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Cambios en revista Espacio Laical de Cuba alienta conjeturas

Cambios en revista Espacio Laical de Cuba alienta conjeturas

Asombro y muchas conjeturas provocó entre la intelectualidad cubana la noticia de que Roberto Veiga y Lenier González, editor y vice-editor de la revista Espacio Laical, no están más en los cargos desde los cuales ayudaron a elevar el protagonismo del laicado católico en este país.

"Me sorprende parcialmente la separación porque ambos (Veiga y González) habían dado un nuevo impulso a esta revista del laicado católico, inmiscuyéndose en los principales problemas de la sociedad cubana actual", dijo a la Redacción IPS Cuba el profesor Enrique López Oliva, que supo del acontecimiento por "unos amigos".

Sendos editores fueron los rostros más visibles de Espacio Laical que acogió sin descanso debates y trabajos en profundidad sobre el pasado, presente y futuro de la nación de gobierno socialista, con énfasis en las reformas económicas, políticas y sociales encauzadas desde 2008 por el mandato de Raúl Castro.

Nadie duda en calificar de crítico el tono de la revista, con versiones impresa y digital, y que en ese período logró un lugar en el reducido espacio público cubano.

Incluso algunas personas consideran que sus páginas tocaron temas hasta "atrevidos" y "valientes" para el conservador contexto local, donde la mayoría de los medios de comunicación están en manos estatales.

Desde que versiones encontradas e incompletas sobre la salida de Veiga y González comenzaron circular el atardecer del 10 de junio por correo electrónico, blogs y sitios web de noticias, el acontecimiento es visto como el umbral de otra etapa en la Iglesia Católica.

En la noche del 11 de junio, González, que se encuentra ahora en Roma, y Veiga, desde La Habana, esclarecieron en un comunicado conjunto las causas de su renuncia al lugar donde trabajaron codo con codo durante una década.

"El motivo principal que nos llevó a solicitar nuestra dimisión como editores ha estado relacionado con la polémica que genera, en determinados sectores de la comunidad eclesial, el perfil socio-político de la publicación. Esta problemática ha sido causa de tensiones que se han proyectado sobre la figura del Cardenal-Arzobispo y sobre nuestras personas", revelaron.

La publicación es un proyecto del Centro Cultural Padre Félix Varela, que depende de la Arquidiócesis de La Habana.

Vía correo electrónico, la prensa internacional acreditada en Cuba había recibido en la tarde una nota firmada por Gustavo Andújar, director de Espacio Laical, donde aseguró que ambos profesionales pidieron dimitir el pasado 2 de mayo y esa solicitud fue aceptada el 10 de junio por las autoridades eclesiales.

Andújar puntualizó que la revista mantendrá "el empeño de servir a Cuba y a la Iglesia" y "seguirá adelante con un nuevo equipo de realización". Agregó que "tendrá defensores y detractores, igual que ahora, aunque no necesariamente críticas y alabanzas tengan igual contenido o provengan de los mismos grupos que ahora".

Todo parece indicar que cambiará el perfil de la publicación, reconocida hasta el momento por abrir un diálogo único y sin precedentes sobre problemas álgidos del país con la participación de voces de diversos signos políticos, católicas y no católicas, así como radicadas en la nación caribeña y de la diáspora.

En los textos aparecidos bajo la cúpula editorial que se retira se analizaron, entre otros asuntos, el rol de la emigración cubana en las transformaciones económicas, los problemas de la prensa local, propuestas de cambios en la Carta Magna (vigente desde 1976) y la necesidad de la libre asociación entre la ciudadanía.

También el equipo se inspiró y expandió, a través de la revista y los encuentros auspiciados por ella, el pensamiento de Monseñor Carlos Manuel de Céspedes (1936-2014), una de las figuras más activas de la intelectualidad y el catolicismo en la Cuba socialista.

