Conrado Marrero, el último ex big leaguer centenario
El béisbol cubano se halla de luto hoy por el fallecimiento del exlanzador Conrado Marrero, a solo dos días de cumplir los 103 años; y las Grandes Ligas estadounidenses perdieron al último de sus centenarios.
El deceso de quien era una leyenda viva del deporte nacional del país, a consecuencia de un paro respiratorio, es destacado este jueves por la prensa escrita, mientras la radial, la televisiva y los medios digitales exaltan desde la víspera su extraordinario palmarés.
"Muchos han sido los grandes que al morir se convirtieron en leyenda. Marrero era leyenda ya mucho antes de partir para siempre", escribe en el diario Juventud Rebelde el veterano periodista Elio
Menéndez en una crónica que titula Las gorras al pecho: Âíha muerto Marrero!
Granma, otro de los periódicos de circulación nacional, señala que con su desaparición física Cuba pierde una gloriaâ�� pero gana una leyenda. A los hombres como él no se les dice adiós. Solo un Âíhasta siempre!
Marrero, nacido el 25 de abril de 1911 en una zona rural de la región norcentral de la isla, era el único sobreviviente del grupo de 17 antiguos jugadores de la Gran Carpa que sobrepasaron la imaginaria
varilla del centenario, a la que se acerca ahora Mike Sandlock, quien el 17 de octubre cumplirá 99 años.
El cubano, reverenciado en su país por su extraordinaria carrera deportiva de dos décadas como amateur y profesional y entrenador por más de 30 años, fue el segundo en alcanzar mayor edad en los anales de los circuitos mayores, detrás de Chester Cornelius Off, cuyo deceso
ocurrió a los 107 años.
Mientras Off solo lanzó 23 juegos con el conjunto New York Highlanders (New York Yankees a partir de 1913) con pobre balance de dos triunfos y cuatro derrotas, Marrero compiló 39 éxitos y 40 fracasos en cinco años con los casi siempre relegados Senadores de Washington.
El expitcher derecho es también el segundo de mayor edad en vestir un uniforme en la Major League Baseball, al llegar con 39 años a la guardarropía del Washington, en 1950.
En 1948, el legendario Leroy "Satchel" Paige, un excepcional tirador derecho, pasó con 42 años de las famosas Ligas Negras a los Indios de Cleveland y los ayudó a conquistar el título de la Liga Americana ese año, con record de seis victorias y una derrota, y efectividad de 2.48.
Cuando Marrero, estrella del club Almendares en los fortísimos torneos profesionales de la isla, se unió al Washington, la prensa estadounidense mostró sorpresa por la atrevida decisión del propietario, Clark Griffith, quien confió en la sugerencia del experimentado scout Joe Cambria.
Las actuaciones triunfales del cubano en su país -como amateur y profesional- y en la Liga Internacional de la Florida eran credenciales para tener en cuenta, pero los especialistas no concebían que pudiera vencer en un béisbol tan exigente.
Sin embargo, el novato de 40 años, como comenzaron a llamarlo despectivamente, trocó en elogios los irónicos comentarios y el manager Bucky Harris les salió al paso al opinar que el bonachón tirador era el más valioso de su rotación, porque tenía "una magnífica curva, buen control y magnífico temperamento y, lo que es más, él puede realmente protegerse a sí mismo".
"Lo de ese hombre es algo serio. Quizás no tenga mucho (velocidad) en la bola, pero ciertamente sabe hacer lo que quiera con ella", dijo Clyde Milan, coach del equipo, sobre la nueva adquisición.
Acostumbrado a las bromas, Marrero respondió a un periodista que él lanzaba para el home de todo, menos el tabaco, que casi siempre tenía en la boca.
El antillano ganó seis partidos y perdió nueve en su primer año, registro que lo convirtió en una figura muy popular. En 1951, el piloto del equipo de la Liga Americana al Juego de las Estrellas, Casey Stengel, lo incorporó a su staff, aunque no tuvo actuación.
La revista Life le dedicó seis páginas al flemático jugador y el periodista Marshall Smith comentó que la única razón para que estuviera vistiendo un uniforme de las Grandes Ligas era por su combinación de cerebro, coraje y control.
