Requisa confirma privilegios en cárcel Mariscal Zavala de Guatemala
Consolas de vídeo juego, botellas con licor de diversos tipos, teléfonos celulares, memorias USB, son algunos de los beneficios que disfrutan en ese reclusorio quienes desfalcaron al Estado de diversas maneras y todavía esperan recibir una condena acorde con los delitos en que incurrieron.
Durante una requisa efectuada en la penitenciaria a partir de la noche del viernes y hasta este sábado en la madrugada, fueron encontrados varios ejemplares de esos objetos, confirmó a periodistas el portavoz del Sistema Penitenciario (SP), Rudy Esquivel.
’El operativo se inició la noche del viernes a las 20:00 horas, culminando a la 1:30 de este sábado. En la acción participaron 130 elementos del grupo élite del Sistema Penitenciario, apoyado con elementos de la Policía Nacional Civil’, precisó.
Hace justo un año el exalcaide de la institución carcelaria de la Zona 17, en esta capital Mynor Rocael Hernández fue detenido tras encontrarle seis mil quetzales (unos 824 dólares) en su escritorio, durante una inspección sorpresiva.
Ello fue asociado a supuestos sobornos recibidos por el exdirector de la penitenciaria, en la que además de Pérez Molina están los exministros Mauricio López Bonilla, Ulises Noé Anzueto, y Manuel López Ambrocio, exdiputados y otros exfuncionarios de su administración.
En agosto pasado fueron decomisados en el lugar varias botellas con licor, tres refrigeradoras o neveras, un congelador, ocho televisores y un reloj con funciones de teléfono celular.
Pero el escándalo alrededor de lo que acontece en la cárcel de la Brigada Militar Mariscal Zavala data desde la determinación de trasladar a esta a los implicados en los casos de defraudación aduanera La Línea, TCQ, Cooptación del Estado y La Cooperacha, este último dentro del precedente.
Durante un recorrido por el recinto, construido para albergar a los acusados en esos casos de alto impacto, periodistas comprobaron que está dotado de áreas al aire libre, parqueos, módulos hechos de block y barrotes, con amplios espacios en torno y galeras con sillas plásticas para las visitas.
Las magníficas condiciones de vida en el lugar fueron interpretadas como una afrenta en un país donde el hacinamiento carcelario supera el 280 por ciento de las capacidades instaladas y suele redundar en amotinamientos y choques entre reclusos, según el Centro de Investigaciones Económicas Nacionales.
Informes de la institución señalan que a ello se suman graves problemas de infraestructura en lo que, más que cárceles, son almacenes de seres humanos en los cuales se planifican extorsiones, asesinatos, secuestros y todo tipo de delitos en el exterior.
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