Caos vial o el drama de cada día en Ciudad Guatemala
Bocinas chiflando de modo insoportable, avance a paso de tortugas y distancias presuntamente alargadas el doble, son algunos motivos del malestar de conductores y viajeros en ciertas horas del día en Ciudad de Guatemala.
La atrancazón o trabadera, como identifican a la congestión vehicular algunos en este país, es cosa de alarma hace tiempo pero la solución al problema tarda en llegar y mientras, empresas de taxis y buses ganan más dividendos.
Criterio generalizado es que peor ocurre en tiempos escolares, pero aun así las vacaciones por el fin del año lectivo tienen la alegría limitada: basta intentar salir en cualquier tipo de auto cerca de las 4:30 de la tarde, en lo adelante y la vida parecerá un calvario.
Incluso si se trata de recorrer la menor distancia en ese lapso, poco antes del inicio de la jornada laboral o a veces al mediar el día, para el visitante la experiencia deviene colmo de tedios y resulta poco lo vivido en otras capitales reconocidas por su elevada congestión vehicular, como Ciudad México.
Esta situación de conflicto tiene múltiples aristas, una de ellas emparentada con la lógica de mercado que prevalece en tiempos de mundialización: si el transporte está complicado más pueden ganar empresas dedicadas a la transportación.
De hecho casi al caer la tarde sobre todo ni los taxis amarillos, que suelen ser reconocidos por su eficacia y eficiencia en Guatemala, garantizan a quien solicita el servicio una unidad en tiempo justo para llegar a donde pretende y de proporcionarla, el taxímetro castiga al atrevido.
"Vea, es que a estas horas estamos bien cargaditos y no tenemos una unidad disponible. ¿Puede llamar dentro de 45 minutos, por favor?", es una respuesta recurrente a través de la línea telefónica en momentos como esos.
La búsqueda de posibles causas denota que, para las autoridades policiales guatemaltecas, la complicación del tránsito en la capital responde a la baja en los precios del combustible, en ocasiones a la irresponsabilidad de los conductores, y al pago del Bono 14 o Ley de bonificación anual para trabajadores del sector privado y público.
Desde que comenzó a pagarse ese beneficio, por Decreto 42-92 aprobado por el Congreso el 2 de julio de 1992, las personas tienen más poder adquisitivo y usan sus vehículos, afirmó el intendente de la Policía Municipal de Tránsito (PMT) Amílcar Montejo.
Con base en esa visión, la regulación del flujo vehicular se pretende a partir del despliegue de agentes de la PMT en puntos neurálgicos y de la colocación de semáforos peatonales y vehiculares en otros, mientras varios sectores insisten en que la falta de educación vial continúa como el principal escollo.
Ese tipo de enseñanza debe ser incluida, de urgencia nacional, en el plan de estudios de la educación primaria, porque las personas deben aprender a conducirse por las calles con vehículo o sin él, afirman académicos, políticos y otros.
También abogan por una certera señalización y semaforización, que reduzca la incidencia del criterio humano de los agentes, y por fomentar la solidaridad en las vías a partir de la instrucción.
El abogado Carlos Augusto Gómez, en su investigación El Congestionamiento Vehicular en Ciudad de Guatemala, precisa que el deterioro de las condiciones de circulación es más grave de lo que debía ser en América Latina, en parte por un manejo inapropiado de las autoridades competentes.
A su juicio el problema superó la capacidad institucional para lidiar con esa situación y la reacción oficial ha sido parcializada, por cuanto la planificación y administración en ese aspecto está fragmentada en múltiples entes y cada uno hace lo que considera más indicado.
La Entidad Metropolitana Reguladora de Transporte y Tránsito del Municipio de Guatemala refiere que en las horas pico por esta ciudad circula un millón de vehículos y que 65 por ciento de estos son de personas que viven en municipios aledaños como Mixco, Villa Nueva y Santa Catarina Pinula.
En tanto organismos internacionales reconocen a Guatemala como el cuarto país donde ocurren más accidentes viales en América Latina y el Departamento de Tránsito de la Policía Nacional Civil da cuenta de una infracción por exceso de velocidad cada 90 segundos, más en la carretera de la capital al occidente.
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