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Cuatro años serán insuficientes para cambiar Costa Rica, opinan Flora Fernández y W. Dierckxsens

Cuatro años serán insuficientes para cambiar Costa Rica, opinan Flora Fernández y W. Dierckxsens

Cuatro años de Gobiernos serán insuficientes para generar el gran cambio soñado en Costa Rica, más con una Asamblea Legislativa marcada por diferencias irreconciliables entre buena parte de sus miembros, coinciden hoy analistas.

Tanto el sociólogo y economista holandés, Wim Dierckxsens, como la activista social y empresaria costarricense Flora Fernández, opinan que es imposible desmontar el sistema neoliberal impuesto hace 30 años en un solo período de mandato, sin la oportunidad de la re-elección.
"No bastará con tan poco tiempo, pues este país perdió hasta la capacidad de soñar", afirmaron en diálogo con Prensa Latina, a través de Internet.
Aludieron, además, al complejo panorama que deberá enfrentar la próxima administración gubernamental en Costa Rica, donde la Asamblea Legislativa quedó fraccionada en cinco bloques claramente definidos a partir de los resultados de las elecciones generales del 2 de febrero.
Los dos partidos que contenderán por la Presidencia en la segunda vuelta de esos comicios, el gobernante Liberación Nacional (PLN) y el Acción Ciudadana (PAC), fueron los que ganaron la mayor cantidad de escaños.
Aunque el PLN quedó segundo en la primera ronda acaparó 18 diputaciones, para un 32 por ciento; en tanto el PAC -cuyo candidato ganó en primera vuelta y quizás se erija como presidente, acorde con las últimas encuestas- obtuvo 13, lo cual equivale a 23 puntos porcentuales, detallaron.
Por su parte la izquierda democrática, representada por el Frente Amplio, alcanzó nueve curules en el parlamento unicameral (16 por ciento); seguido por el Partido Unidad Social Cristiana, con ocho legisladores y 14 puntos porcentuales, añadieron.
Dierckxsens, quien reside en Centroamérica desde 1971, y Fernández, miembro del Frente Amplio, precisaron que la extrema derecha (Movimiento Libertario) y los restantes partidos conservadores captaron nueve puestos en ese órgano de poder, es decir, 16 por ciento.
Con base en esa realidad, convinieron en que el próximo presidente de Costa Rica deberá tener una capacidad de diálogo y negociación muy elevada, un liderazgo incuestionable, absoluta claridad en la conducción y un equipo de gobierno coherente y cohesionado.
"Hasta el momento no vemos tal escenario, porque entre otras cosas la segunda ronda lo impide y los dos partidos en disputa tienen dentro de sus filas una diversidad casi irreconciliable, especialmente el PAC", señalaron.
Destacaron en sus respuestas, también, el complejo legado que recibirá el triunfador entre Johnny Araya (PLN) y Luis Guillermo Solís (PAC), únicos candidatos que pasaron a segunda vuelta.
Cualquiera de los dos que logre erigirse como presidente enfrentará muchos y muy graves problemas. La situación económica está complicada y el aumento salarial de 0,43 por ciento anunciado tras la votación del 2 de febrero indignó más a los servidores públicos, argumentaron.
La devaluación de la moneda costarricense (Colón), el aumento de la especulación, de la corrupción, el elevado déficit fiscal, el deplorable estado de la infraestructura, de la educación, de la vivienda y de la seguridad social, son otros males que heredarán, agregaron.
Para Dierckxsens y Fernández el desmantelamiento del Estado de Bienestar en Costa Rica obedeció al seguimiento a ciegas de los lineamientos de organismos internacionales, y consensos ajenos a la idiosincrasia de un pueblo que ahora sólo se conforma con recuperar parte de lo perdido.

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