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El ser latinoamericano en los procesos de integración

El ser latinoamericano en los procesos de integración

América Latina es identificada mundialmente como la porción empobrecida del continente, donde confluyen decenas de pueblos indígenas, y los de origen africano y español.

Para varios especialistas, esto deviene un reto esencial en el camino hacia la integración entre sus naciones, en medio de la globalización y los procesos de homogenización vinculados a ella.

Luis Fernando Ayerbe (Argentina), Rafael Cuevas Molina (Guatemala) e Ignacio Medina Núñez (México) coinciden en que América Latina es un mundo hecho de muchos mundos, por al mestizaje que distingue a buena parte de sus 600 millones de habitantes.

Estos investigadores asumen que la realidad de la región es "plural y diversa, es un diálogo de pueblos que hablan, en la misma lengua, de cosas que son a un tiempo distintas y comunes".

En el tránsito del siglo XX al XXI, cobraron valor los estudios tendientes a delimitar el espacio latinoamericano como referente para una integración distinta de la propuesta hegemónica de Estados Unidos.

Ello incitó a retomar el concepto de identidad: conjunto de representaciones, valores, símbolos, mediante los que individuos o colectivos marcan fronteras y se distinguen de otros actores en contextos específicos, según el mexicano Gilberto Jiménez.

No se trata de una simple referencia a la conciencia de un sujeto o de alguna comunidad, aclara el profesor universitario, sino un elemento directamente conectado con los movimientos sociales contemporáneos.

Los análisis también enseñaron que el neoliberalismo puede privar a los pueblos del subcontinente del ser latinoamericano, tanto como de sus recursos naturales y generar pobreza, según los especialistas afiliados a la Asociación por la Unidad de Nuestra América.

Por mucho tiempo, la imitación de los patrones foráneos fue una constante en la región, aunque varias generaciones impulsaron procesos de afirmación de lo autóctono.

La conciencia de que somos distintos, que tenemos una especificidad que nos diferencia, comenzó a visualizarse de modo más nítido durante la lucha por alcanzar la independencia de España y provocó posiciones encontradas entre quienes lo asumieron.

José Martí, el más universal de los cubanos, sugirió privilegiar lo latinoamericano sin perder de vista que somos parte del género humano: "injértense en nuestras repúblicas el mundo pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas".

Con este pensador, muchos seguidores del tema aprendieron que la defensa de la identidad pasa por la afirmación de lo propio pero también por la resistencia a asumir lo que pretenden imponer otros, lo cual se tradujo, en la región, en el antimperialismo.

Al finalizar el siglo XX cayó sobre América Latina una avalancha de esquemas identitarios ajenos, asociados al consumo y a la impronta de tecnologías avanzadas al estilo de la Internet y los transmisores de imágenes.

La homogenización de los mercados profundizó la tensión entre lo que es propio y no lo es, y alentó la controversia acerca de la esencia latinoamericana y el modo en que ello debe incluirse en cualquier iniciativa orientada a la integración entre los países.

La afirmación de lo regional o nacional que condena todo lo exógeno pierde eficacia y ahora más bien se trata de alentar la capacidad de interactuar con las múltiples ofertas simbólicas internacionales desde posiciones propias, propone el argentino Néstor García Canclini.

Tal posición adquiere especial relevancia en los procesos de integración regional contemporáneos y obliga a considerar la importancia estratégica de los medios audiovisuales y otros elementos formadores de opinión.

La creación de un espacio latinoamericano, de acuerdo con el sociólogo chileno Manuel Carretón, debe tener en cuenta los impactos geoeconómicos y geoculturales de la globalización.

Sólo una acción mancomunada, orientada al rescate del ser latinoamericano, de su identidad y autoestima, marcará la distancia respecto a las iniciativas estadounidenses, expresadas en los tratados de libre comercio y otras variantes unionistas a favor de Washington.

 

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