Guatemala apenas hizo cambios de autoridades y regímenes de protocolo, cuya ineficacia quedó demostrada el martes por un amotinamiento de casi un centenar de adolescentes tutorados por el Estado y resguardados por este en el recinto del municipio de San José Pinula.

Los participantes en la revuelta fueron controlados después de cinco horas por la fuerza pública, admitió el titular de la SBS, Carlos Antonio Rodas, y culpó de lo sucedido a los menores de edad que presuntamente provenían de centros correccionales o cárceles tras cumplir condenas por extorsión y otros delitos.

Pero lo que continúa en entredichos es cómo fue posible que horas después del conflicto, y de una requisa practicada para evitar conatos similares, varias niñas pudieran prender fuego a unos colchones y murieran calcinadas o quedaran en estado crítico por la imposibilidad de salir de la habitación en la cual fueron encerradas.

Entre las impactadas por la tragedia estaban algunas que en otro momento habían logrado escapar y denunciar lo que acontecía en el hogar, que de seguro no tenía nada, al decir de los participantes en el acto de homenaje frente a la Casa Presidencial.

Hasta el momento suman 31 las fallecidas, nueve de ellas durante la madrugada de este jueves, y 23 siguen hospitalizadas por quemaduras de hasta cuarto grado, refirió a la prensa el director del Hospital Roosevelt, Carlos Soto.

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