La esperanza, el legado más valioso de Monseñor Romero, opina el sacerdote Rutilio Sánchez
Para el sacerdote salvadoreño Rutilio Sánchez, los pasos hacia adelante que da su pueblo en este siglo deben mucho a las contribuciones de monseñor Oscar Arnulfo Romero (1915-1980), inspirador principal de la esperanza en un futuro mejor.
"Fueron muchos los legados de monseñor a El Salvador y no es fácil definir cuál es el principal de ellos, pero quizás a nivel del lenguaje pastoral su mejor contribución fue haber provocado esperanza", afirmó en diálogo con Prensa Latina quien fue amigo personal de quien devino "la voz de los sin voz".
"Los pobres, cuando sienten que alguien les infunde esperanza, hacen lo demás y por eso lo acusan de haber motivado la revolución y desencadenado la lucha armada (1981-1992)", expresó Sánchez durante una visita a La Habana, con motivo del homenaje que tuvo lugar aquí a ese exponente de la Teología de la Liberación.
A juicio del otrora responsable de Caritas y de la cuestión social del Obispado, sencillamente eso sucedió porque Romero le dio esperanza al pueblo y este recurrió a lo que tenía que hacer para alcanzar sus sueños: la insurrección popular.
Otro aporte del más universal de los salvadoreños es haber desencadenado la palabra dentro de la jerarquía católica y comprendido la situación social a partir del análisis de la obra de los grandes teólogos católicos.
Inferimos que una de las principales enseñanzas extraídas de esas lecturas fue la distinción entre la violencia del agresor y la que usa en su defensa quien es agredido, opinó Sánchez.
"No es lo mismo la violencia de los millonarios y del capital, que la del pobre, del obrero, del asalariado, nos enseñó monseñor y la conclusión nuestra es que defenderse no es violencia, es ejercer un derecho por la vida", definió.
En opinión del entrevistado, así como Romero desencadenó la palabra, el gobernante electo de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, tiene la oportunidad de sacar de detrás de las puertas todos los conceptos que están prisioneros en un sistema distinguido por reportar infelicidad.
Sánchez Cerén puede impulsar un cambio porque tiene voluntad política y eso es necesario, afirmó y manifestó su confianza en que también obre en favor de restituir derechos a las féminas.
"En El Salvador tenemos un sistema económico, jurídico, estructurado, machista, donde la mujer no tiene todavía los espacios útiles y necesarios, pero creo que el presidente electo tiene una visión universal", reflexionó.
Visión universal y voluntad política forman la unión necesaria para que este gobierno del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) avance en sus proyectos, pese a la amenaza de un imperio decadente y por ello, más peligroso, dispuesto a todo y que no está acostumbrado a perder.
"Una frase muy campesina y muy popular salvadoreña ilustra lo anterior: el que está muriendo pega patadas más fuertes que el que está naciendo", citó, en alusión a la política guerrerista de Estados Unidos.
Detalló ejemplos puntuales de la agresividad del imperio norteño en buena parte del mundo, más comentó con satisfacción que en América Latina "está naciendo algo bien esperanzador con toda la fuerza de la historia, de la razón y de la verdad".
Eso también es el nuevo gobierno de El Salvador, que ha logrado ganar. Ha ganado el débil al fuerte, aunque sea con estrecho margen, pero lo ha logrado y eso quiere decir que es una inmensa victoria, remarcó.
"No se puede medir la victoria del débil en la dimensión de la victoria del fuerte que tiene todo para ganar, frente al que no tiene nada", acotó.
"La Alianza Republicana Nacionalista llegó cerca de nosotros porque compró, chantajeó, pero el voto del FLMN es un voto consolidado, seguro, por oposición al de la derecha que es comprado, débil y servicial", argumentó.
Atribuyó ese triunfo a la fortaleza, dignidad, decisión, constancia, unión popular y determinación de vencer al engaño, pregonado por los medios de difusión masiva.
Contamos con apenas 0,05 por ciento de medios en favor de la verdad y por eso los periodistas del pueblo tenemos que infundir alegría y esperanza, no sólo empeñarnos en dar noticias, sugirió el también comunicador.
Sánchez, reconocido por su aporte a la lucha revolucionaria en El Salvador, aseguró que cuando el pueblo comienza a caminar su propia historia es indetenible, mas llamó a evitar el triunfalismo.
"Tener el control del gobierno no quiere decir tener todas las posibilidades de dominio, ni siquiera el poder político, y mucho menos el poder económico, el cual dispone en este tiempo de neoliberalistas", advirtió.
"Vamos a tener muchas dificultades, pero también hay un pueblo dispuesto a dar la batalla", declaró y admitió que uno de los retos fundamentales gira en torno a la seguridad ciudadana, por el manejo que hace el gran capital en asociación con los centros del capitalismo universal.
Denunció que "ahora el imperio ha inventado los golpes de Estado de bajo nivel o intensidad, y es tan contradictorio y cínico, que empezó hablando de las primaveras árabes para luego hablar de grandes tempestades, bombardeos y de guerras madres".
En América Latina, en particular, están inventando insurrecciones a las cuales quieren llamar revoluciones, algo que nunca podrá hacer la derecha, que lo más que puede generar es regresión, consideró.
Enumeró otros desafíos como el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, firmado por gobiernos anteriores, y las asociaciones público-privadas dirigidas a robarle todo a los salvadoreños.
Igual mencionó la amenaza velada de Estados Unidos, cuyo Secretario de Estado, John Kerry, envió un mensaje al presidente electo instándolo a retomar la negociación de temas pendientes entre ambos países y "continuar las relaciones como tradicionalmente las hemos tenido".
"Pero nada de eso nos inmoviliza y tomaremos todos los riesgos. Sin dudas que no seremos perfectos, pero sí luchadores, y el pueblo hará todo lo posible y confiamos", enfatizó.
"Si ven que no caminamos al ritmo de las esperanzas internacionales, sepan que no hemos perdido la decisión de caminar", demandó el sacerdote, para quien Romero sigue siendo la luz y guía en esta nueva fase de la historia de El Salvador.
De hecho, si tuviera la oportunidad de volver a ver a monseñor, al menos en una visión, cometería la misma equivocación que antes y le diría que hablara más fuerte para alentar a su pueblo aún a riesgo de su vida, como confesó a Prensa Latina.
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