López Oliva opinó que tal vez esta nueva coyuntura en Espacio Laical sea aprovechada por la jerarquía católica local para "que no se creen tensiones y posibles espacios de confrontación entre la Iglesia Católica y el Estado, que afecten el diálogo fortalecido entre ambas partes en los últimos años".

Tras décadas de relaciones hostiles, el gobierno de Raúl Castro y altos jerarcas católicos sostuvieron en mayo de 2010 un diálogo inédito, que derivó en la excarcelación de unos 130 presos, inclusive los 53 opositores del llamado Grupo de los 75 que aún estaban recluidos tras ser condenados a severas penas bajo cargos de conspirar con Washington con fines subversivos.

A partir de ese momento, la Iglesia Católica fue reconocida como interlocutora válida del Estado para la búsqueda, "entre cubanos", de una solución a los problemas de la nación.

Entre otros avances, las autoridades cubanas han devuelto locales católicos expropiados en el pasado, la televisión pública transmite homilías y mensajes en fechas señaladas como la Navidad e instituciones católicas ampliaron los cursos de idiomas, computación, gestión de pequeños negocios y hasta bachilleratos, diplomados y maestrías que ofrecen gratis o por pagos.

Aurelio Alonso, que recibió el Premio Nacional de las Ciencias Sociales 2013 y se declara "simpatizante" del trabajo desplegado por Espacio Laical hasta el momento, aporta otro elemento a tener en cuenta.

En conversación con la Redacción IPS Cuba, el experto en asuntos socio-religiosos recordó que la Iglesia Católica local vive hoy un momento de transición. Indicó que el Arzobispo de La Habana, Cardenal Jaime Ortega, está muy próximo al retiro, en agosto de 2014, después de 33 años al frente de la congregación religiosa.

Fuentes especializadas señalan al actual Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de La Habana, Juan de Dios Hernández, como el posible sucesor de Ortega.

Alonso interpretó que las transformaciones en la revista laica –de la que es colaborador asiduo- pudieran ser los primeros pasos de una proyección "más conservadora" de la institución religiosa.

A su juicio, el equipo editorial siguiente tiene "el desafío de mantener el lugar alcanzado por la publicación". (2014)

(En: http://www.ipscuba.net/index.php?option=com_k2&view=item&id=9669:cambios-en-revista-laica-cubana-traen-suposiciones&Itemid=6)

A PROPÓSITO, NOTA DE PRENSA DE ESPACIO LAICAL

Suplemento Digital No.251 / Junio 2014
Nota de Prensa de Espacio Laical
http://www.espaciolaical.org/

En la tarde-noche de ayer 10 de junio de 2014, comenzaron a circular en la Red informaciones relativas a una supuesta destitución de Roberto Veiga y Lenier González como editor y vice-editor, respectivamente, de esta revista.

La mayoría de los reportes reproducían total o parcialmente el artículo publicado por Ivette Leyva en el sitio www.cafefuerte.com, elaborado a partir de la escueta nota circulada por Roberto y Lenier ayer en la tarde por correo electrónico a su amplia red de contactos.

La gravemente inexacta formulación de la noticia se basa, obviamente, en que el núcleo informativo de la nota circulada por Roberto y Lenier no se ajusta estrictamente a la verdad. En ella afirman: “hemos sido liberados de nuestras obligaciones como editor y vice-editor de la revista”, recurriendo al eufemismo habitualmente utilizado en los medios oficiales cubanos para referirse a la destitución de algún funcionario.