Son tan cortas las piernas de Marrero que los bateadores muchas veces creen que está enterrado hasta el pecho, señaló el articulista en clara alusión a la baja estatura del cubano: 5 pies 7 pulgadas y 158 libras.
Collie Small, del diario Saturday Evening Post, escribió que "muchos oráculos del béisbol se han afanado en averiguar qué tiene en la bola el pequeño Marrero".
Relató que en cierta ocasión Roger Hornsby, piloto de los Carmelitas de San Luis, declaró que sus lanzadores de práctica eran mejores que el cubano, quien le respondió que éste quizás debería entonces ponerlos a pitchear y, a lo mejor, lo ayudaban a salir del último lugar.
Al Silverman, del Washington Saturday Evening, refirió que la cómica apariencia física de Marrero y "su gran repertorio de lances lentos, curvas, sliders y knuklers, que lanza con tal abandono, lo han hecho algo así como una leyenda".
A estos elogiosos comentarios se sumó Teodore (Ted) Williams, uno de los más extraordinarios bateadores de las Grandes Ligas, al decir que rara vez había visto a un lanzador con las características de Marrero y triunfar.
Sobre el físico del cubano expresó que la tendencia es ignorar a los lanzadores que no sean corpulentos y que no puedan tirar muy duro y, por ello, éste desafiaba todas las reglas.
Vic Wertz, un destacado jardinero de los Tigres de Detroit, destacó que Marrero engañaba a cualquiera, aunque lucía como si no tuviera nada en la bola, no pasaba mucho tiempo de que uno se diera cuenta que poseía grandes curvas y sabía lanzar.
Cuando en 1954 los Senadores cancelaron su contrato, el lanzador, con 43 años, se unió a los Cubans Sugar Kings, de la Liga Internacional (triple A), con los cuales ganó 10 juegos -cinco por lechadas- y solo perdió cuatro.
El pequeño serpentinero se retiró en 1958, a la edad de 47 años, lanzando con el equipo León, de la liga profesional de Nicaragua, con el cual tuvo balance de 14 victorias y siete reveses.
Considerado leyenda viva de las bolas y los strikes en su país, Marrero puso fin a su carrera con un extraordinario palmarés de 367 victorias -95 sin permitir carreras- y solo 178 derrotas, en 20 años de actuación en Cuba, México, Estados Unidos y Nicaragua.
En ocho temporadas como amateur triunfó en 139 oportunidades (11 en series mundiales) y perdió en 46 ocasiones, mientras en 12 años en las filas profesionales tuvo record de 228-132.
El Premier, o El Guajiro de Laberinto (nombre de la finca donde nació), como indistintamente se le llamaba, recibió en 2003 el título de Héroe del Trabajo de la República de Cuba por sus largos años de desempeño como entrenador de pitcheo.
Tras cumplir 100 años en el 2011 y recibir un merecido homenaje, encabezado por el campeón olímpico de 400 y 800 metros en 1976, Alberto Juantorena, dijo: "estoy orgulloso de llegar a esa edad y vivir en Cuba".
Mientras otros profesionales se marcharon del país cuando se eliminó el profesionalismo en 1962, Marrero se dedicó a enseñar la técnica de pitcheo que él aprendió solo y lo hizo un triunfador a los 27 años como amateur, a los 36 en el fuerte torneo invernal cubano y a los 39 en las Grandes Ligas.
RESUMEN DE ACTUACIONES DE CONRADO MARRERO
BEISBOL AMATEUR
EQUIPOS G. P.
Cienfuegos Sport Club 128 41.
Selección Cuba 11 5.
BEISBOL PROFESIONAL
Indios de Juárez (México) 24 8.
Havana Cubans (EE.UU.) 70 25.
Oriente-Almendares (Cuba) 69 46.
Serie del Caribe 2 2.
Senadores de Washington 39 40.
Cubans Sugar Kings 10 4.
León (Nicaragua) 14 7.
Totales 367 178.
(Manuel Guerrero. En: http://prensa-latina.cu/index.php?task=viewcat&cat=Exclusivos)
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