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Desafíos con vistas a la segunda ronda electoral en Costa Rica

Desafíos con vistas a la segunda ronda electoral en Costa Rica

La búsqueda de alianzas con diferentes fuerzas y de estrategias más efectivas para acumular el máximo de respaldo con vistas a la segunda vuelta de los comicios generales distingue el panorama político en Costa Rica.

Los presidenciables que contenderán el 6 de abril -Luis Guillermo Solís (Partido Acción Ciudadana, PAC) y Johnny Araya, Liberación Nacional (PLN)- convienen en la necesidad de establecer acuerdos y sobre todo de alentar de manera directa a los electores para minimizar el abstencionismo.
Ambos adelantaron que en esta nueva fase del proceso recorrerán cada parte del territorio para incidir en los más de tres millones de sufragistas y que dejarán los debates televisivos o radiales para el mes de marzo.
La victoria en las urnas pudiera darla la suma de parte del 31,6 por ciento de inscritos en el padrón electoral que este 2 de febrero decidió mantenerse alejados de las mesas receptoras de votos y hacia ellos en particular irá dirigida esta nueva ofensiva electoral.
Sin embargo, analistas y políticos coinciden en que lo más probable es que ese indicador lejos de disminuir se incremente, lo que obliga a trabajar por captar el respaldo de quienes antes marcaron sus boletas por algunos de los candidatos desplazados por el PAC y el PLN.
La diferencia que separa a Solís de Araya es tan pequeña que casi hace inminente pensar que ambos deben buscar adhesiones de los partidos perdedores para lograr la victoria, recordó el jueves La Prensa Libre.
El postulante por el PAC asegura que no tendrá problemas en establecer acuerdos con otras agrupaciones y que de hecho esa sería la base de su gobierno de confirmarse triunfador, pero hasta ahora -por ejemplo- no acudió al tercero en el ejercicio del domingo, el izquierdista Frente Amplio.
Para el excandidato por esa organización, José María Villalta, la dirigencia del PAC quiere distanciarse de su partido, quizás por temor a que un acercamiento les reste votos en otra parte por la campaña de miedo desatada previo al sufragio por la derecha contra él y su plan de gobierno.
El diputado no descartó un acercamiento con Solís y ratificó al diario La Nación que su agrupación está abierta al diálogo, pero aclaró que toca a este buscar una conversación tras los resultados del domingo.
En tanto el PLN está azotado por las diferencias de opiniones con relación al manejo de la campaña, las posibilidades de triunfar en la segunda ronda -programada para el 6 de abril- y acerca del apoyo de otras corrientes internas.
Medios impresos y televisoras locales aludieron incluso a que Araya tuvo que desmentir por Twitter supuestos rumores acerca de su posible renuncia a contender una vez más con Solís, luego que asegurará que no tomaría fondos del Tribunal Supremo Electoral para esa nueva etapa.
Casi 300 mil hogares en condiciones de pobreza, una tasa de 8,5 por ciento de desempleo, el descenso de los salarios de 5,2 a 7,3 por ciento, y otros males sociales, complicaron la ruta hacia las elecciones y obligarán a reforzar estrategias para alcanzar la Presidencia de 2014-2018.
Ello explica en parte por qué la incertidumbre sigue prevaleciendo con respecto a los resultados del 6 de abril, pese a la ligera ventaja lograda en la primera vuelta por el historiador de 55 años de edad, quien representa la intención de romper con el continuismo del PLN al frente de Costa Rica.

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