Roberto y Lenier no fueron “liberados de sus cargos”, en el sentido en que la expresión se emplea en Cuba, sino que renunciaron a ellos, en el sentido en que esa expresión se emplea en todas partes. Nadie los obligó a renunciar. Nadie les exigió, pidió, o siquiera les sugirió que renunciaran. Simplemente hicieron efectiva una renuncia que habían anunciado en más de una oportunidad, incluso con un horizonte temporal muy definido. En alguna ocasión anterior dijeron categóricamente que renunciaban, y se les disuadió de hacerlo. Esta vez se les aceptó la renuncia.
En un mensaje de correo electrónico del 2 de mayo de 2014, Lenier pidió al director de la revista: “Comunícale oficialmente al Arzobispo que Roberto y yo dejamos de ser, desde el día de hoy, los editores de la revista”. No es difícil comprender que para Espacio Laical y para la Arquidiócesis la concreción de esa transición generaría una situación compleja, que tomaría tiempo asimilar. Debido a esto, y a otras situaciones coyunturales, no fue hasta  ayer, 10 de junio, que se tomó una decisión definitiva y se le comunicó a Roberto Veiga que la renuncia de ambos era aceptada. Siguió la circulación de su equívoca nota de despedida, cuyos resultados están a la vista.
Siempre es duro decirlo, pero nadie es imprescindible. Espacio Laical seguirá adelante, con un nuevo equipo de realización. Tendrá defensores y detractores, igual que ahora, aunque no necesariamente críticas y alabanzas tengan igual contenido o provengan de los mismos grupos que ahora. Sobre su calidad, sus logros o fracasos habrá, como sobre toda empresa humana, una amplia gama de opiniones. Se hará, nadie lo dude, con el empeño de servir a Cuba y a la Iglesia.

En la tarde-noche de ayer 10 de junio de 2014, comenzaron a circular en la Red informaciones relativas a una supuesta destitución de Roberto Veiga y Lenier González como editor y vice-editor, respectivamente, de esta revista. La mayoría de los reportes reproducían total o parcialmente el artículo publicado por Ivette Leyva en el sitio www.cafefuerte.com, elaborado a partir de la escueta nota circulada por Roberto y Lenier ayer en la tarde por correo electrónico a su amplia red de contactos.

La gravemente inexacta formulación de la noticia se basa, obviamente, en que el núcleo informativo de la nota circulada por Roberto y Lenier no se ajusta estrictamente a la verdad. En ella afirman: “hemos sido liberados de nuestras obligaciones como editor y vice-editor de la revista”, recurriendo al eufemismo habitualmente utilizado en los medios oficiales cubanos para referirse a la destitución de algún funcionario.

Roberto y Lenier no fueron “liberados de sus cargos”, en el sentido en que la expresión se emplea en Cuba, sino que renunciaron a ellos, en el sentido en que esa expresión se emplea en todas partes. Nadie los obligó a renunciar. Nadie les exigió, pidió, o siquiera les sugirió que renunciaran. Simplemente hicieron efectiva una renuncia que habían anunciado en más de una oportunidad, incluso con un horizonte temporal muy definido. En alguna ocasión anterior dijeron categóricamente que renunciaban, y se les disuadió de hacerlo. Esta vez se les aceptó la renuncia.

En un mensaje de correo electrónico del 2 de mayo de 2014, Lenier pidió al director de la revista: “Comunícale oficialmente al Arzobispo que Roberto y yo dejamos de ser, desde el día de hoy, los editores de la revista”. No es difícil comprender que para Espacio Laical y para la Arquidiócesis la concreción de esa transición generaría una situación compleja, que tomaría tiempo asimilar. Debido a esto, y a otras situaciones coyunturales, no fue hasta  ayer, 10 de junio, que se tomó una decisión definitiva y se le comunicó a Roberto Veiga que la renuncia de ambos era aceptada. Siguió la circulación de su equívoca nota de despedida, cuyos resultados están a la vista.

Siempre es duro decirlo, pero nadie es imprescindible. Espacio Laical seguirá adelante, con un nuevo equipo de realización. Tendrá defensores y detractores, igual que ahora, aunque no necesariamente críticas y alabanzas tengan igual contenido o provengan de los mismos grupos que ahora. Sobre su calidad, sus logros o fracasos habrá, como sobre toda empresa humana, una amplia gama de opiniones. Se hará, nadie lo dude, con el empeño de servir a Cuba y a la Iglesia.

Gustavo Andújar
Director de Espacio Laical

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