Vuelos entre Guatemala y Honduras cobran carácter local

Los vuelos entre Guatemala y Honduras cobraron carácter local como parte de los esfuerzos por progresar en el proyecto de Unión Aduanera, primero de su tipo en el continente americano.

El reglamento sobre el tema ordena simplificar los trámites técnicos y administrativos de las operaciones aéreas referentes a permisos de explotación, certificados operativos y licencias aeronáuticas, y los trámites migratorios al ingresar al territorio aduanero único.

También fija la apertura de mercados para las líneas aéreas de ambos estados y la modernización de procedimientos operativos para las operaciones aéreas; relativas al Plan de vuelo, comunicaciones aeronáuticas y permisos de aterrizajes, acorde con las normas de la Organización de Aviación Civil Internacional.

Otros aspectos contemplados en el documento son la 'libre circulación para la aviación privada, eliminando los procedimientos administrativos; la unificación de información del Registro Aeronáutico; y la promoción y facilitación del desarrollo turístico, cultural, económico y comercial, entre otros.

Hasta ahora la ruta Guatemala-Honduras es cubierta fundamentalmente por aerolíneas internacionales, pero con este nuevo acuerdo podrán asumir el traslado compañías locales y ello redundaría en el abaratamiento de los costos para quienes deseen movilizarse.

No obstante, la Dirección Guatemalteca de Aeronáutica Civil (DGAC) precisó que todavía no definieron tarifas, aunque alentó la esperanza en que en corto plazo la competencia obligue a las líneas foráneas a disminuir precios.

Para las operaciones estarán habilitados en Guatemala los aeropuertos internacionales La Aurora, Mundo Maya, en el norteño Petén; y Los Altos, en Quetzaltenango; además del aeródromo de Retalhuleu y próximamente, el de Puerto Barrios, Izabal, en el Caribe.

Mientras que en Honduras están facultados para estas operaciones bilaterales las terminales de Toncontín, en Tegucigalpa; la Ramón Villeda Morales, en el departamento norteño de San Pedro Sula; y la Golosón de La Ceiba, así como la Juan Manuel Gálvez de Roatán, ambas en el Atlántico.