Perpetuar el buen humor, un desafío permanente en Cuba
Contribuir a perpetuar el buen humor y a recuperar la presencia femenina en esta esfera constituyen metas esenciales para quien hace cuatro años comanda el Centro Promotor del Humor en Cuba, Luis Enrique Amador Quiñones.
Kike o Bandurria, como lo identifican amigos y públicos en este país, cree firmemente en la necesidad de fomentar la superación entre los artistas dedicados a esta rama y de contrarrestar con espectáculos cada vez más plenos de sentido la proclividad a la banalización en tiempos de mercadeo.
"Hacer humor es una cosa muy compleja y es un compromiso muy grande", sentenció en una conversación con Prensa Latina, en el ámbito del Festival Nacional Aquelarre 2015 (La Habana, 2 al 9 de agosto).
"El humorista tiene una gran responsabilidad con la sociedad, porque el humor está predestinado a traer ante los ojos de todos fenómenos que la cotidianeidad prácticamente esconde", argumentó.
Desde las tragedias griegas, en los primeros siglos después de nuestra era, el humor mostraba las bajas pasiones -beber, fornicar, comer, etc.-, representadas en las élites de poder y eso nunca cambió, explicó el joven de 41 años de edad.
"Por eso, cuando el humor recibe el aplauso y reconocimiento de todos, sin excepción, no está haciendo lo que debe hacer, no está siendo piedra en el zapato, no está desempolvando cosas que están allí solapadas".
"No se trata de que el humor vaya contra las reglas preestablecidas por la institucionalidad estatal, sino contra reglas controversiales de la sociedad que devienen hábitos aunque sean cuestionables y frenen el progreso", acotó.
El reconocido humorista cubano, licenciado en educación en la especialidad de Lengua y Literatura Inglesa, reconoció a su vez que su entidad no es la única que representa a los miembros de ese gremio en estos tiempos en Cuba.
Por lo general, puntualizó, otras agencias o representantes acogen a quienes de alguna manera decidieron apartarse de los requerimientos establecidos en este último lustro por el Centro Promotor del Humor y que giran en torno a la meta de alcanzar una mayor profesionalización.
"Algunos ven esto como una vía para hacer dinero. Yo tengo muchas reservas con esa visión", señaló y cuestionó "cierto grado de mercadeo o mercanchinfleo alrededor del humor".
La descentralización es favorable porque proporciona un punto de referencia, a partir del cual comprobamos que las propuestas que hacemos tienen mejor acogida entre una población instruida como la cubana, mas esto no es saludable para el humor en el país, opinó.
A propósito comentó acerca de la importancia de la observación y de la investigación constantes como herramientas para un mejor desempeño, así como sobre las acciones de superación que realizan desde el centro para lograr una formación más integral de sus miembros.
"Más que buscar una visión única, nuestra institución procura lograr que sus integrantes sean cada vez más prolíficos y ofrezcan espectáculos que reflejen la existencia de un trabajo artístico detrás", puntualizó.
-HISTORIA DEL HUMOR Y PRESENCIA FEMENINA
Sin medias tintas, Quiñones estableció que en estos tiempos existen humoristas buenos y malos, pero manifestó complacido que el público puede definir entre estos porque cuenta con referentes suficientes.
Convino en que en todas las épocas ha sido así y siempre hay quienes trascienden "porque su obra los respalda".
En ese sentido, destacó el legado de Guillermo Álvarez Guedes, de Leopoldo Fernández, de Alejandro García (Virulo), de Osvaldo Doimeadiós, de Carlos Ruiz de la Tejera y de María de los Ángeles Santana.
Rememoró, además, el humor de los bufos habaneros (1868-1869) y el momento fabuloso que atravesó el humorismo en los años de la década de 1990, pese a los avatares del llamado Período Especial o crítico que enfrentó la sociedad cubana tras la caída del Muro de Berlín (1989).
Sin embargo, lamentó que la presencia de la mujer en la escena humorística cubana siempre haya estado muy limitada.
"Antes sólo llegaron a esta rama figuras que tenían carreras relevantes como actrices dramáticas: Eloisa Álvarez Guedes, Natalia Herrera, Elena Bolaños y Aurora Basnuevo, por ejemplo, incursionaron con éxito en la comedia pero nunca se dedicaron solamente a hacer humor".
"Esto continuó en las últimas décadas, probablemente porque la mujer más bien se utilizó como objeto y no como sujeto dentro del humor", reflexionó y exteriorizó satisfacción porque varias actrices jóvenes incursionan en este género y se avizora un incremento con bastante acierto.
Con vistas a incentivarlo, el centro preparó un espectáculo para este Aquelarre, en el cual participan cuatro humoristas con resultados favorables: Mireya Abreu, Yasnay Ricardo, Alianis Jáuregui (Cuqui la Mora) y Venecia Feria.
"Yo necesitaba estimular la presencia femenina en este festival y quería apostar por una propuesta teatral que trajera de vuelta a la mujer a la escena del humor", compartió el entrevistado, sin abandonar su singular modestia.
Respecto a la fiesta nacional del humor significó el papel de quienes en los años de 1980 hicieron del cine-teatro habanero Acapulco la sede de ese arte y alentaron la celebración del primero en 1993.
"Un año después surgió el Centro Promotor del Humor y el Aquelarre devino su eje, por ser la ocasión en la cual se reúnen los mejores humoristas del país, se muestran las diferentes vertientes del humor y se valida desde el punto de vista teatral la manera de esbozar humor en Cuba", declaró.
Desde la experiencia derivada de su participación en festivales similares en Argentina, España y México, aseguró que el evento anual y esa manifestación artística en este país se distinguen por mantener estándares de puesta teatral en una época en la que prima el Stand do Comedy.
El componente académico es otra propuesta esencial del Aquelarre, porque puede enriquecer a quienes hacen humor y visualizarse después en las puestas en escenas en las salas de teatro, reflexionó.
Casi a modo de cierre remarcó que el humor goza de muy buena salud en Cuba y que cada vez son más los que acuden a los teatros confiados en que encontrarán espectáculos de calidad, con un respeto por la puesta, por las maneras de decir y los temas tratados.
Pero frente a un desafío final de la entrevistadora dejó por sentado que más que un dirigente institucional, sólo es un artista con un alto compromiso con el centro al cual debe todo lo que es.
"Mi poco o mucho talento lo pude desarrollar, aprender, caminar gracias a este centro que fue la vía para realizar mi sueño como artista", subrayó este padre casi de estreno, para quien actuar es contribuir a la educación de los otros como hubiera ocurrido si hubiese continuado de maestro.
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