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ZunZuneo desde Costa Rica contra Cuba, sin aval de los gobiernos liberacionistas

ZunZuneo desde Costa Rica contra Cuba, sin aval de los gobiernos liberacionistas

De 2009 a 2011, agentes pagados por Estados Unidos operaron desde San José, Costa Rica, un programa a través de la Internet para debilitar al gobierno de Cuba, pero sin autorización de los gobiernos liberacionistas, según el diario costarricense La Nación.

El periódico, en su edición del 22 de abril, asegura que las autoridades estadounidenses nunca informaron a la administración de Oscar Arias (2006-2010) ni a la de Laura Chinchilla (2010-2014) de sus intenciones con ZunZuneo, aunque mantuvieron activa la operación durante más de un año.

Incluso, la Cancillería rechazó acreditar a los funcionarios involucrados en la operación y les negó apoyo, pues dudaba de su legitimidad, asegura el periódico.

El programa en cuestión tenía como objetivo desarrollar y operar desde Costa Rica una red social en Cuba, llamada ZunZuneo, a través de la cual enviar noticias y mensajes de contenido político a los teléfonos celulares de miles de cubanas y cubanos para con ello impulsar movilizaciones sociales.

La existencia de esa plataforma la reveló hace apenas unas semanas la agencia de noticias estadounidense Associated Press (AP), con base en documentos de la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID, por sus siglas en inglés)

El 8 de abril el director de USAID, Rajiv Shah, testificó ante el Senado de Estados Unidos por la polémica desatada en torno al manejo del dinero de los contribuyentes en un plan como ese, considerado un ejemplo más de la guerra mediática contra la mayor de las Antillas y su Revolución.

Shah manifestó que la red social ZunZuneo no pretendía socavar al Gobierno de La Habana, a pesar que los datos aportados por AP y otras fuentes sugieren lo contrario.

ZunZuneo lo pagó USAID y lo ejecutó Creative Associates Inc., una empresa consultora con sede en Estados Unidos, en tanto los suscriptores en Cuba nunca fueron informados sobre el rol de Washington en la plataforma.

Tras conocerse el alcance de ese proyecto, la Cancillería costarricense solicitó una explicación a la Embajada de Estados Unidos en San José y expresó su preocupación por “las graves denuncias”, sin que hasta ahora haya recibido una respuesta, afirma La Nación.

“A la Cancillería no le parece correcto que las embajadas emprendan acciones desde Costa Rica que afecten a otro país. No podemos aprobar esto, en ningún caso. Eso no está bien”, declaró a ese medio el canciller, Enrique Castillo.

La Nación explica que tuvo acceso a dos notas diplomáticas que la misión de Estados Unidos envió al Ministerio de Relaciones Exteriores en abril y mayo del 2009, en las cuales informó del proyecto y solicitó exoneraciones y privilegios para sus funcionarios.

La embajada nunca mencionó en esas cartas la intención de enviar mensajes masivos a los cubanos, ni detalló el plan de crear la red social.

Ambas notas solo explican que USAID abrió en San José el denominado Programa de Intercambio Latinoamericano (PILA), cuyo objetivo era “aumentar la comunicación, enlaces e intercambios entre la sociedad civil democrática en Cuba y organizaciones de la sociedad civil en Latinoamérica y el Caribe, incluyendo a Costa Rica”.

En junio del 2009, sin conocer los detalles del proyecto y sospechando que Costa Rica podría involucrarse en un lío, la Cancillería denegó la acreditación de Xavier Utset y Noy Villalobos, estadounidenses contratados por Creative Associates para el proyecto.

La Embajada estadounidense invocó un acuerdo de cooperación de 1961 para solicitar la inmunidad y los beneficios para los empleados del programa.

No obstante, en una carta del 26 de junio del 2009, la Cancillería negó la acreditación y le advirtió a esa representación que no podía “otorgar incentivos” a la propuesta, pues esta no se ajustaba a los objetivos del citado acuerdo de cooperación.

Días antes, el entonces director de Protocolo y ahora embajador de Costa Rica en Nicaragua, Javier Sancho Bonilla, advirtió al excanciller Bruno Stagno sobre el riesgo que corría el país con dicho programa y le recomendó no permitir su instalación en suelo nacional.

