Nicaragua, una partida ganada desde Monimbó

Varias generaciones de nicaragüenses prueban hoy con sus esfuerzos que sigue vigente el legado de los héroes y mártires de la insurrección civil en el barrio indígena de Monimbó, en la ciudad occidental de Masaya.

Transcurridos 35 años de esa gesta, considerada la primera rebelión de carácter popular contra la dictadura somocista, resalta cómo Nicaragua continúa inmersa en un proceso de transformaciones que a paso lento, pero seguro, restituye derechos humanos y empuja el progreso de la nación.

Desde 2007 hasta la fecha programas sociales diversos beneficiaron a más de 362 mil 110 familias de escasos recursos y propiciaron la mayor reinserción de las mujeres en la vida económicamente activa.

Sólo el Bono Productivo Alimentario favoreció a 100 mil núcleos, así como los programas Patio Saludable a 175 mil, Crisol (20 mil), Seguridad Alimentaria y Nutricional (14 mil), Procaval (cinco mil 500), Atención a Micro y Pequeñas Empresas (46 mil) y Emprendimientos Juveniles (mil 610).

Estas y otras medidas tendientes a reducir el hambre permitieron disminuir visiblemente esa problemática de 55 por ciento en 1990 a 20 por ciento en 2012.

Ello le valió al gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) una distinción de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Según ese organismo, Nicaragua revirtió la inseguridad alimentaria que hace dos años afectaba a la mitad de su población y con ello alcanzó los avances más notables en ese sentido en Centroamérica.

La entrega sistemática de una merienda gratuita en los centros públicos de enseñanza en buena medida redundó en ello, por cuanto aseguró al menos una comida diaria a un millón 50 mil infantes en 2012, reconoció la FAO.

Nicaragua es un país de mujeres y jóvenes: las primeras rebasan 50 por ciento de sus seis millones 71 mil 45 habitantes y 60 por ciento de ese total oscilan de 25 a 30 años de edad, de acuerdo con el Instituto Nacional de Información de Desarrollo.

Hacia la restitución de los derechos de esas fuerzas están concentradas las acciones de la administración del presidente Daniel Ortega, sin descuidar a otros grupos de la población olvidados por gobiernos anteriores.

La Ley contra la violencia hacia las mujeres, el debate parlamentario en torno al Código de la Familia y acciones de prevención coordinadas entre la comunidad y la Policía Nacional contribuyen a esos fines.

Esta estrategia gubernamental, en su más amplia expresión, rinde honor a quienes murieron un día como hoy en 1978 en Los Sagobales, en el barrio indígena de Monimbó, donde muchos aprendieron desde entonces que el FSLN eran ellos.

De ese pueblo alzado contra la furia de los guardias somocistas emergió el recuerdo imperecedero de los héroes y la certeza de que un futuro mejor vendría.