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Pese al acecho estadounidense, Bolivia cambia

Pese al acecho estadounidense, Bolivia cambia

Las reiteradas denuncias del gobierno boliviano, acerca del acecho estadounidense, quedaron probadas esta semana al conocerse que la embajada norteña en La Paz emitió mil 299 cables diplomáticos, de los 250 mil filtrados por Wikileaks.

  Los mensajes confidenciales divulgados por The New York Times, Le Monde, El País, Der Spiegel y The Guardian, demostraron que el espionaje contra este país posee larga data y sólo cobró fuerza con el ascenso al poder del presidente Evo Morales (2006), quien puso fin a esa injerencia.

  La ruptura definitiva con décadas de intromisión en los asuntos nacionales fue fijada con la expulsión del embajador estadounidense, Philip Goldberg, y de otras representaciones norteñas, por su abierto respaldo a la oposición en un golpe de Estado cívico -prefectural, en 2008.

  Pero si bien es cierto que los documentos desempolvados por Wikileaks corroboraron las denuncias de las autoridades bolivianas entonces, también mostraron una arista que en opinión de Morales, vale mirar con ojo crítico.

  Las informaciones sobre supuestas posturas ambiguas y desleales “pueden estar preparadas para preocupar, dividir y confundir” a los presidentes latinoamericanos y a otros que en el mundo rechazan la hegemonía estadounidense, alertó el jefe de Estado.

  En ese contexto, los vínculos entre los gobiernos empeñados en transformar la realidad latinoamericana y los pueblos originarios recibieron un importante aliento, con la celebración de la reunión del Comité Ejecutivo del Fondo Indígena para América Latina y el Caribe, en La Paz.

  La ocasión fue aprovechada por las autoridades bolivianas para insistir, ante delegados de 22 países, en las ventajas de la filosofía del Vivir Bien, basada en el paradigma de la coexistencia armónica de las personas con la Naturaleza y de la ayuda desinteresada en beneficio de la colectividad.

  El canciller David Choquehuanca remarcó al respecto que los indígenas tienen mucho que aportar a las sociedades contemporáneas sobre estilos de vida y valores humanos, y en consonancia con sus enseñanzas, abogó por “juntar pensamientos con los sentimientos” al trazar políticas públicas.

  La determinación de propiciar una mayor calidad de vida y acabar con el legado de inequidades de los gobierno anteriores, sirvió de acicate en estos días para reforzar acciones con vistas a reformular la legislación boliviana.

  Punto esencial en este proyecto es la Ley de Educación Abelino Siñani -Elizardo Pérez, que pasó a la Asamblea Legislativa Plurinacional para su debate y posterior aprobación, con el aval del jefe de Estado.

  La propuesta, consensuada con maestros, agrupaciones de padres de familia, autoridades regionales y organizaciones sociales, prevé garantizar en el orden educativo el respeto a las diferencias culturales y desde el punto de vista lingüístico, entre otras transformaciones.

  Paralelo a ello, el ente parlamentario sancionó la nueva Ley de Pensiones y la envió al Órgano Ejecutivo para que Morales la promulgue, con lo cual la edad de jubilación de los trabajadores quedará cifrada de 60 a 58 años y 56 para el sector minero.

  Múltiples sectores reconocieron el valor de estas disposiciones, pero aplaudieron todavía más la designación -por primera vez en la historia boliviana- de nueve féminas como vocales para los tribunales electorales departamentales.

  Dos hechos inéditos se registraron a partir de esta determinación del presidente: el nombramiento mayoritario de féminas para un cargo de relevancia y de una de pollera al frente del órgano electoral potosino, representativa de uno de los segmentos más marginados dentro del sector.


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