Guarimba y pérdidas económicas en Venezuela
La Guarimba, protesta callejera articulada por los opositores para desestabilizar al gobierno de Nicolás Maduro y considerada por analistas suerte de estrategia golpista -aunque hasta ahora frustrada en sus intenciones-, provocó cuantiosas pérdidas económicas en estas semanas en Venezuela.
El Sistema Metro de la capital de ese país suramericano, por ejemplo, tuvo una pérdida de nueve millones de bolívares (1,4 millones de dólares), debido a los ataques recibidos de pequeños grupos violentos asociados a la oposición.
Contra el metro se ha orquestado una campaña sistemática de agresiones desde el inicio de esta etapa violenta baja la mirada cómplice de autoridades locales que no activan medidas para evitarlas, señaló el ministro para el Transporte Terrestre, Haiman El Troudi.
En declaraciones a Noticias 24 Radio, el ministro explicó que al Sistema Metro de Caracas se le han dañado parcialmente 94 metrobuses, seis trenes y cuatro estaciones.
Además, dijo, al día de hoy más de 200 usuarios han sido víctimas de la violencia, 16 de ellos por impactos de piedras y otros objetos y también 40 trabajadores han salido lesionados.
"Todo esto es una escalada de violencia inusitada que nunca antes se vio, todo tiene un trasfondo político ya que el presidente Nicolás Maduro, viene del metro y parece que la orden dada es, ataquen el metro que así atacamos a Maduro", agregó.
El Troudi explicó que eso es un absurdo porque ese sistema pertenece a todos los venezolanos y detenerlo, redunda en prejuicios para todos los usuarios.
Precisó que por ejemplo, el metrobus transporta 200 mil personas diarias y en estos días de violencia, "hemos dejado de atender unas 75 mil personas por día, esto sin mencionar los cierres parciales de las estaciones".
Por último, reiteró que en estos momentos tres rutas las cuales salen de la estación Altamira, en el este de Caracas, están suspendidas pero se evalúa trasladarlas para otro lugar de la ciudad para así afectar lo menos posible a los usuarios del sureste de la ciudad.
Las acciones desestabilizadoras comenzaron en noviembre, cuando Maduro dispuso el enfrentamiento a la especulación y a la usura, al contrabando y la manipulación con precios exorbitantes en detrimento del pueblo.
Squeos a centros comerciales, quemas de gomas, interrupciones al tránsito, agresiones a personas vinculadas al gobierno o simplemente simpatizantes del chavismo, fueron algunas de las acciones desarrolladas por los grupos violentos asociados a los manifestantes.
Para el diputado a la Asamblea Nacional José Ávila, la guarimba no es más que una guerra económica desatada por los opositores con fines desestabilizadores ante la impotencia de no lograr alcanzar el poder por la vía electoral.
Ellos, en sus protestas y reclamos, hablan de escasez de alimentos y sin embargo son capaces de quemar una rastra con ocho toneladas de comida, tal como hicieron este lunes en el estado de Carabobo, declaró y acusó a la derecha de alentar y financiar esos actos violentos, que dejaron hasta ahora un saldo de una veintena de muertos y decenas de heridos.
En el programa Entre Todos, de Venezolana de Televisión, el legislador señaló que existen evidencias que los grupos de choques de la ultraderecha no son estudiantes, sino personas pagadas para cometer esas fechorías, financiadas por la derecha a la que calificó de cobarde e irresponsable que no asume sus acciones abiertamente.
Señaló asimismo que la Asamblea Nacional está recibiendo y procesando todas las denuncias sobre el actuar de esos violentos individuos y que las mismas pueden ser enviadas al email comandoantigolpe@gmail.com.
Expertos chinos, en un conversatorio en la embajada venezolana en Beijing, coincidieron en que la situación en Venezuela es una prolongación del fallido intento de golpe de Estado de 2002 y una mantenida resistencia por parte de la oposición a las reformas iniciadas por el presidente Hugo Chávez.
La situación actual en Venezuela está relacionada con la integración en toda América Latina y con la creciente relación de cooperación entre China y Venezuela, expresó durante la cita el titular del Centro de Estudios para América Latina y el Caribe, el embajador Wu Changsheng.
El presidente de esa institución, perteneciente a la Fundación para Estudios Internacionales, una organización no gubernamental, expresó la relevancia que concede China a esa nación latinoamericana que es un gran amigo e importante socio de cooperación.
Por su parte el exembajador en Venezuela Wang Zheng dijo que el legado de Hugo Chávez es el mismo del libertador Simón Bolívar para América Latina y el mundo; la paz, la unión y la justicia, y que el presidente Nicolás Maduro está luchando para continuar ese objetivo.
A juicio del exembajador, lo que sucede actualmente en Venezuela es la prolongación del golpe de estado del 2002, esta vez sin un líder y sin marchas concretas a Miraflores y de la resistencia a ciegas contra las reformas promovidas e impulsadas por el desaparecido Presidente Hugo Chávez.
Para el profesor Xu Sucheng, especialista en temas de Latinoamérica y el Caribe, las protestas lideradas por grupos minoritarios de oposición buscan desestabilizar el país, frenar la Revolución Bolivariana y derrocar el gobierno legítimo y democrático de Nicolás Maduro, a través de repetir el esquema de abril de 2002.
Esas protestas, precisó, no son por reivindicaciones sociales, sino protestas violentas de carácter político que buscan derrocar el gobierno de Nicolás Maduro y que en su accionar violan los derechos humanos a la salud, al trabajo y a la educación.
"Estados Unidos, en su nueva estrategia, polariza grupos para causar focos de violencia y ejecutar intervenciones", consideró en alusión a la intromisión de esa potencia norteña y Panamá en los asuntos internos de Venezuela y a su fracaso en intentar una condena a Caracas en la Organización de Estados Americanos.
Destacó que, por el contrario, la Organización de Estados Americanos aprobó el 7 de marzo una declaración de solidaridad con el gobierno venezolano y de apoyo a las propuestas de diálogo de Maduro. Este hecho constituye una victoria para el gobierno de Caracas y destacó que solo Estados Unidos, Canadá y Panamá votaron en contra de ese documento.
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