Desafíos de la independencia centroamericana
Desfiles estudiantiles, paradas militares y concentraciones masivas, plagadas de colorido, marcaron las jornadas previas a los festejos, hoy, de casi dos siglos de lograda la ruptura con el colonialismo español en Centroamérica.
El Día de la Independencia, celebrado cada año el 15 de septiembre, rinde homenaje al proceso que puso fin a la existencia de la Capitanía General de Guatemala –integrada por ese país, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica- y a la creación de la Federación Centroamericana, en 1821.
Desde 1811, despegó el movimiento popular que barrió el control español sobre estos territorios por casi 300 años, bajo el liderazgo de Francisco Barrundia, Pedro Molina y Atanasio Tzul (Guatemala); Dionisio Herrera y José Cecilio del Valle (Honduras); y Miguel Larreinaga (Nicaragua).
También protagonizaron la gesta Mario Zamora (Costa Rica), José Matías Delgado, José Simeón Cañas, y los hermanos Aguilar (El Salvador), entre otros; junto a mujeres de la talla de Dolores Bedoya, María Felicia y Manuela Miranda, Maria Aranzamendi, y Manuela Antonia Arce.
Estas fueron apenas algunas de las madres, esposas, amas de casa, u otras, que aportaron a la causa común sin que hasta la fecha se haya profundizado en sus historias de vida, como afirma en La mujer centroamericana en el proceso de independencia, el guatemalteco Clodoveo Torres.
Los investigadores no han sido objetivos ni ecuánimes cuando examinan la participación femenina en estas luchas, lo que sumado a una cadena de factores, radicó la discriminación hacia el sector en una región donde la criminalidad contra ellas cobra rango de epidemia.
Sólo entre 2003 y 2009, tres países centroamericanos superaron casi los dos mil asesinatos de mujeres, frente a los mil seis identificados en el primero de esos años, según Centro Feminista de Información y Acción. Estos hechos y la violencia generalizada son asociados a la pobreza galopante en la zona más desigual del continente, donde el indicador rebasa 47 por ciento, o sea, casi la mitad de las personas viven bajo esa condición.
Muchas de esas personas carecen de trabajo y apelan a la migración como vía de escape, lo que redunda en enormes riesgos, separaciones, rupturas familiares, abusos sexuales, y hasta muertes.
La independencia de las naciones, como la libertad de las personas, se hace día a día, se conquista hora a hora y se puede perder en cualquier momento, aseguraba el teólogo de la liberación, Ignacio Ellacuría.
Esa es la amenaza peor que se cierne hoy sobre Centroamérica, por lo que cabría repasar al maestro en cuanto a que “la independencia nacional cobra características distintas en cada coyuntura de la historia y, por eso, cada conmemoración de la gesta independentista ha de ser diferente…en lo que ha de proponerse la patria como tarea futura para llegar a ser cada vez más una patria libre”.
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