Blogia
ALTiro

Guatemala de la Asunción, 240 años después

Guatemala de la Asunción, 240 años después

Poco más de dos siglos después de su fundación, Ciudad Guatemala de la Asunción conserva hoy buena parte del patrimonio arquitectónico que la distinguió de sus vecinas y la mantiene entre las urbes más visitadas de Centroamérica.

Si bien la prensa insiste en presentar a esta como la más sangrienta de las localidades del país, considerado el quinto más violento del continente con una cuota nada despreciable de razón, los encantos que la adornan conmueven a pesar de las señales evidentes de la desigualdad social que campea por estas tierras.

Tantos ancianos indigentes y niños fuera del sistema de educación, trabajando o pidiendo limosnas, usados y abusados hasta por sus progenitores, prácticamente constituyen la única gran mancha que a primera vista ensombrece la obra bella legada por generaciones anteriores y que otras intentan preservar.

Guatemala es grande, es una pena. Lo sería más si la voluntad política finalmente decidiera trocarse en acciones concretas para borrar de ella tanta miseria y tristeza de cada una de sus regiones, y en particular del Centro Histórico de la otrora Nueva Guatemala de la Asunción.

Desde 1776 en esa área estuvo el asentamiento original de esta capital y pese a los 240 años transitados desde entonces, la pobreza desafía la belleza de edificaciones que todavía despiertan admiración, como la Catedral Primada Metropolitana de Santiago.

Con sus tres torres y fuertes paredes de más de un metro de grosor, la iglesia de estilo neoclásico -construida entre 1783 y 1871- recuerda que aunque enfrentó varios derrumbes por terremotos devastadores, es posible reinventarse y persistir cuando los esfuerzos se juntan con tal de sacar adelante una obra.

Otras construcciones de estilo art déco, barroco, neoclásico, ecléctico y art noveau, por sólo mencionar algunos, igual dan fe de un pasado de glorias, como el Palacio Nacional de la Cultura, el Portal del Comercio, el Hipódromo del Norte, el Edificio y Arco de Correos, el Palacio de la Policía, el Teatro Nacional o el Banco de Guatemala.

El listado es amplio y, aunque ayer como hoy la mayoría de las instituciones que tomaron como sede esas joyas arquitectónicas casi siempre sirvieron a una elite, nada borra el hecho de que esta ciudad era el centro de las actividades políticas y de muchas económicas no sólo de esta nación, sino de toda Centroamérica.

La memoria de esas épocas de esplendor afloró en medio de los festejos por el nacimiento de Ciudad Guatemala y en honor a su patrona, la Virgen de la Asunción, mientras la lluvia amenazaba por caer, sin impedir una procesión en la que proliferaron las alusiones a la crisis del sistema de salud pública en el país.

1 comentario

Juancarlos -

comentario elocuente... dilecto y muy profundo, pese al poco espacio y pocas letras... que revelan ese contraste de pasado y presente... de belleza y horror.... de riqueza cultural... en pobreza material de su gente, y pobreza moral y espiritual de sus gobernantes... lo cual cierras muy elocuentemente... con la imagen de la procesión y el temible y despreciable estado de la salúd pública del país... siempre grato y lindo leerte....