Centroamérica sigue liderando crecimiento económico, pero igual en cuanto a desigualdad
Centroamérica y República Dominicana registraron de 1990 a 2011 una tasa de crecimiento del 4,6%, mayor a la del conjunto de América Latina, que fue de 3,2%.
No obstante, este crecimiento no se vio reflejado en una verdadera reducción de las fuertes desigualdades que existen, tanto entre los países de la subregión, como en cada uno de ellos, según una publicación de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
El estudio denominado Cambio estructural y crecimiento en Centroamérica y República Dominicana: un balance de dos décadas, examinó los principales cambios en la estructura productiva, comercial y social de los países y el modo en que éstos inciden en sus trayectorias de crecimiento.
En este sentido, la expansión de las últimas dos décadas ha permitido elevar el ingreso y las condiciones de vida de los habitantes de esos países, pero no ha sido suficiente para atacar los altos niveles de pobreza e indigencia, así como las enormes desigualdades.
"Algo más de 20% de la población más rica en cada uno de los países de la subregión es receptora de más de la mitad del ingreso nacional. Estas alarmantes diferencias de ingreso y riqueza dan origen a inaceptables contrastes en los ámbitos de la salud, la alimentación, la educación, el empleo, la productividad y las remuneraciones", destaca la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, en el prólogo.
El estudio reveló que las diferencias entre países también son notorias. Esas brechas se acentuaron entre 1990 y 2011, año en que el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de Costa Rica superó 130% el nivel medio subregional, el de Panamá fue 124% superior y el de la República Dominicana, 45%. En el caso de El Salvador el rezago respecto del promedio fue sólo de 4%, pero en Guatemala fue de 17%; en Honduras, de 45%, y en Nicaragua, de 68%.
Entre los principales retos que tiene ante sí la subregión para lograr un desarrollo con igualdad es necesario y urgente adoptar una estrategia de transformación de las estructuras productivas de estas economías e impulsar la integración subregional a fin de corregir sus rezagos de productividad y brechas de ingreso.
Asimismo, uno de los temas pendientes es la ampliación de los márgenes de acción de la política fiscal y monetaria con miras a aumentar la inversión pública, aplicar políticas contracíclicas y enfrentar mejor los choques externos, recalcó el documento.
Finalmente, la estrategia de desarrollo debe tener el firme compromiso de poner fin a las desigualdades, para lo cual es recomendable avanzar en el diseño y la instrumentación de una política de protección social de corte universal que asegure niveles de bienestar aceptables para toda la población.
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