Un criterio similar exteriorizó el entonces director de Política Exterior, Alejandro Solano, según documentos en poder del diario costarricense.

“No estábamos de acuerdo. Si lo hicieron es peor, porque (los estadounidenses) estaban advertidos de no seguir adelante. La nota es suficientemente clara. Debieron haber cesado con ese programa”, explicó Sancho la semana anterior.

El actual ministro, Enrique Castillo, opinó que la Cancillería no tenía la potestad para prohibir la apertura del proyecto en el país.

“Las embajadas pueden tener múltiples programas sin tener que pedirle permiso a la Cancillería. En ese momento no había suficientes elementos de juicio para descalificar el programa, pero sí para decirles que no calzaba en el acuerdo de cooperación entre ambos países y por lo tato negar los privilegios e inmunidades”, explicó el jerarca.

Mientras, Estados Unidos niega haber ocultado información a la Cancillería de Costa Rica e insiste en que el Gobierno de este país nunca objetó el proyecto.

“Tenemos comunicaciones internas que demuestran que miembros de la Embajada informaron al Ministerio del programa, incluso antes del intercambio de notas diplomáticas. No tenemos registro de haber recibido alguna objeción”, señaló la legación mediante un correo electrónico enviado a La Nación por su encargado de prensa, Éric Turner.

Según Turner, la Embajada tiene correos electrónicos que mencionan dos reuniones en enero del 2009, donde la Cancillería fue informada sobre la apertura de una oficina del USAID que “maneja asuntos relacionados con Cuba”.

El funcionario, sin embargo, declinó entregar esos correos, en tanto Sancho contradijo esta versión y afirmó que los diplomáticos estadounidenses nunca le revelaron a la Cancillería su intención de crear una red social en Cuba.

Agente USAID usó a Costa Rica de base de operación contra Cuba 

El 7 de abril el diario La Nación informó que el líder de la operación ZunZuneo era Joseph (Joe) Duke McSpedon y tenía su base en la nación tica.

McSpedon estuvo acreditado en San José mientras trabajaba para la Oficina de Iniciativas de Transición  de la USAID, una división creada tras la caída de la Unión Soviética para defender los intereses de Estados Unidos en entornos políticos que cambiaban a gran velocidad sin tener que lidiar con la burocracia habitual.

En Costa Rica se planeó el proyecto y se gestionó el lanzamiento de la red que enviaba mensajes a los ciudadanos cubanos, aseguró el diario.

Registros de Migración obtenidos por La Nación muestran que McSpedon vino al país en 42 ocasiones, entre el 2009 y el 2011, a bordo de vuelos comerciales y privados.

En San José también estuvieron otras dos personas que trabajaron en el proyecto, contratados por Creative Associates, una firma consultora de Washington.

Se trata de Noy Villalobos Echeverría, quien permaneció en suelo tico por períodos de hasta tres meses, según los registros migratorios, y su hermano Mario Berheim Echeverría, un joven programador que desarrolló el sistema para enviar los mensajes masivos a Cuba.

El equipo encargado del proyecto comenzó a operar en el 2009 desde una oficina secreta en San José, según lo reveló ayer la agencia de noticias Associated Press. Sin embargo, afirmó La Nación, la USAID no tiene representación oficial en el país desde 1996.

Casa Presidencial de Costa Rica calificó de “afrenta grave” al país la operación clandestina que estableció Usaid en en ese país, para provocar descontento social en Cuba.

“Es necesario hacer una investigación del caso, es muy grave. Si eso es cierto, es una afrenta grave a Costa Rica. Es un tema de la Cancillería. Pero, por supuesto hay que pedir una explicación”, dijo a La Nación el ministro de Comunicación, Carlos Roverssi.

La misión de Estados Unidos en San José declinó referirse al asunto y remitió el comunicado oficial de la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (Usaid) en el que acepta su participación en el desarrollo de la red social Zunzuneo.

La oficina secreta funcionó separada de la Embajada estadounidense. “Fue una gestión inusual que levantó cejas en Washington”, reportó AP citando a funcionarios de ese gobierno.

Consultado por el diario costarricense, el analista Carlos Murillo opinó que el Gobierno debe solicitar a Estados Unidos información “para determinar si hubo alguna violación en las actividades que para el proyecto se realizaron en el país”.

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