Costa Rica o el reino de los murciélagos
Los murciélagos son los amos buenos de la noche en la Reserva Biológica Tirimbina, en Costa Rica, donde convive 11 por ciento de las especies conocidas de estos mamíferos voladores
Más que asustar a los caminantes, en horas nocturnas, estos vertebrados ayudan a preservar el ambiente debido a su cualidad de “sembradores” de especies arbóreas.
Los murciélagos obran como polinizadores o esparcidores del polen de algunas plantas, de cuyos frutos se alimentan, y con ello contribuyen a la regeneración de los bosques donde habitan y la reproducción de diferentes tipos de arbustos.
Al mismo tiempo, controlan importantes de plagas de insectos dañinos para las personas y cultivos: los murciélagos ponen coto a la acción malévola de algunos mosquitos transmisores de enfermedades, como el dengue, fiebre amarilla y malaria.
La ternura hacia estos mamíferos despierta cuando se aprende que, similar a los humanos y a otras familias animales, las hembras paren a sus crías y las alimentan con leche materna.
También tiene el don de la ecolocalización, es decir, pueden emitir sonidos por la boca o por la nariz y el eco recibido por sus orejas semi -puntiagudas les permite orientarse.
Esta suerte de radar les proporciona información de su entorno, del tamaño y forma de los objetos que los rodean -como si los observaran-, incluso durante las noches.
Pero la tendencia a valorar más por apariencias que por acciones, castigó con el rechazo a estos animalitos poco agraciados, que pueden volar gracias al alargamiento en los dedos de sus manos.
Estos les brindan una mayor flexibilidad y están cubiertos por una capa de piel doble que conforma sus alas, pese a las cuales no son parte de la familia de las aves.
Generaciones enteras de costarricenses creyeron que los murciélagos eran vampiros chupa sangre por sus dientecillos afilados, sin embargo, de las 109 variedades localizadas en Tirimbina, 106 se alimentan de insectos, frutas, néctar o polen, y sólo tres apelan a esa práctica para nutrirse.
La Desmodus rotundus o vampiro común recurre a la sangre de animales grandes como el ganado, mientras que el Diaemus youngi y el Diphylla ecaudata bebe para su estabilidad la de aves domésticas, como las gallinas.
Las especies de murciélagos suman 113 y representan casi la mitad de los mamíferos en Costa Rica, uno de los 20 países de mayor biodiversidad, aunque apenas abarca 51 mil 100 kilómetros cuadrados de superficie terrestre (0,03 por ciento de la mundial) y 589 mil de mar.
Esta riqueza natural, tanto en especies como en ecosistemas, guarda relación con su posición geográfica, sus dos costas y su sistema montañoso, que provee numerosos y variados microclimas.
Las más de 500 mil variedades animales ubicadas en el territorio representan cerca del cuatro por ciento de las estimadas a nivel mundial y de ellas, poco más de 300 mil son insectos.
La Reserva Biológica Tirimbina es reconocida por sus posibilidades para el turismo ecológico, debido a la biodiversidad y conservación del bosque lluvioso en el área.
Puentes colgantes y amplios cultivos de cacao adornan el lugar, suerte de reino de los murciélagos en este país centroamericano, situado a 600 metros al norte del Cementerio de la Virgen, en el cantón Sarapiquí, de la provincia de Heredia.
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