Luis Guillermo Solís, puerta a la esperanza de cambio en Costa Rica
La confirmación de Luis Guillermo Solís como presidente de Costa Rica, para el período 2014-2018, alienta la perspectiva de oxigenar la gobernabilidad democrática y la participación ciudadana en la gestión pública.
Desde su elección como mandatario, el 6 de abril, el representante del Partido Acción Ciudadana (PAC) mostró su intención de dirigir los destinos del país sobre la base de la negociación y con ello sembró la esperanza del retorno a la vida democrática, lacerada por el liberacionismo.
Para el titular de la Asamblea Legislativa, Henry Mora, también del PAC, la gestión del Partido de Liberación Nacional (PLN) puede resumirse en tres aspectos: mucha corrupción, mayor desigualdad e incapacidad para reducir la pobreza.
En diálogo con Prensa Latina, vía internet, el economista recordó que los tres pilares de este nuevo gobierno están dirigidos a frenar y revertir en lo posible tales problemas, mediante la lucha frontal contra la corrupción en todos los niveles del Estado.
El problema principal que aqueja a la sociedad costarricense es el aumento en la concentración de la riqueza y de la desigualdad, como resultado del modelo neoliberal implementado en las recientes tres décadas, definió el secretario general del Frente Amplio (FA), Rodolfo Ulloa.
Ante ese panorama, el PAC prevé una ruptura parcial de ese esquema de desarrollo, aunque ofrece un cambio moderado, comentó a Prensa Latina.
El gran desafío para esta administración será impulsar el cambio soñado, pues Costa Rica perdió hasta la capacidad de soñar y luego de tanto tiempo de imposición del sistema neoliberal, desmontarlo resulta casi imposible en apenas cuatro años, alertaron otros especialistas y activistas sociales.
"Los retos para Solís y su equipo no son nada sencillos, todo lo contrario. Llegar por primera vez a un gobierno y arrancar de cero en todo (porque la estructura lleva décadas herrumbrada), para ejecutar cambios, llevará su tiempo", señaló un editorial del diario Extra.
La publicación instó a entender que quizás las expectativas de cambio tomarán cierto lapso en ser consolidadas, en un contexto marcado por un déficit fiscal creciente, la falta de oportunidades de empleo para muchos y el deterioro de las instituciones claves, por sólo citar algunas.
No obstante, destacó, la investidura este 8 de mayo del primer presidente del PAC simbolizará una renovación política histórica que marcará los destinos de la nación y abrirá las puertas a la transformación del esquema político costarricense en procura de fuerzas renovadoras.
Por más caótico que el panorama pueda parecernos, la labor titánica de domar no es imposible y en un primer momento será suficiente dar un voto de confianza del avance por una senda equilibrada y responsable, sugirió.
De acuerdo con el catedrático de la Universidad de Costa Rica Alberto Cortés, el escenario que resultó de las elecciones plantea una oportunidad para impulsar una nueva forma de reconstruir la gobernabilidad, mellada tras dos gobiernos consecutivos del PLN.
Para alcanzar esa meta, propuso el politólogo, valdrá rescatar la transparencia y la rendición de cuentas efectiva y permanente, así como la incorporación de la participación ciudadana en la política pública.
Lo ocurrido durante la elección del directorio de la Asamblea Legislativa prueba la disposición de varias fuerzas partidarias de unirse para avanzar en cuanto a la gobernabilidad en el país.
"Si bien hay nueve fracciones partidarias y ninguna con la mayoría absoluta, el PAC, el FA y el Partido Unidad Social Cristiana fueron capaces de construir acuerdos que les permiten tener el control del directorio y de la gestión del parlamento", rememoró.
"Que estos partidos tuvieron la capacidad y claridad de entender la importancia de constituir este bloque parlamentario, derrotando de manera contundente al PLN, abre la posibilidad de una agenda legislativa con prioridades distintas a la de los últimos 30 años", opinó.
Cortes manifestó su confianza en que la ciudadanía activa y su lógica de incidencia en la política pública llegaron para quedarse de la mano del PAC, que desestimó comprometerse con los partidos cristianos a postergar el análisis legislativo de temas claves en cuanto a derechos sexuales y reproductivos.
Con base en esos acontecimientos, el experto afirmó que los elementos que caracterizan el nuevo contexto abren la posibilidad de un cambio político de largo aliento que permitirá la construcción de una gobernabilidad democrática en Costa Rica.
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